Entre los ocho meses y el año de edad el niño es un explorador
arriesgado que gatea, trepa y sube por
doquier, esta sugerencia pretende aprovechar tal habilidad para estimular sus
sentidos. Para ello sienta al niño sobre el piso, muéstrale una campana, tócala
frente a él y enseguida colócala sobre una silla, espera a que él bebe vaya por
ella, la explore o la toque.
Repite la acción
colocando la campana en otro mueble. Tres actos que estimularan los sentidos
del niño reforzando su control motriz grueso: gatear, levantarse y sostenerse
para no caer.
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