martes, 21 de mayo de 2013
Masajito
Recuesta al bebe boca abajo y pasa tus dedos por todo el
cuerpo, recorriendo suavemente su pielecita como dando toques con la punta de los dedos. Ahora pasa a presionar su piel suavemente con la palma
de tus manos. Continua el recorrido por todo el cuerpo y cuando hayas concluido voltea al al bebe boca arriba para repetir la misma acción Para finalizar puedes hacer lo
mismo con una pelotita de esponja. El relajamiento corporal que generes con tres actos en todo el cuerpecito de tu bebe sera integral.
Sentadito
Para estimular el tronco del bebe y alcanzar la postura correcta de sentado, te invito a sentarlo en tus piernas. Es decir tu sentada y el sentadito en tus piernas. Tómalo fuertemente por la espalda a nivel del tronco, balancéalo de un lado al otro, adelante y atrás, y por ultimo suéltalo momentáneamente, procurando que se sostenga por sí solo. Tres momentos que puedes volver a repetir, tantas veces como mires disposición en el niño. Abras estimulado su control postural para alcanzar la postura de sentado.
lunes, 20 de mayo de 2013
Sentirse aceptado
El adolescente
concede una gran importancia a percibirse y ser visto como un individuo
socialmente integrado y quiere evitar, a toda costa, ser señalado como alguien
aislado, así que acepta y busca voluntariamente su pertenencia a un grupo. El
grupo puede imponerle actividades y normas que no siempre le permiten discutir,
o que son claramente contrarias a sus propios criterios de conducta. Así, enfrenta
un conflicto entre la necesidad de pertenecer a un grupo y la disonancia
normativa o dicho en otras palabras; aunque
no le agraden las normas del grupo las
acepta. Esto se convierte en un conflicto personal que, cuando se ve
obligado a no seguir las normas del grupo, vuelve a provocar el aislamiento y
la soledad, y por lo tanto crea una fuerte creencia de que es incapaz de hacer
amigos/as; y si se ve obligado a inclinarse al grupo, provoca dependencia, sumisión
y a veces indefensión.
Efectivamente, si el
conflicto termina inclinándose a favor del grupo, el chico/a debe someterse a
un tipo de microcultura con normas en las que no cree, porque no ha participado
en ellas. Aparecen entonces problemas de sumisión, dependencia e inseguridad
frente a los demás, a los que percibe como verdaderamente integrados y seguros
de sí mismos/as. La integración social en los grupos de adolescentes no es un
asunto fácil, ni depende exclusivamente de las habilidades sociales
individuales de los chicos/ as; la microcultura de los mismos, está compuesta
por un conjunto de normas, ritos, convenciones, creencias y hábitos de
comportamiento que incide de una forma muy importante en que el proceso de
integración del adolescente. Una minoría de ellos, no están satisfechos o, al
menos, encuentran fría y poco satisfactoria su relación con los compañeros/ as.
De entre éstos/as, algunos se sienten verdaderamente aislados y tienen
dificultades para hacer y mantener amigos, por distintas razones, que
normalmente no son reconocidas.
La falta de amigos/as
o el fracaso repetido por lograr un grupo social cercano, provoca sentimientos
de inseguridad e inestabilidad social, lo que afecta a la autoestima,
devolviendo al chico/a una imagen de sí mismo/a deteriorada o empobrecida.
Ser ignorado/a,
percibirse como un individuo sin amigos o aislado puede llegar a ser más
doloroso que cualquier otro problema académico. Los/las adolescentes dedican
una parte importante de sus esfuerzos a hacer y mantener la amistad o, al
menos, a formar parte gregariamente de un grupo, aunque para ello haya que
renunciar a los intereses propios o a los valores personales.
Inteligencia Infantil
La inteligencia no es algo
adquirido, es inherente, es de nacimiento, es intrínseca a la vida misma. No
sólo los niños son inteligentes, los animales a su manera son inteligentes, los
árboles a su manera son inteligentes. Por supuesto, todos ellos tienen
diferentes tipos de inteligencia porque sus necesidades difieren, pero ahora es
un hecho aceptado que todo lo que vive es inteligente. La vida no puede
existir sin inteligencia; estar vivo y ser inteligente son sinónimos.
El niño al nacer ya es
inteligente y esto es algo único y hermoso es su privilegio, su prerrogativa,
su gloria, pero puede convertirse fácilmente en su agonía cuando se vea
expuesto a las formas de educar o enseñar que le provea el adulto. El solo
hecho de nacer ya es garantía de la inteligencia, sin embargo como lo he dicho
anteriormente conlleva sus propios problemas. Y el primer problema es que se
crea el ego. Hablo de cómo surge el ego infantil gracias a la inteligencia sea
un bebe, un niño, un adolescente, un adulto. Sobre todo cuando de manipular su
entorno para satisfacer sus deseos se trata, es entonces cuando la inteligencia
cobra una relevancia importante para incidir en el medio y cumplir sus deseos.
Observas como la inteligencia es tan real y valiosa que bien puede dar una
serie de problemas si esta no es encauzada adecuadamente.
El ego no existe en ningún
otro lugar excepto en los seres humanos, y comienza a crecer cuando el crece y
gracias a su inteligencia. Los padres, las escuelas, los colegios, la
universidad, todos ayudan a reforzar el ego por la sencilla razón de que
durante siglos el hombre ha tenido que luchar para sobrevivir, y la idea se ha
convertido en una fijación, en un profundo condicionamiento inconsciente: sólo
los egos fuertes pueden sobrevivir en la lucha por la vida. La vida se ha
convertido sólo en una lucha por sobrevivir. A medida que el ego se va haciendo
más fuerte, comienza a rodear a la inteligencia como si fuese una espesa capa
de oscuridad. La inteligencia es luz, el ego es oscuridad. La inteligencia es
muy delicada, el ego es muy duro. La inteligencia es como una rosa, el ego es
como una roca. Y si quieres sobrevivir, dicen ‑los supuestos sabios‑ que tienes
que volverte como una roca, tienes que ser fuerte, invulnerable. Tienes que
convertirte en una fortaleza, una fortaleza cerrada, para que no puedas ser
atacado desde el exterior. Pero entonces te cierras. Empiezas a morir en cuanto
a tu inteligencia se refiere, porque la inteligencia necesita un cielo
abierto, el viento, el aire, el sol para poder crecer, para expandirse, para
fluir. Para seguir viva necesita fluir constantemente; si se estanca, se
convierte poco a poco en un fenómeno muerto.
Permitamos a los niños que
sigan siendo inteligentes. Lo primero es que, si son inteligentes, serán
vulnerables, delicados, abiertos. Si son inteligentes serán capaces de ver la multitud
de falsedades que los rodea. Serán individuos; no serán fácilmente intimidados.
Los puedes aplastar pero no los puedes esclavizar. Los puedes destruir pero no
puedes obligarles a ceder. En un sentido, la inteligencia es algo muy suave,
como una rosa; en otro, tiene su propia fuerza. Pero esta fuerza es sutil, no
es grosera. Esta fuerza es la fuerza de la rebelión, la de una actitud insobornable.
Uno no está dispuesto a vender su alma.
Observa a los niños pequeños y
entonces no me preguntarás; verás su inteligencia. Sí, no son eruditos. Si
pretendes que sean eruditos, es que no piensas que sean inteligentes. Si les
haces preguntas que dependan de la información, no te parecerán inteligentes.
Pero hazles preguntas reales que no tengan nada que ver con la información, que
necesiten una respuesta inmediata, y verás que son más inteligentes que tú.
Por supuesto, tu ego no te permitirá aceptarlo, pero si consigues aceptarlo te
ayudará muchísimo. Te ayudará a ti y ayudará a tus niños, porque si eres capaz
de ver su inteligencia, podrás aprender mucho de ellos.
Responsabilizate de ti
Desde tu primera infancia se te ha enseñado a
ser responsable hacia tu padre, tu madre, tu familia, tu patria y todo tipo de
situaciones externas. Pero no te han dicho que tienes que ser responsable de ti
mismo. Cuando eres un adulto y dejas de ser un niño, surge un gran miedo porque
tienes que asumir tu responsabilidad y no has sido preparado para eso.
Sólo sé responsable ante ti mismo. Haz lo que
sientas. Si está mal, le seguirá inmediatamente el error y sabras que estuvo
mal.. Si está bien, le seguirá inmediatamente la recompensa, instantáneamente.
No hay otra manera.
De esta manera empiezas a saber tú mismo lo
que está mal y lo que está bien. Desarrollarás una nueva sensibilidad. Empezarás
a mirar con una nueva visión. Instantáneamente sabrás lo que está mal, porque
en el pasado lo has hecho tantas veces y siempre has sufrido en consecuencia.
Sabrás lo que está bien, porque siempre que lo has hecho la existencia te llenó
de bendiciones. Causa y efecto van juntas, no están separadas por años o por
vidas.
Entonces eres responsable. Si deseas y
disfrutas un determinado acto, a pesar de que te traiga sufrimiento, hazlo. Es
bueno porque lo disfrutas. El sufrimiento no es suficientemente grande como
para impedir el disfrute que tu acción te reporta. Pero depende de ti total y
únicamente el decidir. Si el sufrimiento es demasiado y el acto no te aporta
nada, no te aporta alegría y necesariamente le sigue una larga angustia;
entonces depende de ti elegirlo o soltarlo, y ¿qué pueden hacer los demás al
respecto? Eso es lo que quiero decir con ser responsable
de ti mismo. No hay nadie sobre quien puedas descargar tu responsabilidad.
La única manera de crecer es aceptar todo lo
bueno, lo malo, lo alegre, lo triste, Tú eres responsable de todo lo que te
sucede. Eso te da una gran libertad.
Disfruta
de esa libertad. Regocijate con esta gran comprensión: eres responsable de todo
en tu vida. Eso te hará lo que yo llamo un INDIVIDUO.
jueves, 16 de mayo de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)