Siéntalo a la cama sosteniéndolo por la cintura de ser
necesario. Ahora inclínalo lentamente hacia adelante para que apoye sus manos en posición de defensa. Repítelo una y otra
vez, de tal manera que el bebecito ejercite tronco, espalda y brazos. Para
finalizar recuéstalo por unos instantes y charla con él para que se recupere
del esfuerzo corporal que ha realizado.
viernes, 21 de septiembre de 2012
Madurez
Un niño tiene que ser infantil, de
otro modo desperdiciará la gran experiencia de la infancia. Pero seas joven o
viejo, ser infantil simplemente denota que no has crecido. Ser como un niño es
un fenómeno totalmente diferente. ¿Qué quiere decir?
Jesús repetía sin cesar: «A
menos que seas como un niño no entrarás en el reino de Dios». Así que; «No
entrarás en el reino de Dios si no eres como un niño». ¿Qué quería decir Jesús
con «ser como un niño»? Muchas cosas. Una, el niño siempre es total. Haga lo
que haga, se queda absorto en ello, nunca es parcial. Si está recogiendo
caracolas en la playa,
todo lo demás desaparece de su consciencia, lo único que importa son las
caracolas y la playa. Está absorto, absolutamente perdido en ello. Esa
totalidad es una de las cualidades fundamentales de ser como un niño. Eso es
concentración, eso es intensidad, eso es totalidad.
Y lo segundo: un niño es
inocente. Funciona desde un estado de no saber. Nunca funciona desde el
conocimiento, porque no lo tiene.
Tú siempre funcionas desde el conocimiento. Conocimiento significa pasado,
todo lo que te han transmitido y lo que tú has reunido: y cada nueva situación es nueva, no se le puede aplicar ningún
conocimiento. No estoy hablando de ingeniería o de tecnología: ahí el pasado
es aplicable porque una máquina es una máquina. Pero cuando estás funcionando
en una atmósfera humana, cuando te estás comunicando con seres vivos, ninguna
situación es una repetición de otra. Cada situación es única. Si quieres
funcionar correctamente tendrás que hacerlo a través de un estado de
ignorancia, como un niño. No interpongas tu conocimiento, olvida tu conocimiento.
Responde a lo nuevo como nuevo, no respondas a lo nuevo desde
lo viejo. Si lo haces, no acertarás: no habrá un
puente entre tú y lo que está sucediendo a tu alrededor. Siempre llegarás
tarde, siempre perderás el tren.
jueves, 20 de septiembre de 2012
Los iguales
Los iguales se
definen como aquellos adolescentes que están en una posición social semejante,
lo saben o lo asumen implícitamente, y esto les permite ser conscientes por un
lado de su asimetría respecto de algunos y, por otro, de su simetría social
respecto al grupo de amigos. Es la la ley no escrita de los iguales.
Es la reciprocidad de:
no hagas conmigo, lo que no desees que yo haga contigo, no me hables como no
quieres que yo te hable, no me trates como no quieres que yo te trate, ó dicho
en positivo: sé amable conmigo si quieres que yo lo sea contigo, sé correcto
conmigo y yo lo seré contigo, quiéreme y te querré, salúdame y te saludaré, trata
mis cosas con respeto y yo haré lo mismo con las tuyas.
Afortunadamente los
chicos/as aprenden desde muy pequeños esta ley de la reciprocidad social. A
partir de los primeros fracasos, cuando en el preescolar comprobaron que el
hecho de que ellos prefirieran el juguete de su amigo no les daba ninguna
garantía de que lo llegaran a obtener, se abría en sus vidas sociales un camino duro pero clarificador sobre lo que se podía y no se podía esperar de los iguales. Muy
pronto, las cosas quedaban muy claras. Se trataba de comportarse con el otro de la
misma forma como el deseaba ser tratado. A menos que el adolescente no sea consiente de sus propios limites y alcances no llegara a tratar a los demás como sus iguales. Entonces surgirá la violencia y el fracaso en la relación de iguales.
Estimulemos manitas
Solo provéete de pequeños juguetes para esta aportación y
colócalos en una cesta. Ahora te compartiré como estimular prensión de mano y
deditos de tu bebe. Una vez que te encuentras con él, toma uno de los juguetitos
que has elegido previamente y colócaselo en la manita cuidando que lo tome con
todo el puño, toma otro y colócalo en la otra mano, es decir las dos manos
ocupadas. Ahora juega con él a generar fuerzas. Primero indícale que los tome muy
fuerte y tú trata de quitárselos de las manitas. Segundo; ahora invierte
papeles (es decir tómalos tu y pidele al niño que te los quite), todo ello
generando presión en los puños de ambos. En concreto es como dar y quitar. Aunque
la intención radica en generar fuerzas en ambas manitas también estarás
estimulando el control de extremidades superiores. Continúa de la misma manera
hasta agotar todos los juguetes. Al concluir pide al bebe que los regrese a la
cesta.
Pasemos al segundo momento. Es decir a estimular dedos. Toma
uno de los juguetes con la pinza de tus dedos…ahora súbelo y bájalo, al mismo
tiempo invita al pequeñito a que intente quitártelo. Repite la misma acción con
el resto de los juguetitos y de ser posible inviertan los papeles. Juegas a
estimular las manitas, generas prensión en puño y dedos, estimulas la vista, lo llevas a sentir noción espacio-tiempo y por
si fuera poco detonas placer y atención en tu bebe.... ingrediente principal de este juego. J
Grande-pequeño
Para esta aportación requerirás de una enorme pelota de
plástico y otra pequeñita. Se trata de familiarizar al niño con tamaños: grande
– pequeño. Salgan algún parque cercano o incluso en casa puedes realizar esta
sugerencia.
Primer momento: sentados al piso frente a frente lánzale la
pelota grande al pequeñito a la par que le dices: “grande”, ahora pídele que te
la regrese. Repite el ejercicio ahora con la pelota pequeña, haciendo la observación
al niño del tamaño. Ejecuta el acto varias veces.
Segundo momento; De pie frente a frente lánzale la
pelota grande para que trate de cacharla
a la par que le dices: “grande”. Repite el ejercicio con la pelota pequeña. Ejecuta
el acto varias veces.
Tercer momento; De pie frente a frente a frente dale una
pelota a él y tu quédate con la otra. Ahora muéstrale como lanzarla arriba y
cacharla. No importa si se cae de las manos del niño. Lo importante es el acto
de lanzar y cachar. Intercambien de pelotas y vuelvan a repetir el acto.
Tres momentos para estimular psicomotricidad gruesa, psicomotricidad
fina, control postural, equilibrio, noción de espacio, de tiempo y por supuesto
tamaños. Hermoso, simplemente hermoso. Una
simple actitud de querer jugar con el niño detona infinidad de aprendizajes....saludos
Como una gran ola
No
te puedes comer la respetabilidad, no te puedes comer el dinero y no te puedes
comer el prestigio. Son sólo juegos mentales. Si eres suficientemente inteligente
sabrás que tienes que vivir tu vida. Todas las consideraciones que se traducen
en preocupaciones carecen de significado. Tu vida la tienes que vivir
auténticamente, amorosamente, con pasión, con gran compasión y gran energía. Conviértete
en una gigantesca ola de dicha. Haz todo lo que tengas que hacer para conseguir
ser como una gran ola que sube y baja, sube y baja aun cuando las mareas sean bravías
o tranquilas. Solo se una gigantesca ola impregnada de serenidad en el corazón,
martes, 18 de septiembre de 2012
Socializando
Ahora sus juegos reflejan una mezcla de equilibrada de
independencia y sociabilidad. Los juegos de tipo solitario ya no son de gran
interés para él. Ahora goza los juegos entre amigos y es capaz de adaptarse a
las normas que surgen en los juegos colectivos. Realiza un mayor número de
contactos y es capaz de compartir sus posesiones que trae de casa. Y aunque
sugiere turnos para jugar en ningún momento lleva a cabo el orden subsecuente,
es tu niño que inicia aprender el establecimiento de las normas incipientes que
ha escuchado en casa.
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