Con Tres se puede tratar, él o ella
saben con claridad que ya son grandes. Son capaces de negociar transacciones
reciprocas, sacrificando satisfacciones inmediatas ante la promesa de un
beneficio posterior. Es típico su fuerte deseo por agradar, su docilidad y la
gran exigencia de examen mental que deben hacer cuando de responder a la
familia se trata. Es tal su sentido de colaboración que puedes llegar a
escucharle decir ¿está bien así? Lo
cual no significa una blanda sumisión por el contrario es una favorable
reacción de adaptabilidad. Para esta edad la sociabilidad con sus iguales se
hace necesaria por lo que integrar al pequeñito a pequeños círculos de amigos e
incluso llevarlo a la escuelita le ayudara considerablemente a continuar
reforzando su sentimiento de adaptabilidad. Por otro lado, dado que su
adaptabilidad esta tomado su curso no sucede lo mismo con sus experiencias
emocionales, solo se hallan integradas en cierta parte, sus temores están a
menudo altamente localizados. Puede tener terror a los zapatos de goma, temblar
ante el movimiento de un juguete mecánico o electrónico, ante una cara pintada
o padecer terrores nocturnos lo cual será pasajero. Bajo este antecedente lo
ideal es ayudarles a atravesar los desestabilizantes que llegase a enfrentar el
pequeñito dándoles confianza, aceptando sus crisis, esperando a que se
recuperen o sacándolos del entorno que los provoca pero nunca involucrar las emociones adultas ante las
crisis infantiles porque solo agudizas
la inestabilidad emocional en los niños.
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