miércoles, 25 de abril de 2018

Problemas de uno


  • Tolerar, adaptarse, familiarizarse con su entorno
  • Aprender a estar solo o sola, no depender en exceso de mama o papa
  • Sustituir los brazos por distintas opciones
  • Los niños generalmente piden brazos y si se los concedes se torna un problema, un problema que deberá ser superado por él bebe al irlo dejando más tiempo solo (a)
  • Niños y niñas deben aprender a quedarse con otras personas de vez en cuando. Se torna un problema si nunca lo han experimentado, un problema que será superado cuando se acostumbren a estar con otras personas.


Problemas de dos

A los dos años niños y niñas enfrentan distintos tipos de problemas pero en la medida que los enfrentan maduran rápidamente veamos algunos ejemplos; 
  • Al dejarlos con otra persona o en la guardería lloran inconsolablemente porque mama o papa se van a trabajar. Un problema de des adaptación y la vía para que el pequeñito se adapte es la constancia, hablo de llevarlos diariamente pues por un día que no lo (a) lleves obstruyes su adaptación. 
  • La dependencia a los dos años es altamente marcada en niños y niñas, se aferran a ti para todo aun y cuando estés todo el tiempo con ellos. Contrario a mirarlo como algo normal míralo como un problema para resolver iniciándolos a despegarse de ti. Hablo de que deberán aprender a quedarse sin mama o papa por algunos minutos, horas o días dependiendo de como lo planees. 
  • Cuando los niños están acostumbrados a que les des de comer, es un problema provocado por ti. Al dar de comer al niño (a) propicias dependencia problema que deberá ser resuelto por ti dejándoles que se alimenten por ellos mismos. 

Problemas de los Maternales


A los tres años la independencia en niños y niñas es una realidad pero en ocasiones se torna en dependencia, problema para ser resuelto tanto por los padres como por los niños te dejo algunos ejemplos:
  • Saben cómo abotonarse la ropa y de no tener la habilidad se apoyan de mama o papa para resolver el problema.
  • Comen solos y reciben la ayuda necesaria de mama o papa
  • Toman líquidos del vaso sin derramarlo, un logro que tienen bien dominado niños y niñas
  • Quitarse  o ponerse sus prendas habla de su habilidad adquirida y de no ser así papa o papa contribuyen  con ellos enseñándoles cómo hacerlo para no tornarse un problema.


Problemas de los preescolar



Los principales problemas de un niño en edad preescolar es de índole emocional sobre todo si ha ingresado a la escuela. Problema que deberá ser resueltos por el o ella con la guía o y acompañamiento de los padres veamos algunos ejemplos; 
Se niega ir a la escuela. Clásico problema que enfrentan niños y niñas cuando no les gusta la escuela, un problema que no te compete resolver, lo único que podrás hacer es contribuir con su adaptación indagando su clima escolar, llevarlos constantemente a la escuela hasta lograr su adaptación y sobre todo no caer en sus evasiones. 
No quiere hacer la tarea. Resultado de iniciarse en sus primeras responsabilidades escolares y para contribuir con ellos lo ideal es generarles el hábito sin desistir hasta lograr la disciplina y hago la observación; que no es lo mismo hablar con ellos que generar un hábito, lamentaría que confundieras la vía para solucionar el problema. 
Presenta problemas de conducta. situación que refleja falta de autoridad en casa o dicho en otras palabras; no atienden normas o limites fuera de casa y la única alternativa es iniciarlos en ellas.

Problemas de los escolares


Los problemas durante la edad escolar tienden agudizarse sobre todo porque el niño se inicia en responsabilidades de tipo escolar, familiar o social veamos algunos de ellos;
No tolera las frustraciones. Los niños que no toleran las frustraciones son niños que deberán aprender a vivirla y salir de ella por cuenta propia, en la medida que te involucres en una frustración que no te pertenece o das alternativas solo acentúas el problema.
No es aceptado en el grupo. Un problema que deberá ser resuelto por el niño, aunque te cueste aceptarlo es el niño quien debe buscar ser aceptado, buscar adaptarse a su grupo. Cuando se dan alternativas a los niños para que busquen ser aceptados solo se agudiza el problema creando desvalía en ellos.
Se niega hacer la tarea. Un niño que se niega hacer la tarea es porque no se ha iniciado tempranamente a conocer sus responsabilidades, en otras palabras es un niño que está acostumbrado a que mama o papa le hagan todo. La vía es iniciarlo en ellas sean personales o escolares.
No copia la tarea. Quizá el niño enfrente este tipo de problemas por su ritmo, falta de habilidad para reproducir notas, seguir una instrucción, velocidad o ritmo así que compete a los padres hacer una indagación para desarrollar tales habilidades.
Saca malas notas. Un problema que compete tanto a padres como al niño, porque sacar malas notas no solo es falta comprensión tiene que ver con distintos factores que llegan a convertirse en trastornos escolares.
No sabe atender. Un niño que no atiende es porque en casa no se le ha iniciado seguir instrucciones. Se trata de dar pequeñas dosis diarias de atención para que el niño adquiera la habilidad.
Es muy travieso. Un niño que es travieso, es un niño que desconoce las normas así que tu papel sera enseñarle a seguirlas.
Olvida la mochila. Un problema de responsabilidad, una situación que deberá ser resuelta por el niño. Y puedes contribuir con el o ella asignandole tareas hogareñas, dándoles encomiendas para llevar y traer artículos e incluso poner un recordatorio para cuidar la mochila.
                                                                                                                                                                        




miércoles, 18 de abril de 2018

Palabras, palabras


Si de estimular el lenguaje en tu bebe se trata, trabajar con palabras es ideal.  Se trata de recortar palabras previamente de cajas, botes o bolsas para enseñarle a tu bebe a construir frases u oraciones. Solo recaba una cantidad suficiente de textos sean recortados o en su propio empaque, teniendo tus materiales preparados elije uno de ellos para leer a tu pequeño (a) y enseguida arma una frase con la palabra elegida por ejemplo; leche (palabra) ahora dile; la leche es rica (oración). Realiza lo mismo pero ahora con otra palabra invitando al bebe a repetir lo que dices, recomiendo que lo alientes ayudándole y mostrándole el texto elegido. Realiza este tipo de estímulos cuantas veces desees a lo largo de la semana con palabras cortas o largas favorecerá la articulación del lenguaje en tu bebe.

A esconderse!


Imagina que juegas a esconderte con tu bebe, si a esconderte estando frente a tu bebe para estimular su lenguaje. Solo di a tu bebe; -¡no veo, no veo!- a la par que te tapas los ojos, y al destapártelos di; -veo un bebe- vuelve a taparte los ojos diciendo; -¡no veo, no veo!-  al destaparlos di; veo una nena, continua con la misma dinámica solo que al destaparte los ojos ve diciendo con palabras lo que vez; suéter, silla, cuadro, mesa, sillón invitando a tu bebe a repetir cada palabra que dices a la par que la señalas. Al destaparte los ojos dices una palabra, señalando un objeto. Puedes invitar al bebe a esconderse  para decir palabras. Repite  el juego tantas veces como desees en distintos escenarios para favorecer nuevas palabras.

Correr tras palabras


Si de correr se trata un bebe es experto en ello, sea en su cochecito o sin él  así que porque no aprovechar esta habilidad para estimular su lenguaje, para ello haz lo siguiente; elije las palabras que deseas estimular representándolas con artículos, juguetes, verduras o frutas por ejemplo; biberón, pelota, papa, plátano. Elegido tu material para decir palabras colócalo a tu alcance e inicia por tomar el primer objeto, como el biberón, colócate frente a tu bebe, muéstraselo e invítalo a seguirlo a la par que vas diciendo su nombre. Y para cuando él (a) bebe intente tomar lo que le muestras aléjate poco a poco para que tu bebe te siga. Al iniciar hazlo lentamente y asegúrate de ir elevando la velocidad. Se trata de jugar a perseguir un objeto diciendo su nombre. Al hacer periódicamente este tipo de juegos propicias el lenguaje en tu bebe.

Es tiempo de comunicarse


Ya es un o una preescolar y su bagaje de palabras es tan amplio que no hace falta estimularlo (a) por fin se ha desencadenado un cumulo de palabras cual torrente de comunicación. Ahora compete estructurar, dar un orden, secuencia y una cronología a las palabras que dicen niños y niños. Un orden porque el niño aprende mediante ensayo y error que las palabras van saliendo abrupta o melodiosamente de ahí que cuando lo o la escuches hablar desaforadamente permite que evoque todo lo que su cerebro tiene que decir, permite que se exprese atropelladamente después cuando haya pasado aquella excitación de sacar sus palabritas ayúdale a estructurar lo que dijo, si a estructurar eso que quiso decir, quizá le falto ilación por lo que abra de darle un orden, tal vez intercambio palabras por lo que será necesario crear una secuencia, quizá el tiempo en el que se está expresando aún no está comprendido por lo que su cronología de palabras aún no está bien definida (hoy, ayer, mañana) abra que ayudarles. Solo pide al niño (a) que vuelva a repetir lo que dijo bastara para colaborar con su lenguaje. Así que cuando se inicie algún intercambio de palabras entre ustedes no se te ocurra interrumpir tan preciado desfogue de palabras porque si lo haces será como bloquear el aprendizaje dando cabida a la frustración, inhibición e incluso si lo (a) callas o corriges devalúas su lenguaje mejor espera a que termine de expresarse y luego den rienda suelta a estructurar, dar un orden, una secuencia a eso que te quiere decir tu pequeño (a).


Hablan cuando sienten confianza


Se pensaría que como ya es un niño o una niña en edad escolar su lenguaje para comunicarse en el hogar, la escuela o fuera de casa deberá estar en elevados rangos de interacción con otros, de elevada apertura o desinhibición para comunicarse pero no es así. Quizá para algunos niños es una ganancia de su desarrollo y el medio que les rodea pero para otros no. En esta etapa escolar pareciera que niños y niñas optan por ser altamente esquivos para hablar en especial con sus padres no siendo así con sus iguales. Son tan huidizos que necesitan sentir una real confianza para aflorar su bagaje verbal con mama o papa. Así que… -si de comunicarte- o -querer que tu hijo te tenga confianza para hablarte de todas sus experiencias- la clave es dársela, es rodearles de un ambiente impregnado de certeza. Hablo de propiciar una comunicación saludable. Hablo de tender puentes de palabras donde padres e hijos intercambien experiencias propias o ajenas mediante una comunicación fluyendo libremente, saben que tienen diferencias pero también saben que pueden hablar de cualquier situación y eso solo se logra si eres una persona confiable con ellos.

miércoles, 11 de abril de 2018

Efecto de las Advertencias


Toda causa tiene su efecto. Toda advertencia que dices a un niño o una niña en aras de atender tus llamados al hablarle, en especial cuando quieres que te obedezcan, llegan a ser altamente nocivas. Quizá en las siguientes líneas me lea tremendamente ácida al abordar los efectos de algunas advertencias. Clásicas advertencias a las que recurren los padres en aras de corregir a sus hijos (as). Con muchas de ellas crecí, recibí al hacerme adulto e incluso replique cuando fui madre situación que; -si hoy volviera a nacer, no lo volvería hacer- en fin solo deseo que cada advertencia que te planteo a continuación propicie en ti una reflexión:
Si no obedeces ya no te voy a querer. Si condicionas a un niño(a) te vales de tu poder sobre ellos pero no te vales de tu inteligencia para lograr que reaccionen a tus llamados.
-Cuento hasta tres para que obedezcas- Porque tienes que contar, porque armarte de muletillas para que reaccione tu hijo (a) ante lo que pides solo generas amplios márgenes de espera, indiferencia, falta de credibilidad en ti, inseguridad para dar una instrucción y sobre todo creas impresionantes plataformas de condicionamiento: -Tu condicionándote a contar  del uno al tres y el niño (a) condicionándose a reaccionar hasta oír el tres-
¡Te lo advierto¡ Porque advertir a un niño o una niña que tú tienes más fuerza, más poder o acaso  ¿porque eres la o él que manda? es por ello que te deben obedecer o porque quieres salir del problema rápidamente porque te cansa pensar diferente, porque no tienes humor o paciencia para buscar alternativas saludables para que los niños reaccionen a lo que pides.
-Si terminas las tareas vamos de compras- Manipulas… ¿te escuchas que manipulas?  Acaso lo haces porque que no has encontrado nuevas formas de desarrollar habilidades escolares en tu hijo o hija o no te has arriesgado a enviar mensajes diferentes a los niños. Cuando un adulto sea consciente cada palabra que dice a un niño (a) no se interpondrá ante un crecimiento espiritual y un crecimiento cerebral.
Si piensas que castigas por el bien del niño, castigas por tu bien porque es lo más cómodo, rápido y satisfaces tus deseos de poder. Quien castiga tiene la supuesta vara de la justicia tan larga que no mira cómo se autodestruye y destruye un alma que aún desconoce cómo defenderse.
Cada que te preguntes porque tu hijo o hija es inhibido, tímido, temeroso o miedoso indaga si castigas, indaga si te impones, indaga si asfixias con imposiciones.
Se precisa de tremenda valentía, voluntad y conciencia para dar un giro a las palabras que destruyen y dar cabida a las palabras que edifican espíritus, almas y cuerpos solo el amor de una madre o un padre tiene el poder de mirar más allá de una advertencia.

Gracias por tolerar mis arrebatos inspiradores en aras de niños y niñas.

Jugar con el cuerpo



Mira mi mano
Hablen de todos los movimientos que pueden hacer con las manos:
  • Pueden aplaudir, tronar los dedos unir las puntas de los dedos, hacer puños, unir los puños.
  • Aplaudan varias veces, volteando las manos, a un lado, al otro, arriba, abajo.
  • Haga el mismo juego con movimientos de los pies.
  • Cuando los niños han aprendido el juego pídales que sugieran otros movimientos con manos y pies.
Habla con tu cuerpo
Hablen de jugar a decir “si” y “no” con el cuerpo
  • Practiquen a decir “si” y “no” con sus brazos, hombros, caderas, dedos de la mano, de los pies etc.
  • Háganse preguntas rápidas para decir "si" y "no"
  • Pide al niño (a) que responda con los codos, con la cabeza, con los dedos, etcetera.
Copia los movimientos
Haz un movimiento y pida al niño que lo copie por ejemplo: 
  • Levanta una mano saludando y pida al niño que la copie 
  • Levanta un pie como ejercitándolo y pida al niño que lo copie 
  • Mueve los brazos como si fueran alas y pida al niño que lo copie 
  • Combina dos movimientos y pide al niño que los copie 
  • Agrega tantos movimientos como los niños puedan recordar para ser copiados.
Movimientos tontos
La idea del juego es tocar una parte del cuerpo con otra
  • Pide al niño que señale su muñeca después que toque con la muñeca la cabeza.
  • Pide al niño que señale su nariz después que toque con la nariz la rodilla
  • Se trata de tocar una parte del cuerpo con otra como: codo con rodilla, nariz con pie, cabeza con pierna, etcétera.

Juegos al aire
Cuando los niños necesitan liberar el exceso de energía prueba lo siguiente:
  • Golpea al aire
  • Da puñetazos al aire
  • Empuja el aire
  • Avienta el aire
  • Atrapa el aire
  • Puedes realizar estas acciones rápida, lenta, suave o rudamente.
Sacúdelo
Invita al niño a identificar las partes de su cuerpo pidiéndole que las sacuda. Pueden sacudir su cabeza, sus manos, pies, dedos de las manos, los pies...

martes, 10 de abril de 2018

Secretos para niños inteligentes


Atención, Percepción, Concentración

A continuación te comparto materiales que mejoran en niños y niñas sus capacidades de inteligencia son cuatro libros que puedes descargar de las ligas que se encuentran adjuntas:



El resto de los materiales los encuentras en esta liga



El resto de los materiales los encuentras en esta liga



Es resto de los materiales los encuentras en esta liga



El resto de los materiales los encuentras en esta liga

miércoles, 4 de abril de 2018

6 y su vida escolar


La escuela les gusta verdaderamente a niños y niñas de seis “quieren trabajar y aprender”. Quieren hacer todo y hacer demasiado. El disgusto por la escuela no aparece de inmediato hasta el final del primer año, cuando –por una u otra razón– no han podido integrarse al grupo lo cual genera conductas de negación para asistir a la escuela durante uno o varios días. Quizá les asusto alguna anécdota, se les pidió que hicieran algo y no supieron cómo reaccionar, tuvieron necesidad de ir al baño y no se les permitió, no saben cómo resolver sus principales necesidades personales o no comprenden lo que habla su maestra (o). Aun con el mejor de los tratos seis sentirá cierta fatiga debido a sus dificultades de adaptación y lo proyectara con catarros, dolores de cabeza o estómago. La relación mutua entre la casa y la escuela tiene suma importancia para el niño (a) de seis años. La emoción del niño sucede cuando lleva a casa su primera lectura que ha podido dominar, es de esperar que los padres no le criticaran, ni le destacaran los errores en ese preciso momento de triunfo. Por otro lado los padres se sienten a menudo tan desilusionados porque su hijo (a) les informan tan poco de la escuela que les genera cierta incertidumbre. Seis muestra mayor inclinación a contar historias acerca de acciones malas de otros niños o a jactarse exageradamente de sus propias realizaciones. Un periodo de conversación a la hora de acostarse es la mejor oportunidad para que el (a) niño de seis hable de sí mismo (a) y de sus experiencias escolares.

7 y su vida escolar


En general siete acepta sin protestar su vuelta a la escuela, mas quizá anticipe que el segundo grado le resultara demasiado difícil. Unas cuantas visitas por adelantado del grupo de primer grado al aula de segundo grado le ayudaran a mitigar temores. Siete podría sufrir ataques de fatiga y esto se advierte tanto en la escuela como en la casa. A los siete hogar y escuela son esferas más separadas  que a los seis. El niño no quiere que la madre le acompañe hasta su salón o visite la escuela a menudo. Cuando se encuentra con un grupo de amigos por lo general ignoran la presencia de la madre. Las interrupciones para ir al baño son menos frecuentes pues siete tiene un lapso de retención más prolongado. El trabajo dentro del aula exige la proximidad de la maestra porque la demanda que hacen los niños de siete ella es casi constante. Les agradada la aritmética y las cartas con combinaciones de números, aun invierte uno o dos números al escribir. Se deleita escribiendo cantidades de varias cifras, le agrada continuar el mismo proceso en toda una página y quizá le confunda pasar de la adición a la sustracción. Los lápices y las gomas constituyen casi una pasión. Siete escribe para borrar. Manipula su lápiz, lo toma con los dedos, lo deja caer, lo clava de punta contra el pupitre o contra algún objeto. Todavía invierte algunas letras y números pero las reconoce y prefiere borrarlas. Empuña el lápiz con fuerza doblando el índice hacia adentro y como regla general su presión es excesiva, aunque irregular.

8 y su vida escolar


Ocho gusta de la escuela y hasta le disgusta quedarse en la casa, en especial si ello significa perderse algún acontecimiento especial. Aunque no obtenga resultados del todo buenos en su trabajo, aunque sus relaciones con la maestra no sean demasiado buenas está más capacitado para permanecer en la escuela. Existe mucha mayor relación recíproca entre la casa y la escuela. Ocho está más interesado en su grupo escolar y quisiera que su maestra llegara a formar parte de ese grupo. Los niños de ocho entran al aula con entusiasmo (a menos, como es lógico, que se trate de uno de esos días malos). El niño de ocho puede desviar la mirada muy fácilmente del pizarrón a su pupitre. Trabaja con mayor independencia que a los siete y no necesita la proximidad de la maestra. El impaciente niño (a) de ocho no puede esperar que se le impartan instrucciones y aunque aparentemente las comprende necesita que se las repitan. A menudo, después de haber trabajado cierto lapso, se detiene para hablar con su vecino, diciéndole que debe hacer, preguntándole que página está leyendo pero puede retornar rápidamente a su trabajo. Le agrada usar el pizarrón y trabajar en su cuaderno. Dedica su preferencia a la última tabla de multiplicar que ha aprendido, le agrada pasar de un proceso a otro, sus desplazamientos pueden incluso ser automáticos; en medio de una multiplicación, saltara probablemente a una suma o a una sustracción y algo le advertirá que su mente le está jugando malas pasadas.

9 y su vida escolar


A nueve le gusta la escuela. La rutina mañanera de prepararse para ir a la escuela ha perdido sus asperezas. Tiene mejor dominio para prepararse y ahora es responsable de su llegada temprano. Con todo tiene dificultades al olvidar algún material escolar aunque lo haya planeado de antemano y colocado sus cosas en un lugar conveniente. Todavía necesita indicaciones, los padres no deberían irritarse por estos retrasos deberían recordar lo bien que se prepara y como distribuye su tiempo. En el aula, nueve parece más ordenado y cumple sus tareas con mayor rapidez. Cada niño tiene su manera individual de entrar en el aula. Uno arroja sus libros sobre el pupitre y otro deposita los libros cuidadosamente. Unos pocos niños necesitaran una palabra de la maestra para empezar a trabajar. Nueve se interesa por las conquistas que lleva a cabo en sus materias escolares y le agrada ser calificado en ellas. Está ansioso por obtener buenas notas y trabaja en ello. El fracaso puede desalentarlo, existe una considerable competencia con los compañeros y puede mostrarse resentido si lo supera alguien muy próximo a él o ella. Cuando fracasa por lo general necesita más atención individual que aislamiento. Nueve tiene mejor sentido crítico para juzgar su propia capacidad. Puede describir su método preferido de trabajo. Sabe que puede resolver mejor un problema si lo escribe primero, sabe que puede hacer mejores combinaciones aritméticas por escrito que oralmente. Algunos dicen que no pueden recordar el significado cuando leen en voz alta. Algunas tareas las cumple más fácilmente en la casa que en la escuela. “No tengo buena memoria” es una de las quejas favoritas de los nueve años. El recuerdo inmediato no resulta fácil. El niño puede recordar mejor las cosas si él o ella las escribe o si se les presenta. Una vez que ha tomado una decisión, sin embargo, no acepta fácilmente influencias para modificarla. Puede evaluar fácilmente su trabajo: “De este, no estoy tan seguro”. “De este estoy completamente seguro”. La materia de la que más habla es probablemente de aritmética. El niño la adora o la odia, a pesar de una respuesta emocional por lo general se desempeña bien en ella. Sabe de memoria muchas combinaciones de números y percibe las que provocan complicaciones. Con frecuencia, nueve siente un interés espontaneo por la solución de problemas aun fuera de los que su trabajo escolar les proporciona. Se interesa por los precios de las cosas y resuelve muchos problemas numéricos que encuentra en la lectura o en la conversación.   


Vida Escolar de 10 y 11


Si se les da la oportunidad a diez y once realmente pueden llegar a gustarles la escuela. Quieren a la maestra y les gusta aprender, pero lo que más les gusta no es que les enseñen sino que mantengan despierto su interés con un estímulo suficiente. Les disgusta faltar a la escuela porque les parece que se atrasan tanto que “nunca podrá ponerse al día”. Esta edad administra bien su tiempo y no se ven en los apuros de nueve. Su mayor responsabilidad se manifiesta no solo en la mejor administración del tiempo sino también en el cuidado de los objetos que le pertenecen. Ya no los pierde o coloca en lugares que no le corresponden, como hacia los nueve años. La memoria, en lo relevante a la vida cotidiana, ha progresado considerablemente. La maestra tiene importancia para el o ella pero no constituye el centro de su interés. Generalmente la respeta y con frecuencia acepta su palabra, aun mas que la de los padres, como ley. Les gusta que su maestra haga la programación de sus actividades. Y el es el primero en recordárselo si la maestra deja algo fuera del programa. A diez y once no solo les gusta escuchar sino también contar historias sobre cosas que ha visto, escuchado o leído. Puede charlar incesantemente y llevar su narración hasta extremos increíbles.
¡Y como le gusta memorizar! Diez sabe de memoria  largos poemas y los recita con acertada expresión. Deberían dedicarse más a tiempo a la memorización que a la comprensión intelectual, en efecto a ambos les resulta difícil combinar o relacionar dos hechos distintos; a ellos les gusta tomar las como las encuentra. El catálogo de datos memorizados habrá de resultarle posteriormente de gran ayuda; la comprensión ya vendrá sola con el tiempo. Es en la aritmética donde mejor se pone de manifiesto su dificultad para relacionar dos hechos distintos. Le gusta hacer compras y manejar el dinero y hacia el final del quinto  grado le encanta la aritmética oral, maneja perfectamente los elementos aritméticos y le produce placer ejercitar este dominio por medio de largos problemas con una cadena de operaciones enlazadas paso a paso.