La
ansiedad no solo es una cuestión que padecen los adultos. La ansiedad es una situación
que también enfrentan los niños. Es una reacción que puede llegar a ser
pasajera o patológica. El solo hecho de llegar a un nuevo mundo nos hace participes
de adaptarnos a él, conocerlo y entenderlo y esto en cierta manera nos genera
ansiedad, una ansiedad natural. Lo mismo sucede con el niño, desde el momento
de nacer va enfrentando una serie de situaciones incomprensibles y hasta inexplicables
lo cual le genera estados de ansiedad. Ansiedad que resulta ser muy normal derivada
de situaciones naturales como el día o la noche, los animales, o el cielo, las
nubes o la lluvia. La ansiedad resulta ser pasajera cuando el niño posee la confianza
y llega a comprender el origen de las situaciones inexplicables para él. Pero
se convierte en patológica cuando no haya una explicación que satisfaga a su
pequeña mente. Es decir; no alcanza a
comprender la situación en su pensamiento, lo cual le genera ansiedad.
A
lo largo de su desarrollo la ansiedad está latente y es muy natural. Durante el
primer año de vida el niño vive el miedo a separarse de sus padres generándole
estados de ansiedad misma que superara cuando llegue a percatarse del origen. Ejemplificando
esto, el niño siente que se le van sus padres, incluso que los pierde y sus
manifestaciones suelen ser de llanto e irritabilidad, es la ansiedad, pero
cuando se percata que regresaron sus
padres, la ansiedad desaparece es decir el niño descubre el origen.
Otro
factor importante que genera ansiedad entre los tres y cinco años el niño es el
miedo a dormir solo o el miedo a la obscuridad, lo cual es muy propio de su desarrollo pues está
enfrentándose a situaciones desconocidas; la noche, el sueño, quizás piensa que
no despertara provocándole reacciones de ansiedad. Entre los ocho y once años
surge el miedo a la perdida de los padres. Aun cuando ya es un niño que conoce el
miedo y sabe enfrentarlo, ahora se enfrenta a la muerte. Y la muerte es un
hecho que ha escuchado, que ha vivido o la mira en los medios de comunicación.
Un hecho que aun no alcanza a explicarse y por lo tanto le genera ansiedades.
La
ansiedad durante la adolescencia suele ser muy marcada de hecho se le conoce como;
crisis de adolescencia. Etapa con múltiples crisis que se traducen en ansiedades
que abra de superar el niño y las más
comunes suelen derivarse de su entorno social. Es decir aparece una urgente
necesidad de pertenecer a un grupo de amigos. O bien su insistente escrutinio
corporal y hasta verbal se vuelve obsesivo para no hacer el ridículo en su
medio. De alguna manera también afloran sus primeras responsabilidades como el
desempeño escolar, sin olvidarnos de los cambios biológicos y hormonales por
los que está atravesando, situaciones que lo mantiene en un constante estado de
ansiedad.
Ahora
que conoces como se presenta la ansiedad durante el crecimiento del niño, compete
entender al pequeñito que presenta algún tipo de ansiedad brindándole tu
confianza y compañía para ayudarlo a comprender lo que sucede.
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