lunes, 30 de diciembre de 2013
Ansiedad infantil
La
ansiedad no solo es una cuestión que padecen los adultos. La ansiedad es una situación
que también enfrentan los niños. Es una reacción que puede llegar a ser
pasajera o patológica. El solo hecho de llegar a un nuevo mundo nos hace participes
de adaptarnos a él, conocerlo y entenderlo y esto en cierta manera nos genera
ansiedad, una ansiedad natural. Lo mismo sucede con el niño, desde el momento
de nacer va enfrentando una serie de situaciones incomprensibles y hasta inexplicables
lo cual le genera estados de ansiedad. Ansiedad que resulta ser muy normal derivada
de situaciones naturales como el día o la noche, los animales, o el cielo, las
nubes o la lluvia. La ansiedad resulta ser pasajera cuando el niño posee la confianza
y llega a comprender el origen de las situaciones inexplicables para él. Pero
se convierte en patológica cuando no haya una explicación que satisfaga a su
pequeña mente. Es decir; no alcanza a
comprender la situación en su pensamiento, lo cual le genera ansiedad.
A
lo largo de su desarrollo la ansiedad está latente y es muy natural. Durante el
primer año de vida el niño vive el miedo a separarse de sus padres generándole
estados de ansiedad misma que superara cuando llegue a percatarse del origen. Ejemplificando
esto, el niño siente que se le van sus padres, incluso que los pierde y sus
manifestaciones suelen ser de llanto e irritabilidad, es la ansiedad, pero
cuando se percata que regresaron sus
padres, la ansiedad desaparece es decir el niño descubre el origen.
Otro
factor importante que genera ansiedad entre los tres y cinco años el niño es el
miedo a dormir solo o el miedo a la obscuridad, lo cual es muy propio de su desarrollo pues está
enfrentándose a situaciones desconocidas; la noche, el sueño, quizás piensa que
no despertara provocándole reacciones de ansiedad. Entre los ocho y once años
surge el miedo a la perdida de los padres. Aun cuando ya es un niño que conoce el
miedo y sabe enfrentarlo, ahora se enfrenta a la muerte. Y la muerte es un
hecho que ha escuchado, que ha vivido o la mira en los medios de comunicación.
Un hecho que aun no alcanza a explicarse y por lo tanto le genera ansiedades.
La
ansiedad durante la adolescencia suele ser muy marcada de hecho se le conoce como;
crisis de adolescencia. Etapa con múltiples crisis que se traducen en ansiedades
que abra de superar el niño y las más
comunes suelen derivarse de su entorno social. Es decir aparece una urgente
necesidad de pertenecer a un grupo de amigos. O bien su insistente escrutinio
corporal y hasta verbal se vuelve obsesivo para no hacer el ridículo en su
medio. De alguna manera también afloran sus primeras responsabilidades como el
desempeño escolar, sin olvidarnos de los cambios biológicos y hormonales por
los que está atravesando, situaciones que lo mantiene en un constante estado de
ansiedad.
Ahora
que conoces como se presenta la ansiedad durante el crecimiento del niño, compete
entender al pequeñito que presenta algún tipo de ansiedad brindándole tu
confianza y compañía para ayudarlo a comprender lo que sucede.
lunes, 23 de diciembre de 2013
La mirada, primer contacto de socializaciòn
La fascinación de la primera mirada del bebe al
nacer, tiene una capital importancia en la vida del niño. El contacto visual,
no hablo del físico, constituye el origen de la socialización en un niño. La respuesta
social de un niño al mirar el rostro nos ofrece una excelente visión del
conjunto de reacciones que denota un pequeño al estar frente a otro rostro,
hablo de la capacidad de un “ser de participar con otro ser”, mediante la
mirada, ya que, al haber un intercambio de miradas, no solo ve unos ojos, ve a
otra persona que lo mira.
La primera interacción surge entre una madre y su bebe al intercambiar
constantes miradas, es gracias a la mirada que una madre entra en contacto con
el bebe en relación a las necesidades del recién nacido, al clima afectivo y
emocional que se desarrolla el entrar en contacto con la mirada. Es
sobradamente sabido que el contacto a través de la mirada prevalece en la
acción de tomar alimento hasta el punto de que los pequeños se suelen distraer
al succionar. Llegados los cinco meses disminuye la capacidad de respuesta a la
mirada y ahora la boca se convierte en la zona más apropiada para atraer la
sonrisa y provocar la atención y parece ser que las niñas se muestran más
atentas y se acostumbran antes al rostro de la madre.
Podemos clasificar la atención que presta un pequeñito al rostro
humano atendiendo a su entorno y los factores que lo rodean de acuerdo a los
siguientes tipos:
Los lactantes de mirada despierta que buscan insistentemente los ojos
maternos, y una vez que entran en contacto con ellos, les cuesta apartar la
mirada.
Los lactantes que llegan al contacto, pero no se muestran muy
fascinados.
Los lactantes que evitan los ojos de la madre.
Indudablemente que esta tipología no funciona cuando la madre no se
sabe adecuar a las miradas del niño,
quizás sus miradas tienden a ser fugitivas, evasivas o evita el contacto por
aversión. En general es importante admitir que los contactos de una madre con
el pequeñito mediante la mirada transmiten al niño la afectividad entre ambos
rostros, la relación e interacción entre madre e hijo, actuaciones que se
conciben como el primer acercamiento de un niño a la socialización. Este tipo de encuentros entre miradas tiene un
valor de auténticos diálogos preverbales, enormemente significativos para el
desarrollo del niño pues alude al campo de socialización de un niño.
Por último te comparto que existen diversos movimientos de la mirada,
uno para cada edad:
- La sonrisa antes del sexto mes
- La mirada de interrogación al llegar a los doce meses
- La mirada en demanda de ayuda al llegar hacia el año y medio
- La mirada para pedir aprobación al llegar a los dos años.
Parece ser que la mirada ejerce un efecto sedante en el niño,
simbiótica inicialmente y más tarde de mutua posesión y puede convertirse en
buena o mala mirada o bien tomar un sentido social lo que equivale a establecer
sus primeras relaciones.
jueves, 19 de diciembre de 2013
Noción del tiempo
Entre los dos y tres años ya es propicio iniciar la niño a percibir la
noción de tiempo. Solo se requiere precisar los momentos exactos que está
viviendo el pequeñito. Si llego la hora de levantarlo, decirle; “buenos días”
lo lleva a relacionar el momento exacto del despertar con un nuevo día e
incluso mostrándole la hora en un gran reloj que coloques en su recamara.
Llegada la hora de dormir, decirle; “buenas noches” la obscuridad será el
anclaje ideal de percibir la noche y mostrándole nuevamente la hora en ese gran
reloj. El día y la noche son los momentos clave para inicia a un pequeñito a
percatarse del tiempo. Se irá apropiando del resto de los intervalos de tiempo
mediante su rutina de vida diaria.
Vestirse y desvestirse
Animar al niño a vestirse o desvestirse por si solo propicia una
amplia gama de estímulos, estímulos que
van desde desarrollar habilidades motrices, atender indicaciones, saber
escuchar a mama y muy en especial fomentas la independencia. Situaciones
demandadas por los padres. Basta animar al pequeñito a colocarse alguna prenda
en especial, sea de los interiores o exteriores procurando que se convierta en
una rutina, y cuando observes que tu pequeño es capaz de colocarse la prenda
elegida y quitársela, puedes delegarle una prenda mas para vestirse y desvestirse. Con estas prácticas tan sencillas llegara el
momento en que el niño será capaz de vestirse por sí solo.
miércoles, 18 de diciembre de 2013
Movilizando el cuerpecito
Provéete de varias esponjitas suaves y delicadas, o bien pueden ser
algunos juguetitos de plástico pequeños. Este material te servirá para
estimular en tu bebe todo su esquema corporal propiciando en el diferentes
posturas. Para ello coloca al bebe boca arriba de preferencia desnudito,
estando en esa posición coloca en su estomaguito varios juguetitos, si, los
juguetitos (tres de preferencia) cuidando que tus actos sean rápidos para evitar que el pequeño se mueva, los tome de inmediato o caigan a los
extremos. Seguramente al primer intento caerán irremediablemente, pues al
sentir algo extraño en su cuerpo, el bebe se movilizara de inmediato, y de eso
se trata, que el pequeñito movilice todo su cuerpo. Vuelve a repetir la acción
hasta conseguir un mínimo de estabilidad en el cuerpo del bebe para que no
caigan tan pronto los juguetitos. Sera divertido mirarlo como intenta tomar de inmediato
un objeto extraño que invade su estomago. Y si deseas ampliar esta experiencia
basta con hacer lo mismo pero ahora recuesta al bebe boca abajo.
martes, 17 de diciembre de 2013
Juguetitos para estimular al bebe
Un bote pequeño, con juguetes adentro es un excelente recurso para
estimular el pensamiento del niño. Solo es cuestión de dárselo para que meta y
saque con su manita los juguetitos. Lo importante reside en no abusar del
tiempo o la cantidad de juguetes que colocas dentro del bote. Basta dárselo con
tres o cuatro juguetes para ser explorados durante un tiempo de cinco o quince
minutos y retirarlo para que no termine fastidiado el niño.
Soniditos
Provéete
de varios soniditos para el bebe, sea que los grabes o los imites ( perro,
gato, pollito, pato, et.) cuando los tengas disponibles en tu móvil o
computador, acerca al niño para que escuche los sonidos uno a uno y a la vez te
vea imitarlos, sera un acto para acercarlo a mirar dos momentos; un
artefacto y a mama emitiendo soniditos para el, además lo estas acercando a la adquisición del
lenguaje.
lunes, 16 de diciembre de 2013
Chuparse el pulgar
El destete que enfrenta un niño al correr el segundo
semestre (seis meses) puede constituir un trauma tanto para la madre como para
el niño. Para la madre porque enfrentara conductas insospechadas del niño al
retirarle el pecho o la mamila. Conductas reflejadas en el negarse a comer, la
ansiedad traducida en llanto, chuparse insistentemente el pulgar, sus dedos, la
cobijita, el lado dorsal de la mano, etc. Conductas desconocidas para una madre antes de
destetarlo dejándole entrever el trauma que ahora enfrentan ambos. Por un lado;
una madre ansiosa por no saber que
ocurre al niño, y por otro; un niño aferrándose a todo lo que tiene a su
alcance para aliviar la pérdida del objeto que le había dado alimento y placer
llegándose a producir entre ambos una gran ruptura, cuando se ha destetado a un
niño que aun no está maduro.
Cabe aclarar que no solo es el destete quien impulsa
al niño a llevarse el dedo a la boca, pueden encontrarse otros factores que se
van entremezclando con las nacientes necesidades afectivas del niño como el
urgente deseo de comer por sí solo y se ve impedido por una madre ansiosa u
obsesiva, quizá las normas de los alimentos son excesivamente rígidas o las
cuestiones culturales conllevan hábitos alimenticios anormales.
Cuando un niño es destetado tempranamente, el niño vive
una angustia depresiva, un sensación de pérdida,
y siendo la primera relación madre e hijo, el niño siente la pérdida de su
objeto amado (madre, pecho o mamila) siente que no volverá a aparecer así lo
concibe su frágil mente infantil. Entonces se abre el camino a nuevas conductas
para sustituir la perdida como chuparse el pulgar.
El niño dispone de varios mecanismos para sustituir
el destete al que se ve obligado enfrentar, en un primer momento se prensa de
su dedito como símbolo de relación con la madre, o bien captura su cobijita
chupándola insaciablemente para sustituir a mama, cualquier objeto que haga las funciones de la
madre le vendrá bien al niño como una forma de relación, sustituyendo la
carencia del objeto. Con ello no pretendo alentar las conductas referidas, la
intención se centra en ser capaz de identificar el momento exacto para destetar
al niño. Estoy hablando entre el año y medio y dos años, aun cuando todavía es
incapaz de asimilarla la pérdida del objeto el niño ya se ha percatado que
también recibe alimentos sólidos y observa que mama ahora le da de comer con la
cuchara, observa que mama retorna, que no desaparece, el niño incipientemente
se ha iniciado a la madurez.
Pero también existen niños incapaces de iniciarse en
el chupeteo, niños que les miramos a temprana edad la ansiedad, el llanto colérico
o el angustiante temor, el niño no encuentra la forma exacta para estabilizar
sus emociones.
La primera experiencia respecto a la alimentación, el
hecho de perder y recuperar el objeto querido
(el pecho o la mamila) serán fundamentales en la vida emocional del
niño. Agradecerá tanto al objeto que proporciona el alimento, como al alimento
mismo. Y si el objeto es dador de algo agradable, será amado y considerado como
“bueno”, pero si este es resultado de frustración porque se niega a darle el
pecho al niño este será odiado y considerado como “malo”. Creándose una manifiesta
dualidad entre pecho “bueno” y pecho “malo” aquí es donde surge el origen en la
no integración del YO, en los futuros traumas infantiles. Los primeros tres
primeros meses de vida el objeto “bueno” y el objeto “malo” todavía no son muy
claros en la mente infantil, a esta edad el niño parece creer que aun es parte
del pecho materno. Es poco después del año cuando el niño percibe el pecho como
algo separado de él, y por lo tanto el
temor a perderlo.
Los niños que viven una retirada precoz del pecho o
del biberón, es decir que solo han podido mamar durante poco tiempo son los que
más frecuentemente se chupan el pulgar y tendera a extenderse su necesidad de chupar
el dedo a medida que avancen los años.
La succión o chupar el pulgar es una situación
natural y muy válida entre 0 y 6 meses,
representado como un reflejo natural. Después del año el chupeteo riesgosamente
puede llegar a extenderse a chupar los dedos, la parte dorsal de la mano,
objetos exteriores, baberos, dobladillos o trapos como ya lo he mencionado,
llegando a tornarse crónico.
El chuparse el pulgar normalmente es muy frecuente a
temprana edad e ira decreciendo con la edad, será normal hasta el segundo año
de vida, y se vuelve un trastorno cuando el pequeño ha rebasado los tres años.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Presentando al niño
Coloca un espejo frente al bebe y preséntale a quien se refleja en el
espejo, puedes iniciar diciéndole; el bebe se llama, esta es cara, este es su
cuello, estas son sus manos, etc. Se trata de semejar una presentación del bebe
mediante un recorrido por todo su cuerpo y si el niño se palpa sobre el espejo,
sera excelente pues habla de su madurez sensorial.
Dedito a dedito
Por ahora
las manitas permanecen bien cerradas semejando un puño, es recomendable
estimular los pequeños músculos de los deditos abriendo delicadamente uno a uno
e irlos masajeando con aceite relajante, realiza lo mismo con la otra mano. Continua recorriendo
con tus manos todo el brazo del bebe, friccionándolo suavemente de arriba - abajo
por ambos lados, termina en las palmas friccionándolas y abriendo dedito a
dedito. Realiza lo mismo con la otra mano.
lunes, 9 de diciembre de 2013
Fracaso escolar
Cuando un niño no ha contado con el tiempo
suficiente para madurar aquella primera inteligencia práctica que dará cabida a
las estructuras del pensamiento tenemos
como resultado un niño con un bajo
rendimiento escolar. Atraso cuyo origen se halla en el orden de la asimilación
y la acomodación cognitiva. Siendo más específica, este atraso lo podremos
observar en las calificaciones escolares que el niño lleva a casa. Todo
resultado escolar pone de manifiesto donde está fallando el niño, o dicho en
otros términos; un conflicto cognitivo. Por lo general encontramos que suelen
ser los aspectos matemáticos o el proceso de leer y escribir. Procesos que a
medida que avanza el niño en su aprendizaje se enfrenta con diversos conflictos
cognitivos. Conflictos ocasionados por la falta de comprensión, el análisis o
la lógica. La importancia de resolver este conflicto infantil oportunamente es
determinante para llevar al niño a madurar las nociones elementales de las
estructuras lógicas, estructuras que debieron ser asimiladas y comprendidas
durante su primera infancia. Porque digo que es vital atender estas estructuras
de pensamiento cuando miramos un fracaso escolar inminente, porque si cometemos
el error de obligar, intimidar o coadyuvar el aprendizaje del niño mediante
exigencias severas, contrario a atender oportunamente el conflicto cognitivo lo
que ocasionamos es un atraso escolar más severo.
Cuando un chico carece de estas estructuras del
pensamiento para atender las múltiples operaciones nacientes de una vida
escolarizada, sólo va cubriendo
parcialmente campos limitados de aprendizaje. Estas limitaciones hacen referencia
al sentido y madurez de las operaciones iníciales, a las que se llama
“concretas”, operaciones que aún están carentes de comprensión, pues las
reuniones, seriaciones, correspondencias, etc., ejecutadas durante la primera
infancia, aún carecen de una asimilación y acomodación correcta para dar paso a
un pensamiento lógico.
Pero que hacer como padres de un niño que enfrenta
un fracaso escolar?
De entrada realizar una evaluación psicodiagnóstica
para precisar el origen del fracaso escolar.
Enseguida atender los resultados de la psicometría
desarrollando un programa terapéutico enfocado a la vida escolarizada del niño
y en especial en el conflicto cognitivo
que presenta el niño.
Y por último generar un seguimiento continuo
respecto al avance escolar del niño hasta llevarlo al equilibrio cognitivo que
tanto le está urgiendo su vida escolar.
Cuando el nene dice; "Yo hago lo que quiero"
Si hablásemos claro con nuestros hijos, previa conversación clara
entre nosotros los padres, implementaríamos un clima de responsabilidad
compartida, puesto que nos necesitamos los unos a los otros, y cumpliendo con
las normas nos ayudamos a vivir y a realizar mejor nuestras otras libertades,
vocaciones, anhelos absolutamente individuales.
Eres individuo contigo mismo y eres persona con los demás. Estos dos
ámbitos deben ser reconocidos.
—¡Yo hago lo que quiero! —me dijo una vez un adolescente.
Yo lo miré y le respondí:
“El ser humano no se define como tal porque hace lo que quiere, sino
porque hace lo que debe”
—Por deber, hijo mío, has de cumplir ciertas funciones en esta casa.
Porque los deberes son recíprocos, y todo ello facilita la relación. Cuando arribes
a la cumbre del Himalaya abre la boca y grita tu grito más fabuloso al cielo y
al espacio. En casa, aquí, entre nosotros, no grites...
viernes, 6 de diciembre de 2013
Como enseñar los colores
Para estimular la noción de color en el niño basta con llevarlo a
vivir experiencias concretas. El aprendizaje de la noción de color deberá estar referido a las experiencias
diarias del niño, es decir la enseñanza se debe asocie al entorno del niño.
Gradúa el aprendizaje partiendo de los colores primarios para llegar a los
colores secundarios. Por ejemplo si quieres partir del color rojo, diseña la estrategia
para enseñar el color mediante sus prendas de vestir como; su vestido es rojo,
la manzana que come es roja, el coche de su amiguito es rojo etc. Observas como
te centras en el color primario que deseas enseñar y a la vez lo estas
introduciendo a conocer los colores secundarios. Y cuando la noción del color
rojo se encuentra bien asimilada pasa a otro color.
Desplazamientos con el niño
Invitar al niño a desplazarse por doquier dentro de casa es una
excelente invitación para estimular la noción de tiempo y espacio, sintonizando
ambos aspectos con cualquier sonido que escuche el pequeño. Tal propuesta solo
requiere de una campana, un pandero, incluso un sartén con una cuchara grande
para tocar. Cualquiera de los artículos que elijas será un excelente recurso
para estimular las capacidades mencionadas anteriormente en tu pequeño. Basta
invitarlo a marchar o caminar por casa, toda la casa, al ritmo de la cacerola,
veras como provocas expectativa en el pequeño, pues mama va a jugar. Y si
deseas ampliar la experiencia, solo requieres tocar la cacerola a diferentes
ritmos, rápido, lento, normal, al realizar
la caminata.
jueves, 5 de diciembre de 2013
Palmear
Te invito a palmea con tu pequeño sobre diferentes texturas, estimularas audición, control de sus manitas, tacto y si lo acompañas con
silabeos estimularas el lenguaje. Bastara con localizar en casa texturas
de madera, de tela como los cojines, plástico como las sillas, bancos o metal
como las ollas, etc. Solo desplázate hasta ellas e invita a palmear al niño sobre el articulo elegido sera una valiosa oportunidad para percibir diferentes texturas y sonidos.
Desenvolviendo galletas
Te propongo que realices envoltorios de galletas con el pequeñito.
Bastara que envuelvas en una servilleta o papel celofán de tres a cuatro
galletas y dáselas al niño una a una para que las vaya desenvolviendo. Incluso
puedes sustituir esta propuesta por galletas que vienen ya vienen empaquetadas,
solo abre una parte de la bolsa y permite que el niño realice el resto de la
tarea. Los actos de desenvolver y sacar galletas proveen al pequeño de
habilidad en sus deditos para rasgar, tomar y comer, tres estímulos con
envoltorios de papel.
martes, 3 de diciembre de 2013
Imitaciones
Sienta al bebe sobre tus piernas e invítalo a imitar los siguientes
gestos; abrir y cerrar ojos, abrir y cerrar boca, mover la nariz, sacar la
lengua, inflar las mejillas, etc. Cualquier acto que elijas estimulara en tu bebe
la capacidad de inteligencia practica al imitar acciones, además desarrollas
lazos afectivos al contactar tan cercanamente con él.
Mecer al bebe
Mecer al
bebe en una hamaca es un excelente recurso para generar en todo su cuerpo
apacibilidad, arrullo y sobre todo diferentes perspectivas del lugar donde lo
meces ante el ir y venir de su frágil cuerpecito. Y si no cuentas con una
hamaca, puedes sustituirlo por una sabana grande tomada entre dos personas para
simular la hamaca y mecer al bebe, lo esencial reside en brindar al niño nuevas
sensaciones.
lunes, 2 de diciembre de 2013
Andamiajes de la inteligencia
Resulta una realidad incuestionable la inteligencia
humana, así como su desarrollo y capacidad para asimilar y construir nuevos
esquemas de pensamiento. Motivo que nos invita a reflexionar sobre nuestras capacidades
cognitivas y que tanto las hemos aprovechado o desarrollado en nuestros hijos.
El desarrollo de la inteligencia es un continuo que
va desde las acciones sensomotoras iníciales hasta las operaciones más
abstractas, es decir desde que nace el niño, hasta que llega a la edad de
iniciarse en la abstracción entre los seis y ocho años.
En consecuencia, el punto de partida de la
inteligencia hay que buscarlo en el primer período del desarrollo,
caracterizado por las acciones y la inteligencia sensomotora. Para conocer la
inteligencia infantil durante esta etapa, basta percatarse de las percepciones
y los movimientos del niño como único instrumentos de evaluación. Estoy
hablando de una inteligencia totalmente práctica, inteligencia que atestigua
durante los primeros años la existencia de un pensamiento. Desde que nace, el
niño manifiesta un esfuerzo por comprender las situaciones que lo rodean,
mediante la mirada, sus primeros reflejos o la succión. Resultado de una
inteligencia que inicia a gestarse a través de la construcción de esquemas de
acción que le servirán de subestructuras a las estructuras operatorias, dicho
en otros términos; abre paso a las operaciones lógicas. Entre el año y cuatro
años observaras a un niño que se inicia a conservar, su lenguaje aflora
gradualmente, da sentido a los objetos sólidos o líquidos, clasifica por
atributos, seria por tamaños, color o forma. Paralelamente construye relaciones
causales ligadas primero sólo a la acción propia y, progresivamente en relación
con la construcción del objeto, el espacio y el tiempo. Entre los cuatro y diez
años el niño deberá poner en tela de juicio aquella primera inteligencia desarrollada
durante su primera infancia. Hablo de las primeras preoperaciones que debieron darse bajo un
amplio esquema desarrollo. Preoperaciones que deberán encontrarse asimiladas y
acomodadas en el pensamiento, todo ello con la finalidad de abrir paso a lo que
enfrentara en breve; las operaciones lógicas. Las operaciones que le demandara
una institución (la escuela) para analizar, comprender, razonar y sintetizar
nuevos aprendizajes. Entre estos aprendizajes tenemos el proceso de leer o
escribir, aprender otro idioma, razonar las matemáticas, etc. Aprendizajes
escolarizados que estarán esperando a un niño para imbuirlo en un pensamiento
totalmente lógico y si tu pequeño no se encuentra dotado de aquellos procesos
que te he hablado al inicio de este artículo, obvio que se enfrentara a
infinidad de obstáculos como; confundir las letras con números, no entiende las
restas o las multiplicaciones, es distraído y no pone atención, evade ir a la
escuela. Factores que reflejan un conflicto cognitivo. Y no es una cuestión que
de que niño sea o no inteligente, es una situación que pone en tela de juicio
la pedagogía de la enseñanza.
En conclusión los andamiajes que darán solides a las
estructuras del pensamiento se irán cristalizando en la medida que el niño se
involucre en su entorno y halle los detonantes básicos para dar paso a su
inteligencia, una inteligencia que de ser meramente practica en un primer
momento, pasa a ser una inteligencia abstracta.
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