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viernes, 6 de junio de 2014

Ego infantil

Es durante la primera etapa de vida cuando nace el ego infantil. Dicho en otros términos él bebe es cuidado, protegido, alimentado, amado. Es el centro del universo, es el nacimiento de su ego.
Pero es durante la segunda infancia cuando aparece el ego infantil  y aborda otras líneas conductuales. Con la aparición del lenguaje y las emociones entre los dos y cuatro años el ego infantil se convierte en el amo y dueño de todo adulto que circunda por su periferia. Y esto lo puedes observar ante el brote de sus primeros berrinches, sus llantos incesantes, las rebeldías que surgen cuando se enfrenta o los clásicos no, los caprichos por satisfacer sus deseos o simplemente las clásicas pataletas. Son proyecciones de un ego infantil que se está gestando y va descubriendo el mundo de las normas. Las normas que mama cultiva cuando de comer se trata, lavarse las manos, los dientes, levantar los juguetes, hacer la tarea y mucho más. Normas que un niño en un primer momento no comprende y mucho menos atiende debido al ego. Y para ayudarlo a superar este proceso es necesario mostrarle que no es el centro de casa, que también existen normas y limites.
El ego infantil no le permite al niño adaptarse de inmediato a las normas de mama o papa. Sigue a la espera de que todo se le cumpla, se le provea, se le atienda mínimo deseo y es aquí cuando surgen las crisis del ego infantil. Se siente a sí mismo como el centro de toda la existencia y entonces se eleva su ego infantil hasta llegar el momento de mostrar desenfrenadas conductas  que prácticamente son incontrolables por los padres.
El ego es necesario durante los primeros años de vida del niño para que se sienta aceptado, amado,  cobijado por la familia. Pero llegada la edad de la independencia el niño deberá enfrentar por si solo las normas y los limites dentro y fuera de casa. Y en la medida que le enseñes a experimentar, vivenciar, sentir y enfrentar que existen su ego infantil se adaptara a cualquier situación que le demande su crecimiento.

viernes, 22 de febrero de 2013

La felicidad


Deja de buscarla, y la encontraras. Buscar supone un esfuerzo de la mente, y no buscar significa un estado de relajación. La felicidad solo es posible cuando estás relajado.
La felicidad ocurre sin más. No es algo que se pueda controlar, fabricar, ni disponer. La felicidad es algo que esta fuera de tu alcance, que supera tus esfuerzos. Cuando cavas un agujero en tu jardín, cuando estas completamente absorto en la tarea y te olvidas del mundo entero, incluyéndote a ti mismo…. la felicidad brota.
La felicidad siempre te acompaña. No tiene nada que ver con el tipo de clima, con el trabajo que realices, o con quienes te quieren. La felicidad no tiene nada que ver con nada, ni con nadie. Es simplemente un estado de despreocupación, de relajación de tu ser con la existencia. Esta ahí: no va y viene. Está ahí, como tu respiración, como el latido de tu corazón, como la circulación de la sangre por tu cuerpo. Esta y siempre ha estado ahí para ser absorbida por tus sentidos cuando estés dispuesto a gozarla.

viernes, 15 de febrero de 2013

Dualidad de la vida


El amor es ambas cosas.  Es rico y es doloroso, es agonía y es éxtasis; porque el amor es el encuentro de la tierra y el cielo, de lo conocido y lo desconocido, de lo visible y lo invisible.
El amor es el límite que separa la materia y la consciencia, el límite entre lo más bajo y lo más elevado.  El amor tiene raíces en la tierra que son su dolor, su agonía.  Y el amor tiene sus ramas en el cielo que son su éxtasis.
El amor no es un fenómeno simple, es dual.  Es un acuerdo tirante entre dos polaridades.  Tendrás que comprender estas dos polaridades: una es el sexo, la otra es la oración.  El amor es la cuerda tirante entre el sexo y la oración; parte de él es sexo y parte oración.
La parte sexual tiene necesariamente que traer muchas miserias, la parte que pertenece a la oración traerá muchas alegrías.  Por eso es difícil renunciar al amor, porque uno tiene miedo de que se renuncie también a las alegrías que vienen con él.  Uno tampoco es capaz de estar totalmente en él, porque todos esos dolores te recuerdan una y otra vez que renuncies a él.  Esta es la miseria del amante: el amante vive en una tensión tirante.

viernes, 1 de febrero de 2013

Al nacer, conoce el sabor de la soledad


El momento en que el niño deja el vientre de la madre, la primera experiencia es la de sentirse solo; empieza sintiéndose solo, tiene que abandonar su hogar.  El mayor trauma que el niño sufre es cuando tiene que dejar el vientre.  Se aferra al vientre, no quiere salir de él.  Ha vivido ahí durante nueve meses, amaba el espacio, el calor, y se le ha cuidado maravillosamente, sin tener responsabilidad, sin preocupación.  ¿Por qué se tiene que ir? Se le echa fuera, se le expulsa; no quiere salir.  A la vida, nosotros la llamamos nacer, pero el niño piensa que se va a morir. Para él es la muerte, porque es el fin de la vida que ha conocido durante nueve meses.  Está conmocionado, se siente castigado, y aún no puede pensar, así que el sentimiento profundiza mucho en el cuerpo.  Es un sentimiento de todo su ser, no un pensamiento, por eso empapa cada cédula de su cuerpo y se queda: esta es la primera experiencia de sentirse solo.
Y muchas experiencias vendrán una y otra vez.  Un día la madre le retirará el pecho, y otra vez el niño se sentirá solo; un día se retirará al niño de la madre y le cuidará una niñera: otra vez se sentirá solo.  Un día no le permitirán dormir en la habitación de la madre, le darán una habitación separada: otra vez se sentirá solo.  Recuerda tu niñez el día que tuviste que dormir solo en una habitación por primera vez: la oscuridad, la frialdad, nadie a tu alrededor.  Y nunca antes había sido así; el calor de la madre, su suave cuerpo siempre estaba a la mano.  Ahora el niño se aferrará a un juguete (un osito de peluche), ¿pero es eso un sustituto?  O se aferrará a la manta, ¿pero es eso un sustituto?  Un pobre sustituto, pero de alguna manera, se las tiene que arreglar; se siente muy solo, abandonado, rechazado, en la oscuridad.  Estas son heridas que se van acumulando y van haciendo la idea de sentirse solo como algo más profundo.  Un día tiene que dejar el hogar e ir a una guardería o a la escuela con personas extrañas, desconocidos.  Son heridas; ¡están ahí!  Y continúan.
Toda la vida es un largo proceso de sentirte solo.  Entonces por azar suceden algunas experiencias profundas, y gracias a esas experiencias  profundas descubres  que posees destellos dentro de tu ser.
Olvida las interpretaciones que se han gestado en tu alma del estar solo; ahí es donde te pierdes, lo que está ocurriendo es algo verdaderamente nuevo.  Es tan nuevo, que no puedes explicártelo.  La única manera de conocerlo es entrar en ello, familiarizarte con ello. “Es como cuando bebes agua; sólo tú sabes si está fría o caliente”.
Ahora bebe de esta soledad, esta energía fresca que está brotando de ti.  Bébela, saboréala, y te sorprenderá: nunca antes habías conocido nada igual.  Es libertad, libertad del otro; después de esta libertad, el amor se hará posible.  Después de esta libertad, el compartir sucederá.  Después de esta libertad, tu vida tendrá un significado totalmente diferente, un esplendor totalmente diferente.  Tu esplendor oculto brillara.

viernes, 18 de enero de 2013

Dialogar


Dialogar no es simplemente hablar, no es discutir, no es argumentar, no es debatir. El diálogo tiene una cualidad diferente. Un diálogo es un encuentro, un encuentro en amor, de dos seres intentando entenderse. No intentando argumentar, no intentando discutir; se trata de una actitud muy afable. Dialogar es participar en el ser del otro: dos amigos o dos amantes hablando sin ningún antagonismo interior, sin intentar demostrar que tú tienes razón, y el otro se equivoca.
Dialogar significa intentar comprender al otro con una mente abierta. El diálogo es un fenómeno raro y hermoso, ya que por medio del diálogo ambas partes se enriquecen. De hecho, cuando tú hablas, puede ser o bien una discusión –una lucha verbal entre dos opuestos en la que ambos intentan demostrar que tienen razón y que el otro está equivocado- o bien un diálogo, lo cual es diferente. Dialogar no es definirse uno en contra del otro, sino darse la mano, ir juntos hacia la verdad, ayudarse el uno al otro a encontrar el camino. Es unidad, es cooperación, es un esfuerzo armonioso para encontrar la verdad. No es de ninguna manera una lucha, en absoluto. Es una amistad, es ir juntos en busca de la verdad, es ayudarse el uno al otro a encontrar la verdad. Nadie tiene la verdad todavía, pero cuando dos personas empiezan a buscar, a investigar acerca de la verdad juntas, por medio del diálogo, ambas se enriquecen. Y cuando se encuentra, la verdad no es ni mía ni tuya. Cuando se encuentra, la verdad es más grande que los dos que han participado en la búsqueda, es más elevada que ambos, los abarca a ambos; y ambos se enriquecen.

viernes, 11 de enero de 2013

En una relación


Si una esposa y un marido nunca se enfadan, puedes estar seguro de que entre ellos no hay amor.  Eso es absolutamente seguro. Pero si se enfadan de vez en cuando, si se enfadan de verdad, esa ira lo refresca todo. De hecho, cuando la ira haya desaparecido volverán a tener otra luna de miel.  Ahora todo es fresco.  Están en otra parte, se vuelven a enamorar.  La eternidad del amor es enamorarse una y otra y otra vez.  Si no hay ira, verdadera ira, si estás hirviendo por dentro y vas con una sonrisa en la boca porque eres su marido y ella es tu esposa, la ira traerá problemas; si sonríes entonces, esa sonrisa será falsa.  Y la esposa notará que tu sonrisa es falsa; y tú también sabrás que su sonrisa es falsa.  Estarás viviendo una vida falsa en tu hogar.  Y esa falsedad se va incrustando tanto que olvidas por completo lo que es una sonrisa verdadera, lo que es un beso verdadero, lo que es un abrazo verdadero, te olvidas por completo. Sin embargo, repites los gestos: abrazas a tu esposa, la besas, pero estarás pensando en otras cosas. Repites los gestos, pero no son más que gestos, impotentes, muertos.  ¿Cómo vas a llevar una vida plena?  Así que yo digo que incluso las emociones negativas, si son reales, son buenas; y si son realmente auténticas, poco a poco, su propia autenticidad las transforma.  Se van volviendo más y más positivas hasta que llega un momento en que toda positividad y toda negatividad desaparecen.  Tú simplemente mantente auténtico: tú no sabes lo que está bien y lo que está mal, tú no sabes lo que es positivo y lo que es negativo. Así que simplemente sé auténtico.
Esta autenticidad te permitirá ver un destello de lo real. Solo lo real puede conocer lo real, solo lo verdadero puede conocer la verdad, solo lo auténtico puede conocer lo auténtico.

viernes, 30 de noviembre de 2012

¿ Que son los celos?


¿Qué es esta energía llamada celos? Y obsérvala como si observaras una rosa...  mira en su interior. Cuando no hay conclusión, tus ojos están claros; la claridad sólo la consiguen aquellos que no tienen conclusiones. Observa, mira en su interior y se volverán transparentes, y llegaras a saber que son tontos. Y conociendo su estupidez, se caen por si solos. No necesitas librarte de ellos.
Ni siquiera puedes ver a la otra persona sien­do feliz con alguien por un minuto porque de inmediato te invade un oleaje de celos.
Intenta ver lo que realmente hay en ti para la otra persona...
Entonces los celos desaparecerán.
En la mayoría de los casos con los celos, el amor también desaparece.
Pero es bueno, porque ¿qué sentido hay en sentir un amor que está lleno de celos, no es amor?
Si los celos desaparecen y, el amor permanece, en­tonces tienes algo sólido en la vida que vale la pena.  
Los celos son una de las áreas más frecuentes de la ignorancia psicológica sobre ti mismo, sobre los demás y más específicamente so­bre las relaciones.
Aquí tienes mas para tu familia:
https://www.youtube.com/watch?v=IuEINi7JJOY

viernes, 23 de noviembre de 2012

Un lago de energia


Cambiar tu carácter es fácil, la verdadera tarea consiste en cambiar tu conciencia, en hacerte consciente, más consciente, más intensa y apasionadamente consciente. Cuando eres consciente resulta imposible enfadarse, resulta imposible ser ambicioso, envidioso, avaricioso.
Y cuando desaparecen la ira, la ambición, la envidia, el sentimiento de posesión, el deseo, se desata toda la energía que los acompaña. Esa energía se  transforma en dicha. Y entonces no llega del exterior sino que ocurre en el interior de tu ser, en lo más recóndito de tu ser.
Y cuando accedes a esa energía te conviertes en un campo receptivo, en un campo magnético. Atraes el mas allá…cuando te conviertes en un campo magnético, cuando se reúnen, cuando se juntan en tu interior toda la energía que desperdicias inútilmente en tu inconsciencia. Cuando te transformar en un lago de energía, empiezas a atraer a las estrellas, empiezas a atraer al más allá, el paraíso mismo.
Y el punto de encuentro de tu conciencia con el más allá es donde surge la dicha, la verdadera felicidad. No se sabe nada de infelicidades; es pura felicidad. No se sabe nada de la muerte; es pura vida. No se sabe nada de la obscuridad; es pura luz… y saber es la meta.

viernes, 16 de noviembre de 2012

No al carácter, si a la conciencia


Yo no creo en absoluto en el carácter. Deposito mi confianza en la conciencia. Si una persona se hace más consciente, su carácter se transforma. Pero esa transformación es completamente distinta. No está controlada por la mente; es algo natural, espontáneo. Y siempre que tu carácter sea natural y espontaneo poseerá una belleza propia; entonces…cambias, abandonas la ira. Te desprendas de lo que te desprendas volverá a expresarse desde otro angulo. Tiene que ser así. La ira ya no es ambición es ira al natural.
La gente normal se enfada de vez en cuando, y esa ira es fugaz, es momentánea. Después vuelven a reírse, vuelven a ser amables; las heridas no les duran mucho, En los ambiciosos su ira es permanente. Simplemente están enfadados, y por nada en especial. Han reprimido tanto la ira que simplemente están enfadados, en un estado permanente de furia. Se verá en sus ojos, se verá en su nariz, en su cara, en su modo de vida.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Que son los celos?


Los celos son comparación. Y nos han enseñado a comparar, nos han condicionado a com­parar, siempre a comparar.
Compara a cualquiera que pase junto a TI, y el resultado que obtendrás será de grandes celos; es la consecuencia del condicionamiento que genera la comparación.
Si dejas de comparar, los celos se desvanecen.
Entonces simplemente sabes que eres TÚ, no la otra persona, algo para lo que no hay nece­sidad de comparar.
Y sería bueno que no te compares con los árboles o la belleza de las flores, de lo contrarío empezaras a sentirte muy celosa. Y te preguntaras; ¿Por qué Dios ha sido tan duro conmigo y no me ha dado flores?
Observas como solo te comparas con los seres humanos, por­que has sido condicionado  a compararte úni­camente con los seres humanos; no te comparas con los pavos reales ni con los colibríes. Pues en ese caso tus  celos no dejarían de crecer, te abrumarían tanto que ni siquiera serias capaz de vivir.
La comparación es una actitud negativa, porque cada persona es única e incomparable. Y una vez que has comprendido esto, los celos desaparecen.
TÚ simplemente eres TÚ, nadie ha sido jamás como TÚ, y nadie lo será nunca.
Y tampoco necesitas ser como otra persona.
Dios solo crea originales; Él no cree en fotocopias.
Otra situación que crea celos es el sexo, pero esa es una situación secun­daria. Porque no se trata de cómo librarse de los ce­los, no puedes librarte de ellos porque no puedes dejar el sexo. La cuestión es cómo transformar el sexo en amor, entonces los celos desaparecerán.
Si amas a una persona, el mismo amor es suficiente garantía, suficiente seguridad. Si amas a una per­sona, sabes que no puede ir junto a otra. Y si lo hace, pues lo ha hecho; no se puede impedir.
Cuando amas a una persona, confías en que no puede irse con cualquiera.
Si lo hace, no hay amor y no se puede remediar.
El amor aporta esta comprensión.             
No hay celos.
De modo que si se presentan los celos, sabrás bien que no hay amor.

viernes, 26 de octubre de 2012

El miedo


No se enfada, en realidad te tiene miedo.
Y para ocultar ese miedo tiene que proyectar ira.
La ira siempre es para ocultar el miedo.
La gente emplea todo tipo de estrategias.
Hay personas que reirán para poder detener sus lá­grimas.
Al reír olvidan, ellos olvidan... y las lágrimas pueden permanecer ocultas.
Con la ira, sus miedos permanecen ocultos.       
Simplemente te estoy ayudando a abrirte en todas las dimensiones, aun cuando sientas que van contra las ideas que has tenido has­ta ahora. Incluso así, estarás disponible para di­chas ideas, porque es una oportunidad para juzgar si lo que has estado pensando está bien o no. Es un momento dorado aquel en el que se apa­rece algo contrario a tus ideas, a tus pensamientos, que hasta ahora habías considera­do racionales. Pero si realmente lo son, entonces, ¿por qué temer?

viernes, 19 de octubre de 2012

Dualidad fundamental


La más importante de las preguntas entre todas las preguntas es la siguiente; ¿Qué es la verdadera felicidad?
Con lo momentáneo, la felicidad será solo algo fugaz: en un momento aparece y al siguiente desaparece, y te quedas en la desesperación y la oscuridad.
Eso es lo que ocurre en la vida normal, en la vida de los que viven en función de otros. Hay momentos de dicha y momentos de sufrimiento; es una mezcla donde hay de todo un poco . No se pueden guardar los momentos de felicidad que se presentan. Se presentan porque si y desaparecen porque sí. Tú no los dominas. Y no puedes evitar los momentos de sufrimiento, porque también persistentes. Aparecen porque si, y desaparecen porque sí. Tú eres una simple víctima. Y te sientes desgarrado entre las dos; felicidad e infelicidad. Nunca puedes sentirte en paz.
Esta clase de dualidades… La dualidad de la felicidad  y la infelicidad es la más fundamental y la más sintomática, pero existen otro tipo de dualidades: la dualidad del amor y el odio, de la vida y la muerte, del día y la noche, de la juventud y la vejez y así sucesivamente. Pero la dualidad fundamental, la que representa a todas las demás dualidades es la de la felicidad o infelicidad. Y vivir entre ellas, es estar en medio de una enfermedad.
Por ello lo primero que hay que comprender es que la felicidad, no se puede practicar, solo se puede permitir. Porque no es algo que TÚ creas. La pintura no puede ser mas grande que el pintor, ni la poesía más grande que el poeta. Ni la canción mas grande que el artista.
Si practicas la felicidad siempre estarás detrás y abrirás la puerta a la infelicidad  Con esa mente caótica no puedes crear cosmos, no puedes crear la gracia. La gracia siempre desciende del mas allá; hay que recibirla como un don. La verdadera felicidad se da en un estado de dejarse llevar.

viernes, 12 de octubre de 2012

Ni principio, ni final


La vida es una mujer.  Trata de entender la vida y te verás envuelto en un lío.  Olvídate de entenderla.  Sencillamente, vívela y la entenderás.  La comprensión no será intelectual o teórica.  La comprensión será total.  La comprensión no será verbal, sino no verbal.  Eso es lo que queremos decir cuando decimos que la vida es un misterio.  Puede ser vivida, pero no resuelta.
Puedes saber qué es, pero no puedes decir qué es.  Ése es el significado de “misterio”.  Cuando decimos que la vida es un misterio, estamos diciendo que la vida no es un problema.  Un problema puede ser resuelto.  Un misterio es eso que no puede ser resuelto.  Lleva su indisolubilidad impresa.  Y es bueno que la vida no pueda ser resuelta; si no ¿qué harías?  Simplemente piénsalo.  Si la vida no fuera un misterio y alguien llegara y te explicara, ¿qué harías?  No quedaría nada que hacer. La vida es un misterio.  Cuanto más sabes de ella, más bella es.  Llega un momento en que, de repente, empiezas a vivirla, empiezas a fluir con ella.  Entre tú y la vida evoluciona una relación orgásmica, pero tú no puedes imaginarte cómo es.  Ésa es su belleza, ésa es su infinita profundidad.
Y es verdad; no hay ni principio ni final.  ¿Cómo puede haber un comienzo y un final para la vida?  Un comienzo significaría que algo surgió de la nada y un final significaría que algo que estaba allí desapareció en la nada.  Eso sería un misterio aún mayor.  Cuando decimos que la vida no tiene principio queremos decir que la vida siempre ha estado ahí.  ¿Cómo va a tener un principio?  ¿Puedes trazar una línea y decir que desde ese momento la vida empezó, tal  como los teólogos o la ciencia suele decir?  Cuatro mil años antes de Cristo –dicen- la vida empezó un determinado lunes.  Evidentemente ha de haber sido por la mañana, pero ¿cómo vas a decir que era un lunes si antes no había un domingo?  ¿Y cómo puedes decir que era por la mañana si la noche anterior no existía?  Piensa en ello.
No, no puedes trazar una línea divisoria.  No es posible trazar una línea porque incluso para trazar una línea se requiere algo.  Se necesita algo que ya esté allí; si no, no se puede trazar. Puedes trazar una línea si existen dos cosas, pero si sólo existe una cosa, ¿cómo vas a marcar una línea?  La valla alrededor de tu casa es posible porque tienes un vecino. Si no existiera el vecino, si no hubiera nada más allá de la valla, la valla no existiría. Piensa en ello. Si no hay absolutamente nada más allá de tu valla, tu valla desaparecerá en la nada.  ¿Cómo va a poder existir?  Se necesita algo más allá de la valla para sostenerla.
La vida es, la vida simplemente es, ha sido y será.  Es eternidad.
Y no empieces a pensar en ello. Si no te la perderás porque todo el tiempo que desperdicias pesando en eso, es pura pérdida.  Emplea ese tiempo, emplea ese espacio, emplea esa energía para vivirla.
         

viernes, 5 de octubre de 2012

Ira y tristeza...


La tristeza es ira pasiva y la ira es tristeza activa.
Como la tristeza surge con facilidad, la ira parece difícil, porque estas demasiado sintonizados con lo pasivo.
Es difícil para una persona triste estar enfadada.
Si puedes encolerizar a una persona triste, su triste­za desaparecerá de inmediato.
Será muy difícil para una persona encolerizada estar triste.
Si puedes entristecerlo, su ira desaparecerá de inme­diato.
En todas nuestras emociones continúa la polaridad básica: de hombre y mujer.
La ira es masculina, la tristeza es femenina.
De modo que si estas en sintonía con la tristeza, es difícil pasar a la ira, pero seria bueno que lo hicieras.
Hacerla estallar en tu interior no ayudará mu­cho, porque una vez más solo buscas algún modo de ser pasivos.
No…..Sácala, exprésala. Aunque parezca una ton­tería, hazlo.
Se un bufón ante tus propios ojos, pero sácala. 
Pero no contra otros, eso es muy importante....aclarar
Si puedes flotar entre la ira y la tristeza, ambas se tornaran similarmente fáciles.
Tendrás una trascendencia y entonces podrás observarle. Podrás estar detrás de la pantalla y, con­templar estos juegos, para luego ir más allá de las dos. Pero primero deberás moverte con facili­dad entre ambas, de lo contrario tenderas a estar triste, y cuando uno se siente atribulado, la tras­cendencia resulta difícil.
Recuerda, cuando dos energías opuestas son exactamente iguales, entonces es muy fácil salir de ellas, porque están peleándose y cancelán­dose entre ellas y no estás sujeto a ninguna.
Tu tristeza e ira están al cincuenta por ciento, son energías iguales, de manera que se cancelan entre sí.
De pronto tendrás libertad y podrás escapar de ellas.
El día no es solo de Dios, también lo es la noche.
A esta forma de mirar  la vida yo la llamo religiosidad.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Madurez


La madurez llega a través de experiencias de vida cada vez más profundas, no evitando la vida. Evitando la vida con­tinuarás siendo infantil.
Un niño tiene que ser infantil, de otro modo des­perdiciará la gran experiencia de la infancia. Pero seas joven o viejo, ser infantil simplemente denota que no has crecido. Ser como un niño es un fenómeno totalmente diferente. ¿Qué quiere decir?
Jesús repetía sin cesar: «A menos que seas como un niño no entrarás en el reino de Dios». Así que; «No entrarás en el reino de Dios si no eres como un niño». ¿Qué quería decir Jesús con «ser como un niño»? Muchas cosas. Una, el niño siempre es total. Haga lo que haga, se queda ab­sorto en ello, nunca es parcial. Si está recogiendo caracolas en la playa, todo lo demás desaparece de su consciencia, lo único que importa son las caracolas y la playa. Está absorto, absolu­tamente perdido en ello. Esa totalidad es una de las cualidades fundamentales de ser como un niño. Eso es concentración, eso es intensidad, eso es totalidad.
Y lo segundo: un niño es inocente. Funciona desde un es­tado de no saber. Nunca funciona desde el conocimiento, por­que no lo tiene.
siempre funcionas desde el conocimiento. Conoci­miento significa pasado, todo lo que te han transmitido y lo que tú has reunido: y cada nueva situación es nueva, no se le puede aplicar ningún conocimiento. No estoy hablando de in­geniería o de tecnología: ahí el pasado es aplicable porque una máquina es una máquina. Pero cuando estás funcionando en una atmósfera humana, cuando te estás comunicando con seres vivos, ninguna situación es una repetición de otra. Cada situación es única. Si quieres funcionar correctamente tendrás que hacerlo a través de un estado de ignorancia, como un niño. No interpongas tu conocimiento, olvida tu conoci­miento. Responde a lo nuevo como nuevo, no respondas a lo nuevo desde lo viejo. Si lo haces, no acertarás: no habrá un puente entre tú y lo que está sucediendo a tu alrededor. Siem­pre llegarás tarde, siempre perderás el tren.
                                                                                                           

viernes, 14 de septiembre de 2012

Me preocupa la seriedad de los niños...


Enséñales a reír cada vez más. Y cuando juegues con ello, man­tén una atmósfera risueña a su alrededor. Si puedes evitar la serie­dad, estarás cumpliendo con tu obligación. Los niños son aplasta­dos por la seriedad. Sin duda la gente mayor es más seria y los niños son más risueños, y poco a poco les empiezan a imitar; comienzan a sentir que su risa no está bien. Y la gente mayor crea la impresión en sus mentes de que el ser serio, el estar tranquilo, el ser silencioso, es algo bueno, virtuoso. Eso está equivocado, porque una vez que el niño pierde contacto con la risa es muy difícil recuperarle. Harán falta muchas terapias, e incluso así es difícil recuperar tu infancia.
Si a los niños se les permite ser naturales, reírse, divertirse, ser espontáneos, no hace falta ninguna terapia. Las personas pueden ser religiosas sin pertenecer a ninguna religión. Toda su vida será una adoración porque la risa es una oración.
En el momento en que el niño deja de divertirse, la muerte ha hecho aparición. Por eso, hasta en la vejez la gente sigue recordando que la infancia era un Paraíso, que la infancia era el cielo. Esa sensación de que has perdido algo continúa; has perdido el jardín del Edén.
Por eso, cuando hay niños en casa, tienes el jardín del Edén a tu alrededor. No le obligues a volverse serios. En vez de eso pier­de tu seriedad cuando estés con ellos. Ríe y sé un niño. Si puedes ayudar sólo con esto, ellos se convertirán cuando crezcan en bellas personas.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Madura...


El hombre se ha estado engañando a sí mismo y a los de­más mostrando ser maduro. Pero solo lo ha adoptado de otros. Lo miro en la violencia que desatamos, en nuestras luchas por ser alguien, en nuestros hijos que van por el mundo a ciegas, en nuestros deseos infinitos por aferrarnos a ser maduros y serios. Y si te dijera que la madurez es lo totalmente opuesto a todo lo que un día escuchamos de otros, quizás te sonara tonto. Pero te afirmo; si adoptas las creencias de otros, serás falso, pseudo. No adop­tes nada. ¡Sé! El adoptar es una barrera para el ser. Y la única manera de ser es empezar desde el principio. La edad mental de la gente denominada normal no supera un lugar situado entre los diez y los trece años; ¡ni siquiera catorce! Y puedes tener setenta u ochenta años, pero tu edad mental se quedó atascada en algún momento antes de la madurez sexual. Una persona queda sellada para siempre en el momento en que alcanza la madurez sexual, a los trece o a los catorce años. Después se va volviendo cada vez más fal­so. Una falsedad tiene que ser protegida con otras falsedades, una mentira tiene que ser defendida con otras mentiras. Y esto no tiene fin. Te conviertes en más de lo mismo; eso es la personalidad, una máscara. La personalidad tiene que ser abandonada, sólo entonces emerge la individualidad. No significan lo mismo. La personalidad es sólo un escaparate; es una exhibición, no es algo real.
La individualidad es tu realidad, no es un escaparate. Uno puede escarbar en ti todo lo que quiera y siempre encontrará el mismo sabor. Se cuenta que el Buda dijo: «Pruébame de cualquier lado y encontrarás el mismo sabor, del mismo modo que si das un sorbo del océano en cualquier lado lo encontra­rás salado». La individualidad es un todo. Es orgánica. Por eso lo primero que hay que entender es: nunca adoptes una actitud madura. maduro o inmaduro. Si eres inma­duro sé inmaduro. Siendo inmaduro estarás permitiendo el crecimiento. Hazle un sitio a la inmadurez; no seas falso. Si eres infantil, entonces sé infantil. ¿Y qué? Sé infantil. Acéptalo, acompáñalo. No crees una di­visión en tu ser, sino estarás creando la locura básica. Sé tú mismo.
No hay nada malo en ser infantil. Empiezas a adoptar acti­tudes porque te han enseñado que hay algo malo en ser infan­til. Desde tu infancia has estado tratando de ser maduro, pero ¿cómo puede ser un niño maduro? Un niño es un niño, tiene que ser infantil.
Pero no está permitido, por eso los niños pequeños se vuel­ven diplomáticos; empiezan a fingir, a comportarse de forma falsa, se vuelven una mentira desde sus mismos comienzos. Y la mentira además comienza a crecer. Y después un día em­piezas a buscar la verdad. La ver­dad está contenida en tu ser, esa es la verdadera escritura.
Ten coraje. Y por supuesto sentirás cómo te entra mucho miedo, porque siempre que abandones la personalidad, tu puerilidad, que nunca fue permitida, emergerá. Y sentirás miedo: «¡Qué! ¿Voy a tener que ser un niño a estas alturas? ¿Cuando todo el mundo sabe que soy una gran persona, un licenciado, master -o doctor y voy a comportarme como un niño?». Surge el miedo: el miedo a la opinión de los de­más, al qué dirán.
Al­gunas veces es muy doloroso ser de verdad y ser auténtico. No es fácil. Ser falso y no ser auténtico es fácil, conveniente, cómodo. Es un truco, es una estrategia para protegerte; es una armadura. Pero entonces no descubrirás la verdad que está en tu espíritu. Entonces nunca sabrás lo que es Dios, porque Dios sólo puede ser conocido en tu interior: primero en tu in­terior, luego en tu exterior; primero dentro, luego fuera, por­que eso es lo más próximo a ti, tu propio ser. Si no encuentras a Dios dentro de ti, ¿cómo puedes ver a Dios en otros sitios? Tonterías. No puedes ver a Dios en un templo si no puedes verlo en ti mismo. ¿Y cómo vas a ver a Dios en ti mis­mo si estás fabricando continuamente mentiras a tu alrede­dor? Son tantas las mentiras que casi has olvidado el camino a tu ser. Estás perdido en una selva de mentiras. Por eso lo primero que hay que recordar...sólo siendo como un niño ma­durarás; ese es el comienzo de la madurez. 

viernes, 31 de agosto de 2012

dale descanso tu mente...

La meditación es justamente la esencia, la esencia verdadera.  No se le puede quitar nada. Y la meditación es el silencio que abre un universo de eternidad, de inmortalidad, de todo aquello que pueda pensarse como una bendición. Por ello veo la meditación como una religión.
Nos da ambos mundos.  Nos da el otro mundo, (el de la divinidad), y nos da este mundo también (el terrenal).  Entonces uno no es pobre.  Uno tiene una riqueza, pero no es material.  La meditación nos vuelve ricos en un sentido absoluto al darnos el mundo de nuestro ser más interno.  También nos vuelve ricos en un sentido relativo porque libera nuestros poderes mentales en los talentos que tenemos. Todo el mundo nace con cierto talento, y a menos que lo experimentes en su totalidad, algo le faltará.  Empezaras a sentir que de alguna manera hay algo que no está en su lugar.
Dale descanso a la mente, ¡lo necesita!  Y es tan sencillo: sólo vuélvete su testigo.  Te dará ambas cosas.
Lenta, lentamente la mente empieza a aprender a estar en silencio.  Una vez que sabe que permaneciendo en silencio se vuelve poderosa, sus palabras no son sólo palabras: tienen una validez, una riqueza y una calidad que nunca antes tuvieron, tanto que viajan directamente, como flechas; traspasan las barreras lógicas y llegan al corazón mismo.