Simplemente,
sé tan feliz y tan amorosa como puedas. Evita las negatividades; eso es lo que
destruye la mente de] niño. Cuando el niño está formándose no sólo sigue tu
cuerpo, también sigue tu mente, porque ésas son las improntas. Por eso, si eres
negativa, la negatividad comienza a formar parte de la composición del niño
desde el principio. Y cuando crezca, el camino para librarse de ello será largo
y duro. Si las madres fueran un poquito más cuidadosas no sería necesaria la
terapia para el niño o niña. Si las madres fueran un poquito más cuidadosas,
desaparecería el psicoanálisis como profesión.
Durante
nueve meses el niño vivirá en el clima de la madre; embeberá su mente, toda
la mente de la madre.
Por
eso, no seas negativa. Ten cada vez más una actitud afirmativa, aunque a veces
esto parezca difícil. Por el niño, hay que hacer al menos un esfuerzo por ser
positiva. Si realmente quieres tener un hijo con integridad, con individualidad
y feliz, entonces tienes que hacer ese esfuerzo. Eso es parte de ser madre: ser
positiva. Por eso evita todas las negatividades. Evita la rabia, los celos, la
posesión, quejarte, luchar, evita todos esos espacios. No te los puedes
permitir, ¡estás creando un nuevo ser! Esta proeza tiene tanta valía que no puedes
desperdiciarla en negatividades.
Disfruta cada vez más, medita, baila, canta,
escucha buena música: no la música de actualidad. Escucha música clásica, que
es tranquilizante y que va al inconsciente profundamente, porque el niño sólo
la puede oír desde allí.
Siéntate
en silencio todo lo que puedas, disfruta de la naturaleza. Estate junto al
mar, los árboles, los pájaros, los
animales porque son realmente inocentes. Ve más a la naturaleza y relájate,
para que el niño crezca en un útero relajado, no tenso; de lo contrario, el
niño comenzará a ser neurótico desde el principio.
Al
padre: ayúdala durante estos días de modo que pueda ser más positiva. No la provoques
hacia la negatividad. Dale cada vez más tiempo para que pueda sentarse en
silencio, estar con los árboles, escuchar los pájaros, escuchar música. Evita
cualquier situación que tú creas que puede convertirse en una provocación para
que ella se ponga negativa. Sé más amoroso, disfruta del silencio del otro,
porque los dos van a dar nacimiento a algo que es divino. Todos los niños son
divinos. y cuando algo grande va a suceder, cuando un gran huésped va a venir
a tu casa, tú no luchas. Y éste podría ser el huésped más importante que jamás
venga a verte; por eso, durante estos nueve meses se cuidadosos, precavidos,
vigilante.
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