lunes, 31 de marzo de 2014

MI hijo no me deja hablar

Una señora le pregunta a A.S. Neill:
"Mi hijo de ocho años interrumpe constantemente mis conversaciones con mi esposo. No queremos acorralarlo y ahogar su personalidad. ¿Qué podemos hacer al respecto?"
Neill responde:
"Es difícil contestar cuando no sé qué clase de padres son ustedes. Lo más probable es que hayan dado a su hijo más licencia que libertad, y ahora están cose­chando tempestades.
En una de tantas investigaciones que he examinado y lo que le digo en general a los padres es lo siguiente: No permitan que su hijo los domine, si ustedes no lo controlan, no dejen que los interrumpa, si ustedes no lo inte­rrumpen a él. Los padres deben aprender a decir al hijo 'no' cuando el 'no' es necesario y no deben permitir que su hijo los intimide.
Los hijos intimidan a los padres, o los padres actúan como intimida­dos. Tienen miedo de expresarse libremente.
Eso no es darles libertad, ni otorgarles respeto es enga­ñarlos, mentirles. Los hijos olfatean, y aprovechan ese miedo para dominar más y luego se hace cada vez más difícil retener al nene para que deje de sacudir el avión.
La libertad —dice A. S. Neill— debe ser válida para ambas partes. El niño debe gozar de libertad para hablar sin que lo interrumpan, y el padre debe gozar de libertad para hablar sin que lo interrumpan.
Regla de oro. Tan sólo hay que atreverse a aplicarla, no es fácil, se dice fácilmente, pero no es fácil manejarse con ella en la realidad porque implica responsa­bilidad recíproca y límites para ambas partes.  La explosión momentánea no es libertad, decir lo que quieras, cuando quieras, donde quieras y sobre todo como quieras, en el lenguaje que quieras, no es libertad es explo­sión y puede entenderse como liberación momentánea. Sólo padres que saben poner  límites a sus hijos podrán transmitir el mensaje a sus hijos.


miércoles, 26 de marzo de 2014

Sonidos onomatopéyicos

Todo sonido onomatopéyico  de un animalito, un coche, el avión, etc. son fabulosos para estimular en lenguaje en tu pequeño. Solo requieres de proveerte de videos, grabaciones o láminas. Si le pones al bebe el sonido de un perro mediante video; déjalo que lo mire, lo escuche y después invítalo a imitar el sonido, es importante que escuche primero antes de imitar.  Cinco sonidos serán suficientes para mirar, escuchar e imitar sonidos que estimulan lenguaje, audición y percepción.

Reflejo del moro

El reflejo del moro es un tipo de respuesta involuntaria (sin proponérselo) a la estimulación. El reflejo de Moro es uno de los muchos reflejos que se observan al nacer y normalmente desaparece después de 3 o 4 meses.
Explora que el reflejo del moro en tu bebe haya desaparecido entre los cuatro y cinco meses pues es importantísimo para  observar un sano desarrollo en el bebe. Para ello coloca al bebe boca arriba sobre la cama, tómalo por las manos y observa que levante la nuca hasta que separe su cabeza de la superficie de apoyo, que debe ser blanda. Ahora suéltalo súbitamente sobre la cama nuevamente (con mucho cuidado), y observa si surge  la abducción y la extensión simétrica de brazos y piernas con las manos abiertas, seguida por una flexión de los brazos. De observarse esta conducta el reflejo del moro aun no ha desaparecido, si no la observas tu bebe se esta desarrollando adecuadamente.

Estimula noción de espacio en el bebe

Juega con el bebe a ubicarlo en su espacio. Sentado en el piso o la cama muéstrale un juguete al frente. Dile como se llama, que hace, de qué color es, etc. Hecho este raport ahora pasa a mover el juguete a la derecha, para qué lo busque el niño e intente tomarlo, ahora muévelo a la izquierda, atrás, retorna adelante para seguir charlando. Repite la acción varias veces. La noción de espacio no necesariamente requiere de mantenerlo de pie para iniciarlo a este aprendizaje estando sentadito se percata del todo.

lunes, 24 de marzo de 2014

Cuando "todo cobra vida", es un pensamiento infantil manifestándose

El animismo infantil es la tendencia a concebir las cosas como vivas y dotadas de intenciones. Es vivo, al principio el niño piensa que todo objeto tiene vida y por lo tanto genera alguna actividad, sobre todo ligada a su utilidad: la lámpara que alumbra, el hornillo que calienta, la luna que brilla, el coche que lo lleva a la escuela, la máquina que hace las tortillas o la vaca que da leche. Definitivamente todo tiene una utilidad o vida para un pensamiento entre tres y cinco años.
Y si se tratara de algo natural como las nubes. El pequeño siempre le encontrara una justificación; por ejemplo; las nubes avanzan porque van por la lluvia o para apagar el sol cuando llega la hora de dormir. Conceptos preconcebidos y acomodados a una realidad infantil construyendo un pensamiento que está en vías de asimilar y acomodar una realidad del mundo. En concreto el animismo infantil es una etapa inevitable por la que atraviesa el niño, dándole vida a todos los sucesos extraños que suceden a su alrededor.
Cuando esta característica tan peculiar de un niño se encuentra en pleno apogeo se recomienda ampliamente al adulto, extremar las precauciones respecto al entorno que rodea al niño. Es una etapa en la que el niño presencia infinidad de sucesos llevándolo a querer replicarlos, situaciones que muchas veces resultan impredecibles para los padres. Un ejemplo de ello lo puedes observar cuando el niño juega con sus juguetes, realiza actos intrépidos y hasta riesgosos. Es decir si tiene una pistola de juguete le dará vida, tratando de imitar lo que hace la pistola. Si mira películas de superhéroes pedirá vestirse como ellos, volar como ellos, y quizá darle el mismo realismo que mira en las películas. Si destruye sus juguetes será sinónimo de que el pequeño está mirando o conviviendo en un clima de alta hostilidad. Por ello resulta tan importante saber en qué momento está atravesando tu pequeño por el animismo infantil, etapa que da vida a todo lo que mira el niño. Es evidente que semejante animismo resulta de una asimilación de las cosas a la actividad diaria del niño, resultado de un crecimiento infantil y un pensamiento que inicia a gestarse.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Y como es tu voz?

Una vez una madre y su hijo estaban en el consultorio. Ella le decía con voz alta, “¡siempre estas gritando!” El hijo respondía suavemente “¡la que grita eres tú! La señora lo negó. Y como generalmente grabo este tipo de terapias. Regrese la grabación y pedí a la señora que se escuchara. A lo que contesto con mucha seriedad. “¡Por dios como grita esa mujer!”. Ella no tenía la mínima idea del sonido de su voz, solo se percataba de que no lograba comunicar sus pensamientos porque sus gritos los acallaban.
Probablemente habrás estado entre gente cuyas voces son agudas o estridentes o quizá muy apagadas, como la mía cuando iniciaba hacer videos, o quizá hasta aburridas. Con ello te quiero decir que la voz juega un papel vital dentro de una comunicación sana. La voz es la más dulce melodía que guía a un hijo ante situaciones formadoras o desbordantes, placenteras o desestabilizantes. Cuando  estas impregnada de serenidad la voz que emanes no saldrá abrasivamente, acaloradamente o melosamente para convencer al niño, saldrá divinamente manifestando determinación o amor. Tu  voz será cual dulce sonido que guía  al niño por el sendero de las virtudes y los valores.
Si eres capaz de conocer  las tonalidades de tu voz ante la infinidad de estados anímicos que vives en el día a día, estarás en condiciones de tocar el corazón de tu hijo con tu voz aun en las peores circunstancias. Entonces el sentido de la palabra cobra vida, se impregna confianza y seguridad porque un niño da por hecho que de la boca de mama o papa NO salen gritos, amenazas o chantajes, emanan virtudes que invitan a ser escuchadas. Si conoces tu voz, conoces como es una comunicación nutridora en tu familia.

El miedo y la ira

El niño no se enfada, en realidad te tiene miedo.
Y para ocultar ese miedo tiene que proyectar ira.
La ira siempre es para ocultar el miedo.
Cuando somos niños creamos todo tipo de conductas para evadir el miedo. De adultos simulamos estar contentos para disfrazar la ira, o nos reímos desbordantemente para ocultar la ira o el miedo. Al reír olvidamos, los niños olvidan, pero sucede lo más grave; las lágrimas se quedan ocultas. Los miedos se quedan en la obscuridad y la ira se contiene.
El miedo y la ira son estados tan naturales que lo único que demandan es abrirles el cauce para darles salida de nuestro cuerpo, abrir todas las dimensiones anímicas, es lo que espera la mente y el  corazón. No enseñemos al niño a tener miedo o ira, mostrémosle como lidiar con ellas. Son momentos dorados cuando surgen las polaridades de la vida como el miedo o la serenidad, la ira o la alegría, la tristeza o la felicidad.
Si conocemos nuestros estados anímicos, estamos en condiciones de mostrar al niño como lidiar con ellos.

jueves, 13 de marzo de 2014

Bebe boca abajo

Coloca al bebe por momentos acostado boca abajo sobre la cama. Estando boca abajo, presiona suavemente los costados de la columna, bajando desde el cuello hacia la cadera lentamente, nunca en sentido contrario.


Sentadito

Llegado el momento de estimular al bebe para que se siente por sí solo, entre los cuatro y cinco meses, es importante estimularlo sentándolo sobre la cama y tomándolo por la cintura brevemente, enseguida suéltalo para que se sostenga por si solo con sus brazos. Si observas que se bambalea o se cae, vuelve a levantarlo y colócalo en la misma postura. Repite la acción varias series. Este tipo de ejercitamientos llevara al bebe a lograr la postura de sentado.

Gatear

Entre los ocho meses y el año de edad el niño es un explorador arriesgado que  gatea, trepa y sube por doquier, esta sugerencia pretende aprovechar tal habilidad para estimular sus sentidos. Para ello sienta al niño sobre el piso, muéstrale una campana, tócala frente a él y enseguida colócala sobre una silla, espera a que él bebe vaya por ella, la explore o la toque.
Repite la acción colocando la campana en otro mueble. Tres actos que estimularan los sentidos del niño reforzando su control motriz grueso: gatear, levantarse y sostenerse para no caer. 

lunes, 10 de marzo de 2014

Emociones


Sé una luz para tus hijos

Los niños no necesitan condicionamientos. Hay que ayudarles a ser ellos mismos, a ser apoyados, alimentados, fortalecidos, a mirar la vida en todo su esplendor. Un verdadero padre, una verdadera madre, unos verdaderos padres serán una bendición para el niño. El niño se sentirá seguro  y confiado con ellos, y sera su andamiaje para enraizarse en su naturaleza, para afianzarse, para centrarse; de este modo, empezará a amarse a sí mismo, empezara a respetarse.
Recuerda, a menos que una persona se ame a sí misma, sera capaz de dar amor; a menos que un niño se respete a sí mismo, sabrá respetar a los demás. Cuando nace en tu interior el amor por ti mismo, éste irradia en los demás. Primero tendrás que ser una luz para ti misma, entonces tu luz se extenderá y alcanzará a los demás, alcanzara a tus hijos.

jueves, 6 de marzo de 2014

Una cuna colorida

Rodea la cuna del bebe con imágenes, sean de él o de la familia. Solo imprime aquellas que mas te gusten, cuélgalas a la vista del bebe y charlale de quien se trata. Momentos oportunos para favorecer lenguaje y la atención, además le das colorido a su cuna y no mira siempre lo mismo. Despues de un tiempo considerable vuelve a cambiar las imágenes, para continuar estimulándolo. 

Entrenando al nene a tomar liquidos

Es importantísimo a temprana edad enseñar al niño a tomar líquidos. Cualquier día que elijas independientemente de los actos de comer, dale un poquito de jugo al niño en una tacita pequeña, para que lo tome por el mismo, en ningún momento se la lleves a la boca o se la sostengas, contrario a entrenarlo  inhibes su desarrollo, por ello sugiero muy poquito líquido. Vuelve a darle otro poquito de jugo pero ahora en una tasa grande y déjalo tomar el líquido por si solo. Recuerda no se trata de hacerlo tu, se trata de estimular las manitas del niño.  Quizá en un primer momento te demande mucha tolerancia, pero si continuas entrenando al bebe de esta manera con tazas, vasos, cilindros, etc. a futuro tu pequeño no derramara líquidos al tomarlos. 


Surgimiento de las emociones

A partir de los tres años las emociones en el niño afloran con mayor intensidad. Se inicia a familiarizar con la frustración, la ansiedad, la ira o la alegría, estados anímicos que los adultos identificamos y manejamos guiados por la valía interna. En un niño los estados anímicos afloran entre la cotidianeidad de su vida, no es consciente de ellos, a partir de los tres años se inicia a familiarizar con las emociones sean positivas o negativas, difícilmente sabrá discernirlas o comprenderlas. Surgen de la convivencia que le rodea, si es feliz dará por hecho que todo es alegría pues están siendo cumplidos sus deseos, pero si la ira lo invade será el efecto de la insatisfacción y sus conductas serán inciertas, agudas y hasta peligrosas, sin embargo solo mediante esta reacción conocerá el efecto de la ira, de la insatisfacción.
Los padres juegan un papel vital para guiar este desencadenamiento de emociones sean de agrado o desagrado. Permitir que un niño enfrente la frustración o la ira porque un juguete no se le compro, o se le llamo la atención por alguna infracción en casa, es permitirle enfrentar en su pureza total el estado anímico desagradable. Dar holgura a la alegría porque logro concluir la tarea, obtuvo un reconocimiento en la escuela o simplemente porque es feliz  entre sus amigos, es recibir a la alegría.
Sin embargo las emociones no fluyen por un camino natural, tendemos a desvirtuarlas o disfrazarlas por el hecho de no querer ver sufrir al niño, sin darnos cuenta creamos sus primeras enfermedades emocionales. Deseamos por todos los medios generar felicidad en nuestros hijos, adoptando conductas que solo desvirtúan la naturaleza de las emociones. Los clásico, si te portas bien; te compro el coche que te prometí, si haces la tarea; te llevo al cine, si te comes todo; te llevo de paseo, promesas que contrario a desarrollar emociones saludables en el niño generan condicionamientos, el niño se vuelve un experto para reaccionar a cambio de un bien, un experto en chantajes; “si lo hago...pero me compras”, no le estamos dando la oportunidad de recibir la frustración o la ira ante una negativa o ante una llamado de atención, no le damos la oportunidad de descubrir como se siente la insatisfacción, le damos un fantasía para agigantar su ego, para pedir más y más. El niño pensara que así se es “feliz” y tu sentirás que haces feliz a tu hijo. La realidad es otra, en algún momento de su vida el niño se enfrentara a la insatisfacción y entonces el sufrimiento se multiplicara porque de pequeño no supo lidiar con la frustración o la ira cuando las emociones estaban aflorando.
Cuando permitirnos que un niño reciba sus emociones, lo más saludable es guiarlo sabiamente para sentirlas, sean de agrado o desagrado, sin bloquearlas o enmascararlas. Permitir que el niño sienta un estado anímico en su pureza total, es permitirle conocerlas, entonces sabrá cómo actuar cuando llegue el momento de sumergirse en un mundo de emociones.
Sugerencia de crecebebe; niños malcriados


lunes, 3 de marzo de 2014

A los niños:


Estoy embarazada, que debo hace en beneficio del bebe?

Simplemente, sé tan feliz y tan amorosa como puedas. Evita las negatividades; eso es lo que destruye la mente de] niño. Cuando el niño está formándose no sólo sigue tu cuerpo, también sigue tu mente, porque ésas son las improntas. Por eso, si eres negativa, la negatividad comienza a formar parte de la composición del niño desde el principio. Y cuando crezca, el camino para librarse de ello será largo y duro. Si las madres fueran un poquito más cuidadosas no sería ne­cesaria la terapia para el niño o niña. Si las madres fueran un poqui­to más cuidadosas, desaparecería el psicoanálisis como profesión.
Durante nueve meses el niño vivirá en el clima de la madre; embeberá su men­te, toda la mente de la madre.
Por eso, no seas negativa. Ten cada vez más una actitud afirma­tiva, aunque a veces esto parezca difícil. Por el niño, hay que hacer al menos un esfuerzo por ser positiva. Si realmente quieres tener un hijo con integridad, con individualidad y feliz, entonces tienes que hacer ese esfuerzo. Eso es parte de ser madre: ser positiva. Por eso evita todas las negatividades. Evita la rabia, los celos, la posesión, quejarte, luchar, evita todos esos espacios. No te los puedes permitir, ¡estás creando un nuevo ser! Esta proeza tiene tanta valía que no puedes desperdiciarla en negatividades.
Disfruta cada vez más, medita, baila, canta, escucha buena músi­ca: no la música de actualidad. Escucha música clásica, que es tranquilizan­te y que va al inconsciente profundamente, porque el niño sólo la puede oír desde allí.
Siéntate en silencio todo lo que puedas, disfruta de la naturale­za. Estate junto al mar,  los árboles, los pájaros, los animales porque son realmente inocentes. Ve más a la naturaleza y relájate, para que el niño crezca en un útero relajado, no tenso; de lo contrario, el niño co­menzará a ser neurótico desde el principio.
Al padre: ayúdala durante estos días de modo que pueda ser más positiva. No la provoques hacia la negatividad. Dale cada vez más tiempo para que pueda sentarse en silencio, estar con los ár­boles, escuchar los pájaros, escuchar música. Evita cualquier si­tuación que tú creas que puede convertirse en una provocación para que ella se ponga negativa. Sé más amoroso, disfruta del si­lencio del otro, porque los dos van a dar nacimiento a algo que es divino. Todos los niños son divinos. y cuando algo grande va a su­ceder, cuando un gran huésped va a venir a tu casa, tú no luchas. Y éste podría ser el huésped más importante que jamás venga a ver­te; por eso, durante estos nueve meses se cuidadosos, precavidos, vigilante.