Una de las
incongruencias mas acentuadas que cometemos como padres se presentan a la hora
de la comida, pues sin desearlo enseñamos al niño a ser falso, mentir o ser
iracundo, te diré como surge. Cuando le dices a tu hijo que lo amas,
despliegas hacia él o ella dulzura, ternura, cariñitos, etc. y llegado el
momento de comer te transformas en una madre o un padre exigente, iracundo o
agresivo para obligarlo a comer, creamos de inmediato una fractura en la relación,
una desestabilidad emocional pues el niño no sabrá porque
te enojas, si él no quiere comer, no sabe como reaccionar ante tu ira
por lo que genera conductas para defenderse de ti, decirte que
si, pero no comerá, tratar de agradarte, etc. en pocas palabras le
estas creando una doble personalidad, lo estas confundiendo emocionalmente y tu
deseo porque tu hijo se alimente quedara obsoleto. Alimentarse bajo tempestades
emocionales, no es alimentarse, es fracturar un sano desarrollo emocional en el
niño.
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