martes, 2 de mayo de 2023

Intereses Cognoscitivos


Los intereses cognoscitivos de los escolares, sobre todo de los últimos grados de estudio, atraviesan por un largo, sinuoso y difícil camino ya que no siempre muestran interés por estudiar, no siempre les resulta interesante, atrapante, cautivador, desear saber más e incluso ir más allá de lo que estudian. Interesar a los escolares en el estudio corre riesgo de evadir el aprendizaje, caer en la apatía, el desinterés u obligarse a estudiar para que no ser sancionado en casa. Cuando se valora que despertar el interés al enseñar se abre el caudal del conocimiento propiciando iniciativas, satisfacción e intereses por saber más. Propiciar la atracción hacia lo que se estudia es fundamental, experimentar cantidad de posibilidades hasta despertar el interés es imprescindible, pasar de la superficialidad del investigar al complejo razonamiento es el resultado, elementos fundamentales que propician los intereses cognoscitivos. No es una cuestión de pedirles has la tarea o dar instrucciones vagas e imprecisas, se trata de despertar el interés cognoscitivo en ellos y ellas. Se trata de enseñarles a esforzarse mentalmente, a aplicar energía a su pensamiento, percibir los detalles, entrar en intercambios cognoscitivos múltiples esfuerzos se precisan para desarrollar el musculo cerebral en bien de crear plataformas de cognición hasta el grado de llevarlos a pensar razonadamente.
El papel de la enseñanza en cada edad consiste no solo en enseñar por enseñar, se trata de despertar un verdadero interés cognoscitivo hacia nuevos aprendizajes, enseñarles a emplear sus ideas, pensamientos, la mente, plantear cuestiones, problemas, argumentos prepararlos para lograr nuevas habilidades cognoscitivas. Es indispensable que los escolares conozcan que el estudiar es como un trabajo donde el esfuerzo, la voluntad y entrega serán indispensables para adquirir y perfeccionar el conocimiento, pero deberás mostrarles como es trabajar, esforzarse, entregarse no es cuestión de pedirlo o hablarlo es cuestión de hacerlo.
Los escolares con intereses cognoscitivos se conocen por sus argumentos inteligentes, impregnados de sabiduría y amparados por tremendas virtudes:
“Yo haría que todos los pueblos vivieran en paz”, suprimiría los ejércitos y enviaría las armas a las fundiciones; con ello en todos los países se desarrollaría rápidamente la construcción. La energía eléctrica circularía por cables hacia todas las empresas. La fábrica haría vehículos eléctricos, aviones eléctricos, maquinas eléctricas e incluso cohetes eléctricos que volarían a los planetas vecinos. Las fabricas estarían totalmente automatizadas y cada taller lo dirigiría una sola persona. En resumidas cuentas, haría todo lo necesario en pro de la paz y de la felicidad del pueblo. Valeri Sokolov.

lunes, 24 de abril de 2023

Silabas




Para enseñar las silabas es importante que elijas palabras que ofrezcan interés para el niño o la niña dependiendo de la letra que estés enseñando.
Cada palabra debe tener un significado claro para ellos, como su nombre o el nombre de sus familiares. Selecciona palabras que puedan ser representadas gráficamente con grafismos diferentes. Por ejemplo, si el niño se llama Jorge, su hermano Julio y su hermana Javiera, es preferible elegir nombres de primos o amigos, que no empiecen con “J”, para evitar confusión entre los tres nombres que se inician con la misma letra.
Cuando inicies a enseñar las silabas emplea palabras cortas de dos silabas. Poco a poco incorpora sílabas inversas y palabras de tres o cuatro sílabas.
Conforme va progresando el niño o la niña, cuando maneja con habilidad 30 a 40 palabras, conviene elegir aquellas que comiencen con letras del alfabeto que aún no ha visto en la posición inicial de las palabras. De este modo irá completando el “abecedario”, en el que van clasificándose por orden alfabético todas las palabras que reconoce. Esto facilitará el aprendizaje natural de los nombres de las letras, lo que permitirá después un fácil deletreo.
Otro criterio al elegir nuevas palabras para “leer silabas”, es el de optimizar el habla del niño o la niña. Para ello utiliza palabras que usa con más frecuencia en su vida habitual y para aquellas que se dificultan pronúnciaselas lentamente para facilitar su expresión verbal.
Para consolidar el aprendizaje de las silabas puedes clasificar las palabras que vas a enseñar por categorías; gente, oficios, alimentos, juguetes, transporte, etc.

martes, 11 de abril de 2023

Lenguaje

Dos años
•Articulación: Habla acentuadamente acerca de lo que le rodea.
•Vocabulario: Posee palabritas usadas en su entorno.
•Expresión: Realiza algunas combinaciones cortas. Usa escasas oraciones compuestas. Dice frases de tres palabras. Expresa experiencias simples. •Sociabilidad: Emplea el habla como medio de comunicación. Se le entiende lo que habla, se refiere a sí mismo en tercera persona.
•Observación: Nombra tres o cuatro imágenes en una lámina.
Dos años y medio
•Comprensión: Segunda edad interrogadora. 
•Le interesa el "por qué". 
•Se hace entender y entiende a los demás.
•Expresión: Indica el uso de los objetos. 
•Dice su nombre completo. 
•Observación: Nombra cinco imágenes en láminas, aunque puede identificar más. •Sociabilidad: Se refiere a sí mismo por el pronombre más que por el nombre.
Tres años
•Comprensión: Entiende las preguntas y responde.
•Comprende y realiza dos órdenes sucesivas. 
•Observación: Explica acciones representadas en láminas. 
•Muestra interés por el "para qué" sirven las cosas y observa si la respuesta coincide con sus propios planteamientos. 
Vocabulario: poseen un amplio vocabulario.
Expresión: Usa oraciones compuestas y complejas. 
•Experimenta juegos de palabras y usa con frecuencia giros gramaticales. •Manifiesta capacidad de contar historias mezclando ficción y realidad. •Sociabilidad: Comienza el monólogo colectivo.
Tres años y medio
•Comprensión: Contesta a dos preguntas seguidas. 
•Puede realizar tres ordenes consecutivas. 
Observación: Puede nombrar las imágenes conocidas y representadas en una lámina.
Cuatro años
•Comprensión: Culmina el empleo de la interrogación, el cómo y el porqué. •Expresión: Tiende a superar el estadio infantil del lenguaje. 
•Realiza combinaciones gramaticales de estructura compleja y compuesta, formando oraciones largas de alrededor de diez palabras.
Cinco años
Articulación: Desaparece el carácter infantil del lenguaje. 
Vocabulario: Entre dos mil y dos mil quinientas palabras. 
•Sociabilidad: Realiza preguntas que denotan tendencia del paso del egocentrismo a la socialización, aunque condicionado por sus propios puntos de vista.

lunes, 27 de marzo de 2023

Consentirlos

Los favores concedidos a niños y niñas y el consentirlos porque se les ama, más que ser una contribución hacia ellos y ellas resulta un obstáculo para su desarrollo mental, emocional y corporal. Obstáculo porque mentalmente conciben la situación del ser consentido (a) de lo más normal e incluso dan por hecho que es una obligación de los padres hacia ellos. Emocionalmente desarrollan un ego de tal grado que conciben que el mundo está para servirles y entran en tremendas crisis emocionales cuando algo no se les cumple. Corporalmente se tornan ineficientes, no saben moverse sin mama o papa, al realizar tareas domésticas son torpes, imprecisos al punto de llevarlos a la frustracion, no salen de casa si no va mama o papa con ellos o ellas. Son niños de cristal que ante cualquier desajuste mental, emocional o corporal sienten que se rompen. La sobreprotección y el ser demasiado consentidos les genera una sensación de confort y para cuando llega el momento de valerse por ellos mismos su mundo se derrumba porque no hay quien les ayude, provea, asista o cubra sus necesidades, entran en crisis emocionales u orgánicas porque no saben valerse por ellos mismos. El problema no reside en ellos, reside en ti, efecto de no saber cómo reaccionar ante una conducta, actitud o estado emocional de tu hijo o hija cuando no saben valerse por ellos mismos. El problema se agrava cuando no le das importancia a las señales de atención que te demandan reaccionar inteligentemente y no sobreprotectoramente.

•Si patalean permíteles sentir su ira y después rescátalos, pero no con apapachos con el analisis de la conducta: ¿porque estallo? ¿como se siente la ira? ¿Que beneficios obtuvo? ¿que hacer para no caer en ira?

•Si se frustran dales un espacio para que experimenten tan negativa sensación. Y no los saques de la crisis ayudándoles o haciendo las cosas por ellos para que no se frustre. Tu única reacción será no destilar negación cuando se frustran, mejor destila comprensión.

•Si se niegan a compartir sus pertenencias no insistas, espera el momento adecuado para no compartir tus pertenencias con el o ella. Después analicen el sentimiento de cuando algo se te niega.

•Si no colaboran urge a tu corazón reaccionar con determinación para repetir la instrucción, seguirla, perseguirla, constatarla y cerrarla.

•Si evaden sus tareas, muestrales el efecto de una negación.

•Si se niegan irse a dormir solos propíciales rituales (baño de espumas, aromaterapia, lectura, escuchar, música) para ir a la cama por propia iniciativa

•Si el hacer sus deberes se convierte en una batalla no luches, mejor aplica una sanción y cúmplela.

• Si lloran para que les resuelvas un problema no te involucres, espera a que pase la frustración para que vuelvan a intentarlo, enséñales a resolver sus propios problemas.

•Si no obedecen a nadie, ni a ti cuando te pidan ser premiados muéstrales su lista de desobediencias que han ido acumulando y pregúntales si merecen lo que piden. Lleva una bitácora con día, hora e incumplimiento.

lunes, 20 de marzo de 2023

Escolares

Siete
De los seis y medio a los siete años, la vida del niño toma un tono mas serio, mas pensativo. El niño es más inhibido más controlado, mas conciente de los demás y de sus relaciones con ellos. Quizá a los seis le preocupaba el cielo y la muerte o el bienestar de su madre y el peligro de que la fulminara un rayo o que se quedara encerrada en el baño, pero a los siete el o ella constituyen su principal preocupación. En realidad, no pone suficiente atención para oír a su madre cuando ella lo llama, aunque puede oírla si grita. Murmura o cambia de alguna manera la forma habitual de dirigirse a el o ella. Acepta sin protestar la escuela, mas anticipa que le resultara difícil. A los siete años hogar y escuela son esferas mas separadas que a los seis. El niño no quiere que la madre le acompañe hasta la escuela o que visite la escuela, a menos que sea para asistir a una reunión cuando también se hallan otras madres. Mientras se encuentre con su grupo, ignorara la presencia de la madre.
Ocho
Ocho esta mas fuera de si mismo que siete. Ahora es menos sensible, menos concentrado propenso a retraerse de las situaciones. Esta dispuesto a afrontar cualquier cosa -en realidad le atraen las cosas difíciles -muestra valor en sus cometidos-. Cree saber mas de lo que en realidad sabe y adopta un tono de sabelotodo. A ocho le gusta la escuela y hasta le disgusta quedarse en casa, especialmente si ello significa perder algún acontecimiento especial de su escuela. Durante la clase se muestra ansioso por hablar y quiere responder a todas las preguntas. Goza sin embargo en turnarse e insisten en que cada uno debe tener su turno para hablar. Las transiciones son relativamente fáciles para ocho, pues le agrada pasar de una cosa a otra, pero a veces es necesario concederle tiempo para que asiente sus ideas y pensamientos.
Nueve
Nueve está llegando a ser, finalmente, lo que sus padres se han esforzado por hacer de el o ella. Asume mayores responsabilidades, es al mismo tiempo mas independiente y mas digno de confianza, es más fácil mantener con ellos buenas relaciones, son obedientes. Algo muy concreto esta sucediendo con ellos respecto a su autoorganización. Comienza adentrarse en el reino de las emociones mas positivas. Quizá afirme que detesta ciertos trabajos, pero trata de llevarlos a cabo de todas maneras. Puede mostrarse impaciente e irascible e incluso encolerizarse, más estas reacciones son de corta duración. Quizás lloren, pero solo lo harán si se sienten suficientemente furiosos o si se han lastimado realmente. A nueve le gusta la escuela, la rutina mañanera de prepararse para la escuela ha perdido sus asperezas. Nueve quiere ser independiente de la maestra, pero desea que, en su trato con el o ella se muestre razonable pues cualquier decisión que él o ella considera injusta los afecta considerablemente.
Diez
Los cambios emocionales entre los nueve y diez años son casi imperceptibles. Sus cualidades pueden descubrirse mediante su comparación con las pasadas. Esta ahora en su mejor año, hablando emocionalmente. En general la vida es buena para ellos y ellas. A diez no le importa demasiado sus propias heridas emocionales. Es posible herirlo en sus sentimientos, pero se reponen rápidamente, finge que nada ha sucedido. Si se le da la oportunidad, Diez puede llegar a gustarle realmente la escuela. Quiere a la maestra y le gusta aprender. Pero lo que mas le gusta no es que le enseñen, sino que mantengan despierto su interés.

lunes, 13 de marzo de 2023

Leer

Todas esas complejas operaciones mentales -descubrir, relacionar, conocer, simular, fantasear,representar - tienen lugar al leer.
Puede sernos de gran utilidad saber que el placer de la lectura proviene de una actividad cerebral que es muy semejante a la que provoca el placer de escuchar una canción, alcanzar la cima de una montaña, resolver un problema matemático, observar un cuadro, mantener una amistosa conversación o conseguir la pieza que faltaba en nuestra colección. Con respecto a la lectura, ¿de qué clase son los estímulos que activan los circuitos neuronales del placer? ¿Por qué funcionan en unos casos y fracasan en otros?

Poca efusividad hacia los libros puede sentir un niño para el que la operación de leer es un suplicio, para el que el léxico o la sintaxis constituyen una muralla infranqueable. Pero las deficiencias lectoras no lo explican todo. Hay otros muchos niños magníficos lectores por lo demás, que comparten el mismo rechazo o indiferencia por la lectura, aunque sin duda por causas distintas. En todos los casos se reafirma la pregunta: ¿qué les impide considerar la lectura uno de los placeres de sus vidas?
Es claro que, si el placer tiene que ver biológicamente con la recompensa, con la satisfacción de algún deseo, el placer de la lectura no es ajeno a esa circunstancia. Pero, ¿cómo hallar los estímulos adecuados? Él acercamiento a un texto siempre está guiado por un motivo. Ese impulso no es sin embargo único, predeterminado, sino que pertenece al mundo íntimo del lector, a sus disposiciones psicológicas, que no son muy distintas a las que le hacen disfrutar de otras experiencias de la vida, de modo que «lo importante es igualar el campo del placer, abolir la falsa oposición entre vida práctica y vida contemplativa». Se podría afirmar entonces que el placer de leer es siempre individual y mudable, es la consecuencia de un complejo enmallado de deseos, motivaciones, impulsos, gratificaciones.