Si el niño dice,
“Quiero la taza rosada, ¡no la azul!” y la madre ya ha servido la leche en
la taza azul...
A menudo, la madre corre a servirle la leche en la taza que el niño prefiera antes de que éste comience una rabieta. Una taza sea azul o rosa en nada
influye en el desarrollo de un niño, pero si impacta en sus emociones pues lo
preparas para ser un manipulador a futuro.
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