Las relaciones que establece el niño en la escuela son de particular importancia
pues establece un sinfín de interacciones dejando entrever su afectividad. La
personalidad tanto de adultos como de niños involucran a tal grado
que emociones, caracteres, virtudes, valores etc, propician gigantescos sentimientos de todo tipo. La vida escolar de un niño juega un papel totalmente
complejo, cuando llevamos al niño a la escuela damos por hecho que es para que
aprenda, para que obtenga el conocimiento como única finalidad del porque asiste
un niño a la escuela y lamentablemente pasamos desapercibido el papel que juega
su afectividad lo largo de su estadía en la escuela y no por ello quiere
decir que no te interese, no, sucede que no nos damos cuenta, por ello quiero
precisar lo importante que resulta atender a la afectividad de un niño cuando de
asistir a la escuela se trata. Para algunos niños la vida escolar se torna
agradable pues muestra un buen desempeño, se lleva bien con los niños del grupo
e incluso sabe llevarse con los adultos de su ámbito escolar lo cual habla de
un estado afectivo saludable. Pero habrá niños para los cuales la vida escolar sea
de verdaderas crisis pues su rendimiento escolar es bajo, el tipo relaciones
que establece son conflictivas o no sabe integrarse a la escuela. Si en este instante
que me lees te recuerdas cuando ibas a la escuela vendrán a tu mente tus mejores
amigas o amigos, el niño que te caía mal, quizá te llevabas con todos los niños,
la maestra que te regañaba o no olvidas a la dulce maestra que siempre te cuido
y protegió. También recordaras al niño que te pegaba o la niña que se robaba
tus lápices pues esas son las virtudes y valores a los que aludo y ahora sucede
algo muy similar con tu hijo y aunque existen variantes al final de cuentas
todas ellas tienen que ver con el estado emocional y la adquisición del
conocimiento. Tu hijo está desarrollando nuevas y valiosas habilidades y el
carácter del niño juega un papel importantísimo pues un niño poseedor de un
autoestima solida es un niño que se adaptara a cualquier situación escolar e
incluso muchas veces será el quien lidere todo tipo de relaciones escolares
pues se sabe confiado, seguro, no titubea al dirigirse a un adulto, sabe
conducirse con valores y virtudes y eso solo pudo haber aprendido en casa. Pero
también habrá aquellos pequeños que llegan a la escuela con autoestima baja o
alta. Y hablar de autoestima alta no es hablar
del ideal, no. Un niño con autoestima alta es un niño prepotente, agresivo,
desarrolla relaciones a costa de otros, somete y conforma pequeños grupos para
realizar todo tipo de atropellos, por ello es vital no confundir un autoestima
alta como el ideal, lo ideal es un autoestima equilibrada. De igual manera tenemos
aquellos niños que están invadidos de una autoestima baja, es decir pequeñitos
huidizos, temerosos del adulto, cohibidos para hablar porque en casa le han
enseñado a callar, titubeantes a la hora de hacer amiguitos e incluso son niños
que somatizan sus emociones y presentan cuadros de gripes constantes,
enfermedades virales, tos o simplemente son pequeñitos que frecuentemente se
enferman y por lo tanto su asistencia a la escuela es irregular. Si miramos con
detenimiento lo importante que es contribuir con los niños para fortalecer sus
emociones, estaremos generando estados afectivos saludables dentro o fuera de casa,, estaremos contribuyendo en su desarrollo
integral. Así que no solo se trata de enviar al niño por el preciado
conocimiento no, también se trata de contribuir con él fortaleciendo sus emociones
para que al llegar a la escuela no se convierta en un caos emocional. El solo
hecho de mirarlo feliz en la escuela nos habla de un niño cuyo estado emocional
es saludable.
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