Eso
está muy bien en un niño... Todos los niños están interesados en la muerte; es
una de las curiosidades más naturales. Pero en lugar de responderles.... porque
toda respuesta que le des será falsa...
Por
eso nunca respondas; sencillamente, di que no lo sabes, que lo sabrás cuando
nos muramos. Y haz que esto se convierta en un entendimiento tácito acerca de
todas esas cosas para las que no tienes una respuesta.
Cuando
un niño pregunta algo que tú no conoces, acepta tu ignorancia. Los padres
creen que aceptar que no sabemos será perjudicial, que nuestras imágenes
caerán ante los ojos del niño, pero de hecho es justo lo contrario. Más pronto
o más tarde se va a enterar de que sus padres son tan ignorantes y tan
impotentes como cualquier otra persona, que van andando a tientas en la
oscuridad como cualquier otro, pero lo disimulan, y ese disimulo es muy destructivo.
Por eso siempre que hay algo que no conozcas, di: «No lo sé; estoy buscando e
indagando.»
Y
la muerte es una de esas cosas sobre las que no se puede decir nada excepto
una cosa: que regresamos a casa, que volvemos al mismo lugar de donde hemos
venido. Tampoco lo sabemos. Venimos de una fuente desconocida y a ella
regresamos. La muerte completa el círculo, pero los dos extremos, el principio
y el final, están ocultos en el misterio.
Es
como si un pájaro entra en una habitación por una ventana, aletea durante unos
segundos y escapa por otra al exterior. Nosotros sólo sabemos del pájaro cuando
está en la habitación. No sabemos de dónde viene; no sabemos adónde va. Lo
único que conocemos es ese pequeño lapso de tiempo, ese intervalo, mientras el
pájaro estaba en el interior de la habitación.
Y
este es el estado del conjunto de la vida. Vemos nacer un niño; el pájaro ha
entrado; de dónde, nadie lo sabe. Y entonces un día la persona fallece, el
pájaro ha volado. Y la vida sólo sucede entre el nacimiento y la muerte.... un
pequeño tránsito.
Haz
consciente al niño del misterio. En vez de darle una respuesta es mejor hacer
consciente al niño del misterio que le rodea, de modo que empiece a sentir más
asombro, a tener más capacidad de maravillarse.
En
vez de darle una respuesta categórica, es preferible crear una búsqueda.
Ayúdale a ser más curioso, ayúdale a indagar más. En vez de darle la respuesta,
haz que el niño haga más preguntas. Será suficiente si el corazón del niño se
hace más indagador; eso es lo único que los padres pueden hacer por el niño.
Más tarde, el niño o la niña buscarán sus propias respuestas a su manera. Nos
olvidamos de que la vida permanece
desconocida; algo como una equis. La vivimos y a la vez sigue siendo una
desconocida. El hombre ha progresado mucho en sus conocimientos, cada día se
descubren muchas cosas; se siguen añadiendo miles de trabajos de investigación
al conocimiento humano, se siguen sumando miles de libros. Pero lo fundamental
sigue permaneciendo igual. Ante lo fundamental somos humildes e impotentes.
...de
modo que ayúdale a sentir el misterio de la vida.
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