La fascinación de la primera mirada del bebe al
nacer, tiene una capital importancia en la vida del niño. El contacto visual,
no hablo del físico, constituye el origen de la socialización en un niño. La respuesta
social de un niño al mirar el rostro nos ofrece una excelente visión del
conjunto de reacciones que denota un pequeño al estar frente a otro rostro,
hablo de la capacidad de un “ser de participar con otro ser”, mediante la
mirada, ya que, al haber un intercambio de miradas, no solo ve unos ojos, ve a
otra persona que lo mira.
La primera interacción surge entre una madre y su bebe al intercambiar
constantes miradas, es gracias a la mirada que una madre entra en contacto con
el bebe en relación a las necesidades del recién nacido, al clima afectivo y
emocional que se desarrolla el entrar en contacto con la mirada. Es
sobradamente sabido que el contacto a través de la mirada prevalece en la
acción de tomar alimento hasta el punto de que los pequeños se suelen distraer
al succionar. Llegados los cinco meses disminuye la capacidad de respuesta a la
mirada y ahora la boca se convierte en la zona más apropiada para atraer la
sonrisa y provocar la atención y parece ser que las niñas se muestran más
atentas y se acostumbran antes al rostro de la madre.
Podemos clasificar la atención que presta un pequeñito al rostro
humano atendiendo a su entorno y los factores que lo rodean de acuerdo a los
siguientes tipos:
Los lactantes de mirada despierta que buscan insistentemente los ojos
maternos, y una vez que entran en contacto con ellos, les cuesta apartar la
mirada.
Los lactantes que llegan al contacto, pero no se muestran muy
fascinados.
Los lactantes que evitan los ojos de la madre.
Indudablemente que esta tipología no funciona cuando la madre no se
sabe adecuar a las miradas del niño,
quizás sus miradas tienden a ser fugitivas, evasivas o evita el contacto por
aversión. En general es importante admitir que los contactos de una madre con
el pequeñito mediante la mirada transmiten al niño la afectividad entre ambos
rostros, la relación e interacción entre madre e hijo, actuaciones que se
conciben como el primer acercamiento de un niño a la socialización. Este tipo de encuentros entre miradas tiene un
valor de auténticos diálogos preverbales, enormemente significativos para el
desarrollo del niño pues alude al campo de socialización de un niño.
Por último te comparto que existen diversos movimientos de la mirada,
uno para cada edad:
- La sonrisa antes del sexto mes
- La mirada de interrogación al llegar a los doce meses
- La mirada en demanda de ayuda al llegar hacia el año y medio
- La mirada para pedir aprobación al llegar a los dos años.
Parece ser que la mirada ejerce un efecto sedante en el niño,
simbiótica inicialmente y más tarde de mutua posesión y puede convertirse en
buena o mala mirada o bien tomar un sentido social lo que equivale a establecer
sus primeras relaciones.
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