Los problemas de conducta, como la agresividad cuya reacción es la lucha derivada de la falta
de satisfacción, la rabia, la protesta, la violencia o el esfuerzo por cambiar
las cosas a modo o deseo del niño se debe tratar atendiendo las causas y no las formas. Cuando la familia ha intentado de todo y
nada funciona en el niño agresivo, la desesperación en los padres se agudiza y
las alternativas escasean. La solución no se encuentra en los intentos o los especialistas se visitan para atender al niño, la solución
se encuentra en el conocimiento, el tratamiento y la comprensión
que los padres trabajan en familia para solucionar el problema. Si se conoce el origen
de la agresividad, se tiene mayor comprensión del problema, se
descubre porque y como abordar la agresividad en el niño. Aunque pueden ser
muchos los factores desencadenantes de la agresividad los principales suelen ser
los siguientes:
La frustración; Es una de las
etapas mas largas y frustrantes, no hay día en que el niño no se sienta
bloqueado en sus tendencias por satisfacer sus deseos.
Sentimiento de
inseguridad;
los sentimientos de inseguridad generan comportamientos agresivos. Comportamientos
que surgen a partir de las relaciones con la familia, si el niño se siente
inseguro en las relaciones con sus padres, es probable que se defienda atacando
a los demás y se transforme en un niño inseguro.
La disciplina dura; La disciplina dura,
innecesaria e inconsistente contribuye en los generadores de la agresión. La
disciplina severa hace que el niño se sienta indeseado, no querido y resentido,
si se siente tratado duramente por los padres, cree que el mundo también le es
hostil.
La sobredependencia; los padres sobre
indulgentes y sobreprotectores intentan dar al niño cualquier cosa que este
desea, su sistema educativo toma tanta precaución que impiden que el niño se
desarrolle con independencia, de este modo el niño sobrepotegido cree que no
puede hacer las cosas sin la ayuda de sus padres.
Entrenamiento
inadecuado;
un entrenamiento inadecuado puede ser la causa de que el niño desencadene un
comportamiento agresivo. Si con frecuencia se le permite que consiga beneficios
de tipo físico o social con el comportamiento agresivo, dicho comportamiento persistirá
en un futuro como una forma estable y aparecerá siempre que el niño quiera
conseguir algún beneficio.
Inconsistencia de
los padres;
la inconsistencia es frecuentemente un factor desencadenante de la agresividad
en el niño, puede expresarse en dos formas; a) cuando uno o ambos padres
vacilan ante la conducta agresiva del niño y no saben si alabarla o reprimirla,
b) cuando los padres tienen puntos de vista distintos acerca del como hay que
educar al hijo.
imitación de los
padres;
Muchos niños que expresan su desilusión y frustración con diferentes tipos de
comportamientos agresivos están imitando a sus padres.
El niño rechazado; El niño que se
siente rechazado puede convertirse en un niño agresivo.