Entre los dos y tres años ya es propicio iniciar la niño a percibir la
noción de tiempo. Solo se requiere precisar los momentos exactos que está
viviendo el pequeñito. Si llego la hora de levantarlo, decirle; “buenos días”
lo lleva a relacionar el momento exacto del despertar con un nuevo día e
incluso mostrándole la hora en un gran reloj que coloques en su recamara.
Llegada la hora de dormir, decirle; “buenas noches” la obscuridad será el
anclaje ideal de percibir la noche y mostrándole nuevamente la hora en ese gran
reloj. El día y la noche son los momentos clave para inicia a un pequeñito a
percatarse del tiempo. Se irá apropiando del resto de los intervalos de tiempo
mediante su rutina de vida diaria.
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