domingo, 21 de diciembre de 2014

Absurdos graficos

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miércoles, 3 de diciembre de 2014

Pequeña tirana

Si la niña dice,  “cómpramelo”  y la madre dice, no, rompe en llanto porque te niegas a comprarlo….
Cumplir los deseos de un niño por temor a sus rabietas o de que te haga un escándalo público alimentas su tiranía y a futuro te exigirá más, le enseñas como controlarte.

Caprichitos

Si el niño dice, “Quiero la taza rosada, ¡no la azul!” y la madre ya ha servido la leche en la taza azul...
A menudo, la madre corre a servirle la leche en la taza que el niño prefiera antes de que éste comience una rabieta. Una taza sea azul o rosa en nada influye en el desarrollo de un niño, pero si impacta en sus emociones pues lo preparas para ser un manipulador a futuro.

Miedo a los hijos

Sentir miedo a los hijos es una situación que a muchas madres sucede y se agudiza a medida que los niños crecen. Sea al nacer porque tememos amamantarlo o al bañarlo porque tememos que se nos resbale de las manos tan diminuto cuerpecito. En la medida que los niños crecen el miedo sigue ahí intentando cumplir la cascada de recomendaciones que se nos han dado en la historia para criar a un hijo y si fracturamos alguna de ellas el miedo nos paraliza sobre todo cuando es el primer hijo. El miedo a los hijos tiende a acentuarse en la medida que los chicos crecen, sobre todo cuando son adolescente o adultos. Cuando son pequeños los niños saben perfectamente como dominar a mama o papa sea mediante una rabieta, cariñitos que manipulan o vociferaciones como el ya no te quiero, eres mala, te voy acusar estas y muchas otras situaciones son generadores de miedos innecesarios. Si aprendiéramos a descubrirlos no te controlarían tan fácilmente. He escuchado y leído infinidad de recomendaciones, métodos, técnicas o prácticas que hablan de como corregir a un niño sea castigándolepremiándolo, tiempo fuera y muchas otras recomendaciones que como profesional en el campo de la infancia sé que este tipo de recomendaciones solo agravan más la situación o desorientan al niño y como madre la experiencia me dice que uno es la responsable de intuir cuando estamos permitiendo que el miedo nos paralice, aquel miedo que genera un hijo y solo nosotras somo responsables de erradicarlos. La fortaleza para discernir el que hacer, intuir lo correcto e incorrecto y la sabiduría para tomar decisiones aun cuando no sean las correctas son tuyas. Si decimos que ya hemos hecho de todo y nada funciona solo proyectas que sigues la línea de otros, no haces lo que te dicta tu intuición e inteligencia, rescatándote en primera instancia a ti misma de miedos innecesarios. Y permíteme decirte que no hay nada que hacer, solo rescatarte de ese pequeño tirano que te genera miedo, esa es la hazaña, cuando te rescatas de ellos haciendo lo que te dicta el corazón descubres que no fuiste una mala madre por el contrario ellos también aprenden a respetarte y respetarse. 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Crisis del niño en la escuela

Una de las crisis más agudas que un niño enfrenta en la escuela es saberse disminuido por sus compañeros o no ser aceptado. Para contribuir con ellos analiza lo siguiente:
Si el niño te dice que no lo quieren sus amiguitos no le digas;
-Pues ya no te juntes con el- sentirá que no le das importancia, que son trivialidades y seguirá permitiendo que otros lo devalúen emocionalmente.
-No seas tonto, juega con otros- te sumas a devaluarlo también.
-Busca otros amigos- lo conflictuas pues además de sentir la devaluación lo enfrentas a nuevos retos; buscar nuevos amigos o incitas a tu peque a mendigar que lo quieran.
-No hagas caso- es como decirle; deja que te sigan devaluando, acéptalo, así son los niños, es como beberse a fuerza un sentimiento de inferioridad. Después no preguntes porque tu hijo es tímido, reservado, miedoso o desconfiado.

Cuando un niño o una niña te platique que no lo quieren en la escuela acércate a él o  a ella, abrázalo con la mirada, con los brazos o con el corazón y dile que te platique como sucede, como se siente, como es eso, ayúdale a sacar todo aquello que lo lesiona su pequeño SER que lo expulse, abre tus oídos  para escucharlo y por favor calla, solo calla, al terminar el niño de platicarte observaras el increíble rostro de un peque feliz porque mama o papa lo escucho y eso que le sucedió en la escuela paso a la historia pues en casa un adulto le mostró cuan valioso ES sintió la confianza, supo cómo se  hace para tener confianza en EL y la próxima vez que lo devalúen en la escuela no le importara.

La afectividad del niño

Las relaciones que establece el niño en la escuela son de particular importancia pues establece un sinfín de interacciones dejando entrever su afectividad. La personalidad tanto de adultos como de niños involucran a tal grado que emociones, caracteres, virtudes, valores etc, propician gigantescos sentimientos de todo tipo.   La vida escolar de un niño juega un papel totalmente complejo, cuando llevamos al niño a la escuela damos por hecho que es para que aprenda, para que obtenga el conocimiento como única finalidad del porque asiste un niño a la escuela y lamentablemente pasamos desapercibido el papel que juega su afectividad lo largo de su estadía en la escuela y no por ello quiere decir que no te interese, no, sucede que no nos damos cuenta, por ello quiero precisar lo importante que resulta atender a la afectividad de un niño cuando de asistir a la escuela se trata. Para algunos niños la vida escolar se torna agradable pues muestra un buen desempeño, se lleva bien con los niños del grupo e incluso sabe llevarse con los adultos de su ámbito escolar lo cual habla de un estado afectivo saludable. Pero habrá niños para los cuales la vida escolar sea de verdaderas crisis pues su rendimiento escolar es bajo, el tipo relaciones que establece son conflictivas o no sabe integrarse a la escuela. Si en este instante que me lees te recuerdas cuando ibas a la escuela vendrán a tu mente tus mejores amigas o amigos, el niño que te caía mal, quizá te llevabas con todos los niños, la maestra que te regañaba o no olvidas a la dulce maestra que siempre te cuido y protegió. También recordaras al niño que te pegaba o la niña que se robaba tus lápices pues esas son las virtudes y valores a los que aludo y ahora sucede algo muy similar con tu hijo y aunque existen variantes al final de cuentas todas ellas tienen que ver con el estado emocional y la adquisición del conocimiento. Tu hijo está desarrollando nuevas y valiosas habilidades y el carácter del niño juega un papel importantísimo pues un niño poseedor de un autoestima solida es un niño que se adaptara a cualquier situación escolar e incluso muchas veces será el quien lidere todo tipo de relaciones escolares pues se sabe confiado, seguro, no titubea al dirigirse a un adulto, sabe conducirse con valores y virtudes y eso solo pudo haber aprendido en casa. Pero también habrá aquellos pequeños que llegan a la escuela con autoestima baja o alta.  Y hablar de autoestima alta no es hablar del ideal, no. Un niño con autoestima alta es un niño prepotente, agresivo, desarrolla relaciones a costa de otros, somete y conforma pequeños grupos para realizar todo tipo de atropellos, por ello es vital no confundir un autoestima alta como el ideal, lo ideal es un autoestima equilibrada. De igual manera tenemos aquellos niños que están invadidos de una autoestima baja, es decir pequeñitos huidizos, temerosos del adulto, cohibidos para hablar porque en casa le han enseñado a callar, titubeantes a la hora de hacer amiguitos e incluso son niños que somatizan sus emociones y presentan cuadros de gripes constantes, enfermedades virales, tos o simplemente son pequeñitos que frecuentemente se enferman y por lo tanto su asistencia a la escuela es irregular. Si miramos con detenimiento lo importante que es contribuir con los niños para fortalecer sus emociones, estaremos generando estados afectivos saludables dentro  o fuera de casa,,  estaremos contribuyendo en su desarrollo integral. Así que no solo se trata de enviar al niño por el preciado conocimiento no, también se trata de contribuir con él fortaleciendo sus emociones para que al llegar a la escuela no se convierta en un caos emocional. El solo hecho de mirarlo feliz en la escuela nos habla de un niño cuyo estado emocional es saludable.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Enseñar

"Para despertar la actividad cerebral de un niño solo requieres acercarle los medios"

Enseña al niño desde su cerebro

Enseñar al niño desde el cerebro que aprende, no desde el cerebro que enseña encierra infinidad de alternativas y obstáculos. Por un lado quien enseña está ávido por depositar en la mente de un niño lo que considera viable, correcto, real, el camino a seguir,  es decir todo aquello que concibe como enseñanza. Por otro lado tenemos a un pequeño que está aprendiendo desde el instante de nacer respira por el mismo, escucha  voces, sonidos, ruidos, mira rostros se alimenta desde que nace, se sumerge en aprendizajes que irán sucediéndose a lo largo de su vida. Bajo estos lineamientos llega un momento en que la enseñanza se formaliza, es decir el niño está en edad de llevarlo a la escuela lo cual dará cabida a una gran explosión de aprendizajes bajo el cuidado, guía e interés de los padres o tristemente se inicia el letal encuadramiento de una pequeña mente a la sombra de la obligación, rigidez o el tan conocido “porque lo mando yo”. El adulto que enseña, independientemente del rol que juegue en la vida del niño sean los padres, la familia o la escuela deberá enseñar desde la mente del pequeño, no desde  su mente. Cuando uno se inicia en tan bello arte de guiar o enseñar  a un niño, uno debe estar dispuesto a desprenderse de antiguos paradigmas del como fuimos enseñados, contrario a ello uno terminara convirtiéndose en un actor que solo da indicaciones a seguir; has esto, has aquello, está mal, vuélvelo a repetir, te equivocaste, te dije que así no, repítelo mil veces para que no se te olvide, uno se convierte en un actor regido por nuestro cerebro, nos convertimos en los obstáculos del conocimiento y damos por hecho que lo enseñado desde nuestro cerebro será lo correcto sin percatarnos que estamos empleando la rigidez y bloqueando un pequeño cerebro. Un adulto que está ansioso porque el niño aprenda no se detendrá a mirar el ritmo de aprendizaje del niño, no observara si ha comprendido, mucho menos dará importancia a sus sentimientos en el momento que está enseñando. Enseñar a un niño desde su cerebro no es una tarea fácil demanda al adulto un total compromiso para percatarse en primera instancia si está guiando o está obligando. Guiar y obligar son dos situaciones diametralmente opuestas. Guiar es partir del interés del niño, es ser capaz de descubrir a la par que el niño nuevas betas de aprendizaje, es permitirle a un niño que hable, que se equivoque, que descubra las respuestas por el  mismo, es dejarlo en libertad de explorar y comprobar las veces que desee. Un niño aprende mirando, observando, preguntando en diferentes situaciones y espacios e ir con el donde su interés le está demandando atención es guiarlo. Las alternativas para enseñar al niño desde su cerebro hoy en día se multiplican pues el pequeño está invadido de información escolar, tecnológica, social y cultural y de nosotros depende guiar adecuadamente su enseñanza desde su cerebro, no desde el nuestro.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Como te relacionas con el niño?

Si solo sabes relacionarte a gritos con tu hijo, echa un vistazo a tu corazón para desechar cualquier indicio de minusvalía, agresividad, ira o autoestima baja. Una verdadera limpieza al corazón garantizara una relación amorosa con  el niño.

Comunícate con tu hijo sin gritos

Si ya diste el primer grito al niño, esfuérzate por convertir ese  grito en firmeza empapada de voluntad para comunicarte con el niño.

Gritar a los hijos

Gritar a los hijos es resultado de  la frustración, la ansiedad o una forma de relacionarse con ellos. Cuando eras niño o niña  si escuchabas a mama o papa gritar pues aprendías a gritar o simplemente era el ambiente que vivías. Aun cuando el origen de los gritos sea diverso o se aborden desde diferentes perspectivas lo real es que cuando un padre o una madre se relaciona con sus hijos a gritos está generando desestabilidad tanto en su comunicación, como en el estado emocional de los niños. Al final los gritos son el resultado de una comunicación deteriorada, de la ira o simplemente porque piensas que así educas mejor a tus hijos, pero ambas situaciones solo generan desajustes emocionales en el niño como:
Desprecio o minusvalía. Un niño que crece a la sombra de los gritos termina siendo un adulto con grandes dificultades para relacionarse pues se sentirá despreciado, falto de valía o confianza. 
Agresividad. Un niño que convive con los gritos aprenderá autodefenderse replicando el mismo patrón y a futuro observaras a un adulto irritable o agresivo.
Conductas inapropiadas. Los gritos terminan despertando en el  pequeño conductas inapropiadas como manipular a los padres, mal carácter, pega a otros, se relaciona empleando la fuerza, autoritario o prepotente.
Desobediencia. Los gritos solo abren el dique de la desobediencia, la mentira o el chantaje
Inseguridad. Los gritos dejan a un niño temblando de inseguridad, su piel denota temor, titubeos  o miedo .
Autoestima baja. Un niño que recibe gritos, es un niño con autoestima baja.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Entereza

La virtud que fortalece corazones para guiar sabiamente a  un hijo sin lesionarlo se llama ENTEREZA.

Sé proactivo con tu hijo

Redireccionar los “NO” proactivamente en un niño o una niña es el mayor desafio que enfrentan los padres.

Rompe el circulo de los "NO" de un niño

Cuando el niño no quiere comer, no quiere dormir, no quiere subirse al coche, no quiere levantar sus juguetes, no quiere, no quiere  ambos quedan atrapados en un círculo enfermizo de  “no quiere”, tu pides algo y él no quiere. ¿Porque se crea tan nocivo circulo? porque no te has dado cuenta que estas atrapada con el niño en conductas viscerales que los encierran en un círculo nocivo. Ambos se conocen y saben cómo se comportan, pides algo al niño y sabes que te dirá no, te evadirá o te ignorara y viceversa, el niño te conoce a tal grado que va desarrollando nuevas formas para evadirte. Para salirse de tan nocivo círculo lo único que funciona es salirte de él, es romperlo. Salir del círculo que enferma a ambos requiere de intangibles que solo el adulto puede comprometerse con ellos; entereza, perseverancia y toma de conciencia. Factores que definitivamente no se los puedes pedir a un  niño. Retos que te competen solo a ti si deseas erradicar tan negativas conductas que desgastan a ambos.
Entereza para no ceder en el momento de dar indicaciones o pedir tareas al niño. Sumado a ello deberás desplegar múltiples estrategias para lograr la respuesta sin claudicar y por supuesto sin invitar a la violencia para que reaccione el niño.
Perseverancia para romper el círculo enfermizo. La clave del éxito reside en ser perseverante, si lo haces un día y al día siguiente la voluntad flaquea y la entereza brillo por su ausencia, entonces no funciona. Perseverar va a doler, te va a desgastar pero solo entonces estarás haciendo algo real por romper círculos enfermizos.
Toma de conciencia. Tomar conciencia de que algo no funciona en la relación con el niño es como la luz que te guiara para saber qué haces bien y que estás haciendo mal al guiar la conducta del niño. Tu conciencia te dirá la verdad del porque el niño reacciona con sus clásicos no. Es la sabiduría que te dirá como guiar a un hijo o hija.

Te he compartido tres intangibles para romper círculos enfermizos, de nosotros los padres depende formar hijos emocionalmente saludables.

martes, 28 de octubre de 2014

Como comen los niños

Algunos niños comen como elefantes, pero otros comen como pajaritos, incluso puede que un niño de un año coma la cantidad de un bebe de nueve meses así que no midas o compares como come tu hijo respecto a otros niños. 

Incongruencias de los padres

Una de las incongruencias mas acentuadas que cometemos como padres se presentan a la hora de la comida, pues sin desearlo enseñamos al niño a ser falso, mentir o ser iracundo, te diré como surge. Cuando le dices a tu hijo que lo amas, despliegas hacia él  o ella dulzura, ternura, cariñitos, etc. y llegado el momento de comer te transformas en una madre o un padre exigente, iracundo o agresivo para obligarlo  a comer, creamos de inmediato una fractura en la relación, una desestabilidad emocional pues el niño no sabrá porque te enojas, si él no quiere comer, no sabe como reaccionar ante tu ira por lo que genera conductas para defenderse de ti, decirte que si, pero no comerá, tratar de agradarte, etc. en pocas palabras le estas creando una doble personalidad, lo estas confundiendo emocionalmente y tu deseo porque tu hijo se alimente quedara obsoleto. Alimentarse bajo tempestades emocionales, no es alimentarse, es fracturar un sano desarrollo emocional en el niño.

!Mastica bien la comida!

Comer es una situación que demanda al niño desarrollar múltiples aprendizajes y habilidades desde el momento de nacer. Al principio alimentarse para el niño solo es cuestión de succionar la leche de mama o la mamila, pero llegado el momento de comer alimentos sólidos nuevas habilidades deberá desarrollar y una de ellas será el “masticar”. Antes del año se iniciara a descubrir cómo se mastica, ¿que es masticar? Y masticar para un niño es todo un aprendizaje que le demandara tiempo, comprensión y habilidad para mover adecuadamente los órganos de la boca hasta dejar los alimentos correctamente triturados para tragarlos como se lo pide mama. ¿Observas? como el  acto de masticar a un pequeño le  demanda adquirir habilidades y aprendizajes. La sola palabra masticar ya le implica nuevos aprendizajes pues deberá comprenderla y responder a ella. Cuando le dices al niño; ¡mastica bien la comida!, le hablas en un idioma que no entiende, no te entiende, sin embargo la naturaleza humana es tan maravillosa que el pequeñito por pura imitación te empieza mirar como llevas la comida a la boca, mueves lo labios y el maxilar, así es como el bebe intuye que estas moliendo con los dientes percatándose de lo que le pides. Enseñar al niño a masticar la comida requiere de patrones de imitación, si no le muestras como hacerlo no  le pidas que mastique bien pues no sabe cómo hacerlo, mejor enséñale como se hace. La mejor manera de enseñarle al niño a masticar la comida es llevarte a la boca un bocado, dejar que te mire como abres la boca, introduces el bocado, inicias a masticar e ingieres el bocado pasado un tiempo. Cuando hayas realizado varias veces este acto de masticar con tu pequeño  y el sepa como hacerlo ahora si pídele que ¡mastique bien la comida!.  

martes, 21 de octubre de 2014

Si le pegan al niño en la escuela

Si le pegan al niño en la escuela, él debe aprender a defenderse, expresión que escucho de quien está involucrado en el desarrollo de un niño o niña, sean los abuelos, los tíos o amigos cercanos. El niño debe aprender a defenderse por sí mismo, argumentos que buscan solidarizarse con el padre o la madre del niño o niña, argumentos que solo son paliativos pasajeros que en nada contribuyen con los padres del niño y el niño mismo, lo real es que el niño ha sido violentado. Como padres deseamos tener alternativas para ayudar al pequeño ya sea que apliques los consejos que te da la familia, acudas a un especialista para recibir orientación o actúes según tu intuición. El porque le pegan  a un niño en la escuela tiene varios orígenes, sea que la escuela no cuenta con los controles adecuados para regir la disciplina de sus alumnos, sus reglas son altamente permisibles, sus grupos son numerosos y se presta para el descontrol y la violencia o quizá el adulto al frente del grupo ha perdido el control de aquellos niños que son violentos. Por el lado del hogar bien puede ser que el niño o niña sea hijo (a) único y no han vivido este tipo de violencias, quizá se relacione únicamente con adultos y no ha convivido con niños de su edad o tal vez es un niño tímido e inhibido de baja autoestima y permite que otros le hagan lo que deseen, estos son algunos de los referentes del porque le pegan a un niño en la escuela, pero la situación no se centra en el origen se centra en el que hacer y para ello te propongo las siguientes líneas de actuación:
  • Cuando un niño ha sido violentado y te señala la mordida, el golpe en la cara o la cabeza, toca suavemente la violencia que recibió el peque, solidarízate con él, abrázalo, consuélalo y jamás cometas el error de regañarlo o decir que se ponga abusado, que se defienda, mucho menos estalles en ira frente a el, si lo haces el niño se culpara y pensara que estuvo mal y cuando le vuelvan a pegar ya no te dirá nada.
  • Al enterarte de que le pegaron a tu hijo o hija toma las medidas correspondientes a la brevedad, no dejes pasar el tiempo.
  • Informa de inmediato a la  autoridad de la escuela y pide su intervención directa.
  • Indaga que niño pego a tu hijo o hija, no para tenerlo en la mira, no, para protegerlo de él o ella.
  • Si la violencia ha sido grave comunícalo a las autoridades externas que tengan injerencia con la violencia infantil.
  • Revisa diariamente el estado anímico del niño al salir de la escuela, al bañarlo observa cómo reacciona al tocar su piel,  busca si hay lesiones en su cuerpo, vigila su sueño, si es tranquilo o tiene pesadillas, si rechaza la escuela, indaga si juega con otros niños, pregunta a la maestra como estuvo en clase, etc.
  • Solicita a la maestra del grupo; que siente a tu peque alejado del niño que pega, pero si tú hijo o hija busca al niño que le pega no lo reprimas, mucho menos le digas que no se lleve con ese niño, mejor dile que se retire de el y si le vuelve a pegar que avise al adulto del grupo.
  • Asegúrate de seguir tu solicitud a la autoridad de la escuela y pregunta a la maestra cómo va el caso del niño que pega.
  • Mantente alerta de la conducta de tu hijo y si observas que el niño aprendió a pegar abórdalo sutilmente indicándole que no se debe pegar.
  • Y si a tu hijo le vuelven a pegar, será necesario que tomes medidas más drásticas, ya sea que lo cambies de grupo o de escuela pues es más valioso vigilar la seguridad y salud emocional del niño o niña a seguir en la comodidad de lo conocido.
Cuando le pegan a un niño o niña en la escuela es vital actuar  inteligentemente tanto con las autoridades correspondientes como con tu hijo disminuirás tu ansiedad y no cometerás errores de más de lo mismo como el clásico; -tú también pégale-

martes, 14 de octubre de 2014

Retraso simple de la palabra

Existen niños que solo presentan un retraso simple del lenguaje, el cual consiste en un retraso homogéneo en la aparición el lenguaje, retraso considerado como inmaduro. Por otro lado cuando existe un retraso afectivo la tonalidad y la articulación del lenguaje se modifican. El retraso del lenguaje por lo general es detectado por los padres a partir de los 3 años y hacia los 5 años los niños que presentaron algún retraso de lenguaje, la gran mayoría de los pequeños, adquieren un lenguaje normal.

Retraso de la palabra

El retraso de la palabra suele asociarse a un retraso del lenguaje, sin embargo no debe asociarse con los trastornos del lenguaje de origen sensorial o motor. El retraso de la palabra se manifiesta por alteraciones que el niño comete al expresar palabras o aproximaciones fonéticas. Dichas aproximaciones son sobradamente conocidas y observadas por los padres en tanto el niño se encuentra en crecimiento.

Trastornos de la articulación del lenguaje

Los trastornos de la articulación del lenguaje tienen un origen de tipo anatómico, sensorial, motor o funcional y se distinguen por la deformación de los fonemas reemplazados o suprimidos según se halle deformado el punto de articulación. También existen los trastornos de percepción auditiva, los cuales pueden ocasionar una inadecuada discriminación de las características propias de cada fonema, dificultando de esta manera la articulación.
Cuando la falta del oído es grave, no hay lenguaje o lo hay pero muy escasamente. Cuando es parcial pero extenso, se da un retraso que varía en diferentes grados generando una  deficiente articulación. En los trastornos auditivos se señalan tres tipos de deficiencias que podrían afectar las consonantes de menos precisión como la l y la r. Las consonantes que son de naturaleza audiomotora como la  k y g,  y por ultimo las consonantes más semejantes en la escala de sonidos como la s y z, f y v.
Las lesiones cerebrales  también pueden originar defectos de lenguaje. Algunas investigaciones afirman que; si la lesión cerebral aparece antes de los tres años, la recuperación es completa y muy rápida. Mientras que si la afasia aparece entre los 11 y 14 años la recuperación no es tan rápida.

martes, 7 de octubre de 2014

Genios

Cada niño nace con unas posibilidades y un potencial tan grande que si se le permite y se le ayuda a desarrollar su individualidad sin ningún obstáculo, tendremos un mundo hermoso, tendremos una enorme variedad de genios. Los genios aparecen en muy raras ocasiones, no porque no nazcan a menudo, no; los genios aparecen en raras ocasiones porque es muy difícil escaparse del condicionamiento al que los sometemos.

¿Desesperada porque no come tu hijo?

Solo las madres que hemos tenido hijos que no comen sabemos lo que es la angustia porque nuestro hijo no se alimente. Yo hacía de todo, hasta teatro para que mi hijo comiera y ni aun así el hombre comía, hoy tiene 30 años y come más que yo. Desde que nació casi no comía y en la guardería menos, siempre me tenían reportes de que no comía. Llegaba a casa y así le pusiera payasos a la comida, el niño no comía. Me sentía tan frustrada que no dormía, pensando en el que hacer. Cuando iba al pediatra para que  lo revisara, tranquilamente el Doctor me decía; - el niño está en su peso-, -no tiene por qué alarmarse-. Pero aun así le pedía vitaminas, consejos, recomendaciones, le hacía todo tipo de preguntas del porque mi hijo no comía. Y entraba aún más en crisis cuando por algún motivo miraba a mi hijo y a otros niños de su misma edad (entre 1 y 2 añitos) gorditos, grandotes, rebozantes y al mío lo veía flaquísimo, debilucho y eso me desesperaba aún más. Conclusión;  conozco el sabor de la desesperación o la angustia del porque nuestro hijo no come, se lo que se siente, pero a  ti quizá te urge, que te diga que hacer, como remediarlo. Si, ambas ya sabemos que se siente, ahora solo estas urgida por la solución. Pero permíteme decirte que no existe solución, la única vía de salida, es mirarte a ti, respecto al como alimentas a tu hijo, solo ahí encontraras el que hacer, contigo misma. Hace treinta años yo, no supe remediarlo y no miraba mi ansiedad, no me miraba consumiéndome por dentro, solo me centraba en la ansiedad  y no me detuve a observar que mi hijo era de estómago pequeño, que su naturaleza era de complexión delgada, era un niño que no comía en grandes cantidades, comía solo lo que su estómago le pedía.

¿Porque no come el niño?

La transición entre la lactancia y  la comida solida es una verdadera proeza infantil. Y digo una proeza porque se entremezclan infinidad de factores tanto orgánicos como emocionales, motivos del porque no come el niño.  
Antes del año el niño empieza a familiarizarse con diferentes sabores, olores y texturas respecto a la diversidad de alimentos que le presentas, por lo tanto deberá estar listo para recibir y aprender por si solo a alimentarse, sin considerar si tiene o no hambre. Descubrirá los sabores que le producen placer, las comidas ricas, pero también tropezara con alimentos que no tolerara su mirada, olfato o gusto. Tal vez te ha sucedido que cuando el niño mira la comida, aun cuando no la haya tocado, te dice de inmediato que no le gusta, por lo que  tú responderás; -pero si no lo has probado-, tal vez no te percataste que fue la mirada quien inhibió su apetito por ello la vista es uno de los factores que determina si come o no el niño. O quizá aun antes de sentarse a la mesa el niño ya olfateo aromas fuertes a comida o desagradables y ante esto el niño asocia de inmediato su olfato con el acto de comer y cuando llegues con el plato de comida  a la mesa, él ya estará predispuesto para rechazar la comida y si lo obligas para que pruebe un bocado, estará listo para vomitarlo, porque su olfato intervino previamente. Quizá no paso nada de esto, pero sucedió  que cuando el niño se sentó a la mesa al sentir el impacto de lo caliente,  lo amargo, salado e incluso lo dulce no le agrado y terminara rechazando la comida,  así que, ahí tienes por qué el niño no come,  sin considerar que el pequeño deberá lidiar con mama porque ella realizara infinidad de intentos, trucos y hasta magia para que coma, pero si él detecta algún sabor, textura o mira desagradable la comida, así te pongas de cabeza no lo comerá surgiendo las pataletas, la crisis o el llanto y sumado a ello tu ansiedad porque el niño no come. Así que no equivoques el camino, si tu bebe no come,  analiza los factores que te he compartido en tu pequeño y elimina o cuida que el niño no este expuesto alimentos que alteren sus sentidos previo a su alimentación y si erradicas estímulos externos como animarlo a comer, ponerle al oso para qué coma o decirle que le de comer a sus muñecos, eso no funciona porque el niño ya sabe que solo lo tratas de convencer. Si el niño tiene hambre y le agrada la comida no requerirá de estímulos extras.

martes, 30 de septiembre de 2014

Siembras intangibles

La valentía, entrega y pasión virtudes que se palpan al desnudo en una madre. Quién conoce la esencia de vivirlas, conoce como sembrarlas en sus hijos.

Fortalezas y debilidades de tu hijo

Intuye las fortalezas y debilidades de tus hijos, no les generes falsas expectativas. Si le dices que es un campeón en las matemáticas, cuando sabes que le cuesta comprenderlas, solo lo empujas al vacío de la mentira. Intuye las fortalezas de tu hijo para engrandecerlo y colócalas como cimientos de sus debilidades.  

No te lo tomes personal

Cuando tu hijo te mira fijamente a los ojos y te dice; no lo voy hacer, “te odio”, recibes de inmediato el desafío muy personal y estallas en ira a la par que el niño. Las actitudes desafiantes de los hijos son conductas expeliendo ira, porque no coinciden contigo, Y tú recibes su ira de manera muy personal, sin percatarte que no es tu ira, es la ira de un pequeño. Y en cuestión de segundo te sumas a él o ella, según tu para controlarlo, para dominarlo. Pero te digo: son conductas que solo conflictuan más la situación, pues ambos estallan en crisis. Cuando dejes de caer en la ira del pequeñito y sientas que eres capaz de controlar tu propia ira  aun escuchando las palabras más atroces del niño, estarás dando pasos seguros. Cuando llegues a mirar que es la ira del niño y no la tuya, estará lista para guiarla. El éxito de no tomártelo personal reside  en saber manejar tu ira y permitir que el niño estalle en su propia ira, teniendo cuidando que no se dañe, por supuesto. Cuando vas acumulando conductas de autocontrol, vas adquiriendo mayor confianza para manejar la situación, entonces miras con más claridad como los desafíos los has desengarzado; “si el niño te desafía y tu ya no caes en su rabia”, desencadenada de la ira del niño, él lo siente, lo intuye solo entonces genera sus propios cambios.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Leer y escribir: proezas infantiles

Leer y escribir resulta ser un descubrimiento que goza el niño cuando ha comprendido su significado o bien un conflicto cognitivo si se queda rezagado a falta de comprensión. Detrás de este aprendizaje hay un pequeñito que piensa y será importante iniciarlo a temprana edad en este proceso. Se trata de acercarle los medios para darle la oportunidad de aventurarse en el aprendizaje, descubrirlo, palparlo, mirarlo. Si esperas demasiado tiempo para iniciarlo a leer y escribir, entre los 5 o 6 años, la complejidad de la comprensión aumenta. Cuando acercamos al niño a leer y escribir a temprana edad su aprendizaje se torna natural y fluido. El niño necesita de tiempo, recursos e interacción con todo lo que tenga que ver con la lectura y escritura; sean cuentos, laminas, letras, papel, lápices, cuadernos, leerle o escribirle, recursos que lo llevaran a comprender el significado de la lectura y la escritura sin crearle conflictos cognitivos innecesarios, solo basta que lo guíes adecuadamente.

Un niño para aprender a leer y escribir deberá ser capaz de poseer: análisissíntesis, razonamiento, hablo de saber pensar. Pero también le demandara conocer los factores lingüísticos, es decir saber hablar y quizá el factor que determine el éxito sea la confianza y seguridad, factor psicolingüistico. Cuando conoces cuales los requisitos para que el niño aprenda a leer y escribir te tornas mas sensible y paciente para enseñarle  al niño a leer y escribir, pues conoces la gama de aprendizajes que estará atravesando  el niño para aprender a leer y escribir.

NIVELES DE APRENDIZAJE
Primer Nivel: cuando el pequeño reproduce rayones, redondeles o semeja letras, significa que se ha iniciado en el proceso de leer y escribir.

Segundo nivel: el niño ya reproduce las grafías y hace combinaciones con ellas al escribir o leer.

Tercer nivel: el niño ya se encuentra en una hipótesis silábica, es decir le da un valor sonoro a las letras.

Cuarto nivel: El niño se encuentra en el pasaje de la hipótesis silábica a la alfabética.  Es la indagación de los sonidos, es la silaba uniéndose para formar palabras.

Quinto Nivel: El niño sabe leer y escribir


martes, 9 de septiembre de 2014

Cotidianeidades que ayudan a madurar al niño

Bañarse por si solo....ademas de propiciarle independencia, le propicia gozo.


Vestirse...es una tremenda oportunidad llena de aprendizajes, independencia y por supuesto madurez.


Comer solo...significa una tremenda madurez e independencia en el pequeño.


Hacer sus tareas...es el efecto de lo que ya le pertenece; la responsabilidad

Motivos para salir al parque con los niños

Para un bebe entre 0 y 3 años salir al parque significa:
Tocar la naturaleza, movilizar su cuerpecito, tocar infinidad de estímulos, desplazarse libremente, sentir, correr.

Para un niño entre 3 y 6 años de edad, salir al parque significa:
Saltar, correr, brincar en concreto mostrar  la energía que es capaz de desplegar y en especial descubrir amigos.


Para los niños entre 6 en adelante salir al parque significa:
hacer amigos, inventar juegos, mostrar su intrepidez, en concreto; socializar al máximo.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Relación madre - hijo

La relación madre-hijo se inicia primordialmente por el apego que desarrolla él bebe hacia la madre, abriendo paso a su primeras reacciones afectivas que intuye de recién nacidito como la calidez, la suavidad o la ternura que le brinda mama. Y a falta de esta primera relación madre- hijo puede alterar severamente su desarrollo tanto afectivo como social generando una desadaptación profunda.

Habilidades motoras

Las capacidades motoras del bebe al nacer se desarrollan en una serie de etapas, si bien se presenta una amplia variación en cuanto a la edad, la secuencia que sigue la habilidad motora definitivamente es invariable. Es decir el pequeñito inicia con la hazaña de adaptar su cuerpo a un nuevo estilo de vida. Posteriormente controlara su cabeza, se mantendrá erguido y gateara hasta cristalizar la anhelada marcha, en otras palabras; él bebe caminara por si solo.

Una tremenda energía en desarrollo

Él bebe no es un lindo querubín sonriente de pelo dorado tocando un nuevo tipo de vida, vestido de rosa o azul y diminutos moños. No, él bebe es una tremenda energía que recién llega a un nuevo mundo con un equipo completo de percepciones notablemente bien desarrolladas en el momento de su nacimiento. Percepciones que maduran notablemente a medida que va creciendo. Su sentido del gusto quizá es la facultad menos desarrollada, pero su capacidad de percibir su entorno y reaccionar a las formas y su capacidad para acomodar su visión a diferentes distancias se desarrollan aceleradamente durante los primeros seis meses.

lunes, 25 de agosto de 2014

Responsabilidad

Veo a la responsabilidad más allá de alimentar, proveer y cuidar a un hijo. Para mi la responsabilidad implica una tremenda toma de conciencia para saberla cultivar en el niño. Un niño aprende a ser responsable cuando la mira fluir en sus padres, no necesita grandes lecciones verbales.

Como destruimos la confianza

Caminaba por un parque cercano a casa, caminatas matutinas o vespertinas que realizo para alimentarme espiritual y mentalmente. A lo lejos miraba a una madre jugando con su hijo, deducía que era la mama pues la intuición de madre me lo decía. Le mostraba al pequeño como jugar futbol, como patear la pelota, a donde la debería dirigir, como correr, me embebía de tan hermoso panorama que desplegaba una madre y su hijo. Miraba como la confianza del pequeñito se desplegaba a lo largo y  ancho de aquel parque corriendo, pateando, hablando, riendo y a ese instante solo podía llamarle; confianza, la confianza plasmada en alegría. La confianza que estaba emanando un hermoso niño, la confianza que estaba sembrando una madre en su hijo. Pero de pronto tan divina virtud se vería interrumpida por una cascada de palabras que salían abruptamente de un corazón urgido por dar instrucciones a su hijo.  A lo lejos escuchaba a una madre decir; -no te alejes- pero el pequeñito corría con energía, corría y corría, hasta que lo vi llegar al fondo del parque, donde solo una pared detuvo su carrera. Entre tanto la mama para ese entonces ya estaba angustiada y gritando; ¡espera!, ¡detente! !no corras!, pero el pequeñito ya había llegado al fondo del parque, feliz porque estaba jugando con mama. Un bello momento que en cuestión de segundos se tornaría en consternación y llanto pues mama se acercaba a él para darle tremenda reprimenda, reprimenda que inhibiría dos bellas virtudes a punto de florecer; confianza y alegría, pero aquella tarde momentáneamente se apagaron.
Los adultos damos por hecho que el niño posee nuestro mismo nivel de comprensión y que nos atenderá de inmediato, pero no es así. Damos Instrucciones a nuestros hijos basadas en nuestro pensamiento, dejando a un lado el pensamiento del niño. Un niño a esta edad, entre 2 y 5 años recién se está iniciando a estructurar su pensamiento y aunado a ello está integrando sus primeras emociones que le darán confianza por el resto de su vida. Pero desafortunadamente no nos percatarnos de ello y nos dejamos llevar por la premura de lo que exige nuestra mente. No nos percatamos que estamos invalidando una virtud, un crecimiento espiritual. En aquel instante una madre vivía la angustia, porque sentía que perdía a su hijo y su mente se alteraba al no ser escuchada por el niño. Y por otro lado estaba un niño impregnado de alegría y confianza al jugar con mama, pero al recibir tremendo regaño todo se torno en tristeza. 
Reflexiones que me llevan a sintetizar; en cuestión de segundos somos capaces de desestabilizar lo más preciado que tenemos; nuestros hijos, y no es que no debas dar instrucciones al niño o no les debas llamar la atención a tus hijo, no de eso no se trata, es la forma, es la actitud de como nos dirigimos a ellos. 
Aquel momento me estaba obsequiando una profunda realidad; entremezclamos el amor con la ansiedad, la alegría con las reprimendas, la responsabilidad con la rectitud, los cuidados con la sobreprotección y lo más valioso; nos olvidamos de jugar.