Con Tres se puede tratar, él o ella
saben con claridad que ya son grandes. Son capaces de negociar transacciones
reciprocas, sacrificando satisfacciones inmediatas ante la promesa de un
beneficio posterior. Es típico su fuerte deseo por agradar, su docilidad y la
gran exigencia de examen mental que deben hacer cuando de responder a la
familia se trata. Es tal su sentido de colaboración que puedes llegar a
escucharle decir ¿está bien así? Lo
cual no significa una blanda sumisión por el contrario es una favorable
reacción de adaptabilidad. Para esta edad la sociabilidad con sus iguales se
hace necesaria por lo que integrar al pequeñito a pequeños círculos de amigos e
incluso llevarlo a la escuelita le ayudara considerablemente a continuar
reforzando su sentimiento de adaptabilidad. Por otro lado, dado que su
adaptabilidad esta tomado su curso no sucede lo mismo con sus experiencias
emocionales, solo se hallan integradas en cierta parte, sus temores están a
menudo altamente localizados. Puede tener terror a los zapatos de goma, temblar
ante el movimiento de un juguete mecánico o electrónico, ante una cara pintada
o padecer terrores nocturnos lo cual será pasajero. Bajo este antecedente lo
ideal es ayudarles a atravesar los desestabilizantes que llegase a enfrentar el
pequeñito dándoles confianza, aceptando sus crisis, esperando a que se
recuperen o sacándolos del entorno que los provoca pero nunca involucrar las emociones adultas ante las
crisis infantiles porque solo agudizas
la inestabilidad emocional en los niños.
miércoles, 15 de marzo de 2017
Personalidad de los preescolares
Cuatro representa una interesante
combinación de independencia y sociabilidad. Su confianza en si mismo y en los
hábitos personales, su seguridad en las afirmaciones, cierto aspecto de
sargento y enfático dogmatismo contribuyen hacerlo más firme e independiente
que tres. Cuatro realiza las tareas con más cuidado, demuestra mayor control de
sí mismo, efectúa mas comentarios sin que nadie se los pida. Sus juegos
muestran una mezcla de independencia y sociabilidad. Realiza mayor número de
contactos sociales y pasa mayor tiempo en una relación social. A menudo tiene
arranques repentinos y tontos portándose deliberadamente desastrosamente con
toda intensión. Pero esto no se debe a impulsos antisociales su deseo es más
bien provocar reacciones sociales en los demás. La clave para comprender la
psicología del niño de cuatro es su enorme energía unida a una organización
mental por la que está atravesando por lo que ahora las
reglas cobran un importante significado para ser establecidas pues el
niño es más consciente de sus propias emociones y de lo que está propiciando en
otros.
Lo que mas agrada al niño de cinco
años es jugar con niños de su misma edad, algunos prefieren los de su mismo sexo,
algunos del sexo opuesto. Puesto que es tan hogareño, cinco depende en alto grado
de los niños que pueda encontrar por el vecindario, la mayor parte de los niños
de esta edad juegan mejor al aire libre que dentro de sus propios patios o
jardines.
Personalidad de los escolares
Seis es una edad de prueba para un
padre o una madre. Este comentario puede parecer exagerado pero se adapta a las
tensiones sociales que vive el niño de seis años. Ningún otro periodo es tan
exigente para el niño como el de seis. Es la etapa de los estallidos emocionales,
de una sensibilidad exacerbada, la vida se torna para el niño mucho más
complicada así que lo más recomendable para los padres es actuar hacia ellos
con mayor prudencia. Es la edad en que deben evitarse los choques directos con
el niño. Seis es altamente sensible a sus estados de ánimo, tensiones y
emociones de sus padres aunque estos crean que han ocultado sus emociones ante
el niño. Seis descubre de manera rápida cualquier cambio de expresión facial y reacciona
de mala manera al levantamiento de voz. Aunque se le describe como peleado con
la madre en realidad es sumamente ambivalente puede decir; -te quiero y al minuto siguiente te odio-
Siete es menos empecinado y
testarudo que seis. Siete comienza a ser un verdadero miembro de la familia listo
para aceptar algunas responsabilidades domésticas. A esta edad muchos niños
quieren ayudar haciéndose cargo de algunas tareas hogareñas. Siete no exige
compañía como lo hacía a los seis, pasa periodos prolongados a solas. Los juegos
de puertas adentro constituyen a veces que el niño se comporte de manera
salvaje, siete se comporta de mejor manera que seis aunque probablemente
abandone a sus compañeros si las cosas no resultan a su gusto o provoquen una
riña. Algunos se resisten a pelear y ocultan sus temores tras una cortina de
abundante conversación.
Ocho es “persona” según las normas adultas en función de las relaciones
adulto – niño. Se conversa con un niño de ochos años con menor condescendencia.
El niño crece y tiene conciencia de ello
como de él mismo, está regido por presiones de crecimiento que le impulsan a
contactos positivos con su ambiente, incluso con sus mayores. Es menos pensativo
y retraído que a los siete, es más centrífugo, es también más rápido en sus
propias reacciones y comprende mejor las reacciones de los demás. Ocho posee
tres rasgos característicos de su
conducta: velocidad, expansividad y “valoratividad”. Este último término no se
encuentra en los diccionarios pero describe la tendencia dominante del niño a
valorar todo lo que le sucede y lo que sucede por su causa.
Nueve esta tan atareado con su
propia vida que exige menos de su madre. Ya no es necesario que madre este en
casa cuando nueve regresa de la escuela, si bien algunos niños necesitan de
alguna nota indicándoles donde se encuentra a muchos niños de esta edad se les
puede confiar la casa hasta que la madre regrese. Nueve esta tan atareado con
su vida y sus amigos que comparte poco con los padres, excepto cuando hacen algún
viaje en familia. Inician una tendencia a
tener amigos especiales, elige como amigo o amiga íntima solo a alguien de su
propio sexo, existe una crítica abierta al sexo opuesto. Le gustan los juegos
colectivos dotados de cierta organización, son perfectamente naturales en sus
modales; pide permiso para levantarse de la mesa, saluda a las visitas estrechándoles la mano,
agradece a su anfitrión. Los padres se deleitan viendo actuar a su hijo o hija en lugar de tener que apuntarles tras bambalinas.
martes, 14 de marzo de 2017
viernes, 10 de marzo de 2017
miércoles, 8 de marzo de 2017
Preguntas que se hacen a los niños
En la escuela o en el hogar a niños
y niñas se les pregunta de todo, casi de todo desde el cómo te llamas, quien
eres, como se llaman tus papas en fin… el niño, sea la edad que sea responde a
preguntas viniendo de adultos, lo curioso es que entre niños se preguntan poco de
hecho se dedican más a convivir o rechazarse entre ellos que a preguntar. Pero
el punto no es que sucede entre niños el punto es que sucede entre niños y adultos cuando de preguntar se
trata como;
¿Te gusta la escuela?
Obvio que el niño responderá; -si- ante tal pregunta, pues da por hecho
que si dice; -no-, se verá en serios
apuros. Por ello sugiero que en casa liberes al niño de preguntas de este tipo,
si ya conoces la respuesta omítelas, además de ser desestabilizante a nivel
mental bloqueas su inteligencia mejor aplica el MMI que he compartido te dejo el enlace.
¿Es fácil o difícil la escuela?
Preguntas de este tipo hacia niños o niñas los desestabilizan en automático y en automático te responden;
-no- o –si- dependiendo de la
confianza que vivan en casa. Ni tú ni yo sabemos la respuesta sincera, solo
ellos saben su realidad en la escuela. La escuela es una palabra con la que nos
hemos familiarizado, damos por hecho que
ahí se va estudiar sin percatarnos que la realidad de ir a la escuela implica
un sinfín de situaciones, experiencias, relaciones de todo tipo en las que se sumerge día a día tu hijo o hija sin olvidarnos que ahí se va aprender, estudiar, seguir normas, cubrir expectativas de padres, maestros, compañeros
entre otras situaciones. Solo el niño (a) sabe que tan fácil o difícil le
resulta ir a la escuela. Así que en un futuro cada que vayas a preguntar a un
niño si le gusta o no la escuela mejor detente porque no conoces lo que sucede
en realidad con tu hijo o hija. Preguntas de este tipo no son nada
saludables para ellos porque los ponemos en apuros desencadenando factores
desestabilizantes a nivel mental y emocional. En muchas ocasiones los niños no
pueden ser sinceros contigo porque saben que idealizas la escuela y ante el
mínimo rechazo te opondrás, lo cuestionaras o regañaras generando aislamientos, además abres canales de desconfianza e inseguridad hacia ti. Si
en casa contrario hacer este tipo de preguntas mejor optas por percibir el
estado anímico del niño (a) al llevarlo o recogerlo de la escuela, intuir que tan
fácil o difícil le resultan sus labores escolares, cuáles son sus habilidades para
resolver problemas en la escuela, como se expresa de su maestra o adultos de la
escuela, como habla de su salón de clases o amigos… observas como invertirías
la pregunta por una actuación propiciada desde tu observación, tendrías
elementos para ayudar a tu hijo (a) y
si por cada descubrimiento que hagas te propones indagar como ayudarlo aperturas la confianza entre
ustedes para dar seguimiento a la vida escolar de tu hijo (a).
¿Cuáles son las partes de una flor? ¿Cuánto suma 380 más 230? ¿Cuál es la capital de México?
Jamás en la escuela faltaran preguntas
de tipo pedagógico, aquellas que reafirman lo aprendido y puedo asegurar que
aun cuando el niño sea altamente inteligente siempre lo desestabilizaran este
tipo de preguntas porque ponen a prueba cerebro y emociones. A nivel mental… independientemente
de la capacidad cognitiva que posea el niño, deberá tener la capacidad de
recordar aquello que le enseñaron, el aplomo para reaccionar frente a un
adulto, la confianza para dejar fluir sus habilidades y de su respuesta
dependerán los efectos posteriores. A nivel emocional… vivirá instantes de
ansiedad, segundos de expectativa, microsegundos de inseguridad todo conjugándose
en una pregunta. Aclaro que no rechazo este tipo de preguntas, me gustaría que un
día los adultos fuéramos más inteligentes al preguntar a un niño, más capaces
de confirmar lo que enseñamos con otro tipo de recursos, más sabios al indagar
en los niños lo que enseñamos omitiendo las preguntas, capaces de emplear
recursos creativos o lúdicos que no lesionen tan delicados cerebros y corazones.
Se me figura que torturamos el cerebro en aras de fijar el conocimiento. Si
somos capaces como adultos dar un giro a la forma de enseñar o
preguntar estaremos asegurando la felicidad de un alma, estaremos fincando
las primeras semillas del éxito en ellos
o ellas.
¿Tienes celular?
Un niño hoy en día, sobre todo
entre los 7 y 16 años, se enfrenta a este tipo de preguntas y la respuesta es de
lo más normal; -si o no- Una Respuesta
que dependerá en gran medida del como conciba la familia los medios
electrónicos (celular, internet, tablet, ordenador, tv) independientemente del
que opinen los padres respecto al uso de estos medios, los niños en esta franja
de edad, se encuentran sumergidos en la tecnología sea en casa, la escuela, los
amigos, el móvil de mama o papa, el ordenador de la familia, la tablet del
hermano o incluso ya posee algún aparato electrónico situación que les abre
infinidad de espectros sean lúdicos, de aprendizaje o interacción entre ellos. Pero
retornando a la pregunta: ¿Tienes un
móvil? el niño invariablemente responderá con la verdad porque no le
significa desestabilización alguna el que diga: -si o no-. Lo importante
de este tipo de preguntas que le hacen a tu hijo
(a) reside en el que tanto estas al día para apoyarlo, actualizarlo respecto
a los avances tecnológicos y no se trata de saberlo todo no, se trata de
conocer lo elemental, lo más básico en materia de tecnología o esperaras, como está
sucediendo actualmente con los niños de entre 10 o más años que sean ellos
quienes te enseñen, son tan hábiles para manejar los medios virtuales que son
capaces de enseñar en casa a los adultos aunque muchas veces se fastidian
porque no les gusta enseñar a los más grandes. Al principio les resulta
novedoso y hasta los hace sentir importantes, el hecho de enseñar a la familia,
pero después se vuelve un fastidio que mama o papa les pregunten una y otra vez;
¿cómo enciendo el móvil? ¿Cómo entro a
mi mail? ¿Qué es un chat? ¿Un streaming? Bajo tal reflexión hagamos un análisis del como las enseñanzas se revierten; -los niños enseñan a los padres- pero no solo se invierten los roles, las actitudes también, tornándose cambiantes debido a la injerencia de las tecnologías. Es por ello que
no nos podemos quedar fuera de los avances tecnológicos en este siglo XX1 tenemos
la oportunidad de acelerar nuestro aprendizaje sea adulto o infantil
empleando las tecnologías, podemos avivar nuestros
sentidos hacia todos los planos. Si un niño vive en casa las tecnologías de
manera regulada, abierta y sincera, será un niño con capacidad para responder
amplia y sinceramente cuan habilidoso es para involucrarse en este tipo de
aprendizajes pero si ahora rechazas la tecnología más tarde te lamentaras al no
saber cómo actuar ante aprendizajes acelerados a los que tu hijo o hija se están involucrando e incluso se te llegarán a presentar
situaciones de riesgo virtual a los que
no sabrás como reaccionar o proteger al niño y eso será de gravedad. Una simple
pregunta nos deja tremendas responsabilidades de aprendizaje respecto a las
tecnologías que invaden el mundo de lo contrario padres e hijos se quedaran atrapados en la pasividad del conocimiento, es decir conocerán una milésima
parte de la realidad mundial.
martes, 7 de marzo de 2017
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