Mecer al
bebe en una hamaca es un excelente recurso para generar en todo su cuerpo
apacibilidad, arrullo y sobre todo diferentes perspectivas del lugar donde lo
meces ante el ir y venir de su frágil cuerpecito. Y si no cuentas con una
hamaca, puedes sustituirlo por una sabana grande tomada entre dos personas para
simular la hamaca y mecer al bebe, lo esencial reside en brindar al niño nuevas
sensaciones.
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