martes, 7 de mayo de 2019

Descargas tensionales en los escolares


Los escolares están ocupados con sus propias actividades y pensamientos. Ejercen un mayor control de su vida. Sus muecas son menos abundantes porque tienen mayor dominio  de sus músculos faciales. Vuelven a comerse la uñas y a meter los dedos en la nariz especialmente cuando les aqueja un catarro o ansiedad. No tartamudean a menos que los presionen para hablar o los estímulos sean demasiado intensos. Tienen inclinación por mover con los dedos sus dientes flojos y a inquietarse.

La escuela


Tienen sentido crítico para juzgar sus capacidades. Pueden describir su método preferido para realizar sus tareas escolares. Saben que pueden resolver mejor un problema si lo escriben primero, pueden hacer mejores combinaciones aritméticas si lo escriben primero que si responden oralmente. Algunos escolares dicen que no pueden recordar lo que leen cuando lo hacen en voz alta. Algunas tareas las cumplen más fácilmente en casa que en la escuela. Quizá se les escuche quejas o murmullos a cualquier tarea escolar pero pronto se desvanecen. Se imponen cierto grado de disciplina. “No tengo buena memoria” es una de las quejas favoritas de los escolares, el recuerdo inmediato no siempre les resulta fácil. Cuando cometen errores quieren saber cómo los cometieron y se deleitan analizando y encontrando donde estuvo el error. La caligrafía es pequeña, con poca presión y prolija en las niñas, los niños escriben con rasgos pesados. La mayoría  de los escolares realizan sus movimientos de los dedos con el antebrazo en tensión.

Emociones en los escolares


Para los escolares la vida es buena, tan buena que ni siquiera tienen que pensar en ella. Pueden mostrarse confundidos cuando se les formulan preguntas sobre su estado emocional, frecuentemente responden que no saben o que no pueden decirlo. A menudo ponen condiciones en sus frases o incluyen toda una gama de posibilidades como; bueno, depende o a veces sí, a veces no. La expresión emocional más universal en los escolares por más raro que parezca es la “ira”. Si se trata de un niño con mayor dominio descarga su cólera con palabras, pudiendo gritar o abandonar ruidosamente la habitación en medio de furiosos insultos y patadas en el piso. Lo cual no les impide mostrar cierto espíritu selectivo con respecto a sus expresiones de ira, el mismo dice; depende de la persona  con quien este enojado, si me enojo con mi hermana le tiro el sacapuntas o una regla. Y si uno de mis padres me castiga y yo creo que es injusto me encierro en mi cuarto y me desahogo, en la escuela hay que aguantarse aunque sea una injusticia al igual que en sus expresiones de ira o de alegría. Los escolares tienen ataques repentinos de cariño por sus padres como los abrazos o los besos.

Sentido ético de los escolares


Los escolares quieren definitivamente ser buenos, aunque también quiere ser el o ella. Se muestran orgullosos de un buen día y les preocupa un día malo. Compadecen a los niños menores que echan todo a perder portándose mal e instruyen a los hermanos menores sobre las desventajas de ser malo. Son buenos durante un cierto lapso y luego imposibles. La idea de bueno y malo comienza a tomar un cariz ligeramente abstracto. Ya no incluye solamente acciones específicas permitidas o prohibidas por los padres, sino que implica el comienzo de una noción generalizada de la bondad y la maldad