Que mejor que iniciar un nuevo año
proponiéndote estimular a tu bebe de entre 7 meses y 1 año de edad enseñándole su
rutina diaria. Para ello te propongo emplear recursos llamativos para que tu
bebe descubra lo que hace día a día como son sus fotos. Solo tómale grandes
fotos durmiendo, bañándolo, cambiándolo, peinándolo, comiendo... fotos de eventos
sobresalientes referidos a lo que hace el el bebe día a día. Una vez coleccionadas tus fotos
elije tres y colócalas en el lugares visibles para el niño de preferencia
donde se realizan las actividades de la rutina por ejemplo; en la recamara una
foto cambiándolo o peinándolo, en el baño una foto bañándolo, en el comedor una
foto comiendo inicia con tres momentos básicos de su rutina y emplea las
fotografias para establecer un dialogo acerca de lo que hay en esa foto y lo que hace el bebe. La intensión es que
el niño alcance a distinguir que es él, a discernir lo que hace y a comprender las acciones de una rutina diaria.
miércoles, 4 de enero de 2017
Familiariza al niño con su rutina
Si a partir de los 2 o 3 años inicias a
familiarizar al niño con su rutina diaria de manera visual de los momentos clave
de lo que hace durante el día pues será como familiarizarlo con hábitos y con él o ella
y que mejor que hacerlo a partir de este mes que recién inicia el año para contribuir con su desarrollo. Para ello solo emplea tu
imaginación para elaborar a tu bebe un gran tablero de corcho u otro material, decóralo
bellamente y colocarle fotos de lo que hace tu bebe durante el día, fotos del momento del sueño, el
baño, la hora de comer es decir
representa la rutina del niño o momentos clave para
que se mire, se toque e incluso descubra que es él o ella. Teniendo tu
tablero ahora colócalo a la altura del niño en lugar que consideres propicio, descubrirás que de manera casi natural el pequeñito se inicia hacer asociaciones de él o ella mediante su imagen y a realizar una tarea. Para complementar esta propuesta; lleva al niño previamente a ese tablero para mirar lo que va
hacer el bebe por ejemplo si le dices a bañarse, muéstrale primero la foto del cómo es
bañarse, si le dices a comer muéstrale la foto del cómo es comer con ello contribuyes
con el niño a realizar asociaciones, amplias su lenguajelo inicias con la noción
de tiempo y los más valioso; lo ayudas a descubrirse mediante su propia imagen.
Te sugiero cambiar la rutina visual pasado un mes con otro tipo de fotografía
del niño que ejemplifiquen su rutina diaria.
Tiempo para generar hábitos en los niños
Todo preescolar se encuentra
inmerso en una rutina diaria, se encuentra cómodamente familiarizado con lo que
se hace en el hogar y ello invita a propiciar en los pequeñitos la noción del
tiempo al ejecutar tareas rutinarias y a seguir instrucciones del adulto, sobre
todo aquellas que tanto les cuesta realizar a niños y niñas. Solo toma un
momento clave de su rutina sea el cepillado de dientes, el baño diario, la hora
de los alimento e incluso el ir a dormir. Cualquier momento de la rutina es
ideal para iniciar hábitos en niños y niñas por ejemplo si elegiste el
cepillado de dientes coloca en el baño un calendario para que el niño se ponga
una :) por cepillarse los dientes bien o una :( por no cepillarse los
dientes. Es decir aprovecha las tareas del niño para generar hábitos valiéndote de recursos llamativos que dejen un registro para reforzar una instrucción y generar un habito. Una
sola tarea puede ser representada con imanes, calcamonias, dibujos lo que
desees por alrededor de un mes o más dependiendo del alcance del hábito. Pasado
un mes puedes realizar lo mismo pero ahora con otro momento de la rutina como
la hora de la comida, es decir coloca nuevamente un registro al alcance del
niño para que el pequeño registre como fue su comida :) o :( Cualquier momento de la
rutina es ideal para reforzar hábitos e iniciar al niño vivenciar el sentido
del tiempo y recuerda darle una largo lapso de tiempo ejecutando la misma
acción hasta que el niño logre el habito deseado.
Enseña al niño a vivir el sentido del tiempo
Niños y niñas en edad escolar,
después de los seis años, viven sumergidos en una rutina la cual los lleva a vivenciar el tiempo gracias a lo que hacen en el día a día. Para esta edad los
niños ya están familiarizados con el tiempo conocen la hora para despertarse,
bañarse, alimentarse, ir a la escuela e incluso conocen el nombre de los días,
los meses, los años y está bien pues es un aprendizaje de carácter social o
cultural pero justo dentro de este aprendizaje esta contenida la esencia de
vivir el tiempo a través de la actividad familiar. Vivir el sentido del tiempo
es la propuesta que te invito a propiciar en niños y niñas sobre todo
ahora que inicia un nuevo año. Este es un mes idóneo para enseñar a niños y
niñas a no caer en el hacer las cosas automáticamente, a
reaccionar porque es un deber o sentir lo que hace como una pesada carga para ello te propongo que te
propongas una meta, la meta de sentir tu tiempo mediante tu vida diaria y la de
los niños, es tan simple que basta con poner al alcance de tu vista, entre
tus accesorios, tu recamara e incluso colgar sobre un pendiente un recordatorio, anclaje,
amuleto, calendario, agenda e incluso un pegote que te recuerde la prioridad
del año; “vivir el tiempo” para
enseñarles a los niños a sentir su tiempo. Quizá tu mente te dicte en este
instante que me lees; “eso es imposible
sobre todo en estos tiempos” pero justo ahí empieza la propuesta, si ya tienes
preparado lo que elegiste para sentir “tu
preciado tiempo” ante cada pensamiento bloqueante corre a tocar, sentir o
plasmar tal sentimiento en eso que has elegido, en ello reside la propuesta;
detectar aquel sentimiento que te roba el tiempo, sencillamente es rescatar tu
tiempo, es vivir la vida, es sentirte y no perder el tiempo entre ansiedades o preocupaciones. Y si de pronto surgiera un imprevisto, premura
o ansiedad por algún motivo pues justo en ese momento recuerda el
propósito del año y pasado el evento regístralo en "eso" que hayas elegido, así de simple es
vivir el tiempo sin permitir que te atrape la negatividad, solo es cuestión de descubrirla para que se evapore. Y si lo enseñas de igual manera a tu hijo o hija pues ese calendario
o agenda que has elegido previamente se convertira en un amuleto de la suerte
porque fue un recurso que te ayudo a impregnarte de salud emocional. Basta un propósito de año
nuevo para invitar a la serenidad entrar a tu hogar y si los niños se inician
contigo en esta práctica pues los inicias a conocerse, sentir su estado de ánimo,
registrar sus negatividades. Y si eres constante, para cuando concluya
este dos mil diecisiete te aseguro que
abras enseñado al niño a perseguir metas de vida y crecimiento interior.
miércoles, 14 de diciembre de 2016
Amar a los hijos
Diciembre es una temporada para
profesar amor, es un mes para recordarnos que el amor no solo late en
estos días, el amor es eterno, no tiene día, mes o año es espontáneo, es vida. Diciembre
se me antoja para dar un giro a tan increíbles desbordamientos de afecto, convivencias,
parabienes y reencuentros para adentrarme a las entrañas del amor, para sumergirme
a eso que nos transporta a increíbles círculos de unión. Un mes donde uno sencillamente se siente arropado
por ese calorcito afectivo que se intensifica durante estos días. Todo depende del que tanto
estas familiarizada con el amor, pero no el amor hacia otros, hablo del amor
que te habita, hablo de ti, del que tanto eres amor y no es una cuestión de cursilerías no, es una cuestión de
sensibilidad, del que tanto te amas, respetas y lo prodigas a tus
hijos, independientemente del día, mes o año que vivas. Porque es un hecho que si te amas, no tienes necesidad de buscar como
amar a tus hijos, el hecho se da, así de simple y mágico es el amor: sucede. Y para saberlo ámerita un buceo
a las profundidades de tu Ser porque
solo conociéndote sabrás la verdad, la realidad de lo que te habita.
Desde mi experiencia el amor no
requiere de definición, búsqueda o adquisición sencillamente se manifiesta en
el día a día, en lo que haces, dices o piensas, toda manifestación de vida revela
si el amor te habita. Quien mana amor
es eso; es amor, todo él o ella
es amor y no hablo de ser caritativa o bondadosa no, hablo de que sea cual sea
tu carácter si el amor te habita destilas eso y ello sí que es una divinidad para niños y niñas que tienen la fortuna de vivir,
convivir, desarrollarse y crecer bajo halos de amor envolviéndolos de celestiales energías. Quien tiene la fortuna de vivir y convivir con
tales almas se empapan de la fuerza y el poder que da el amor, se cristaliza en la mirada,
se siente en la cotidianeidad, se respira en el convivir. Amar a los hijos es sencillamente amar desde nuestra esencia y nuestro actuar. La proeza de amar a los hijos esta cimentada bajo la toma
de conciencia de nuestros actos hacia ellos y si uno se arriesga a descubrir si
es realmente amor lo que se está profesando en los niños, uno realmente vive en
comunión con la vida.
Amar a los hijos al educar
El hecho de educar a un niño o una niña es ideal para autodescubrirse. Autodescubrir si educas con amor... y no
confundas "educar con amor" con el
tolerar o tener paciencia. Educar con amor es apelar a la empatía y a la
solidaridad. Si educas desde la comprensión, desde el comprender que un niño o una niña no piensan como tú, que recién está adentrándose a eso que se
llama aprender, que recién está
configurando sus estructuras de pensamiento pues estamos hablando de que actúas
con solidaridad hacia él o ella.
Al educar a tus hijos bajo la perspectiva del amor realizas prácticas
constantes para descubrir cómo eres cuando enseñas. Es la vía ideal para descubrir
si educas atendiendo tus capacidades y respetas las capacidades del niño, es la
vía para crear una simbiosis de entendimiento
entre ambos, es mostrar al niño como es adquirir nuevos conocimientos bajo la
magia del amor. Lo mismo sucede al educar las actitudes y comportamientos del
niño, si comprendes que una emoción infantil semeja un apacible o un
feroz volcán en erupción pues estas educando comportamientos infantiles desde
la empatía actúas fortaleciendo un alma infantil y eso hace sentir bien a
cualquier niño o niña. Pero si educas porque lo mandas tú, con reactividad, porque te sentiste ofendida o atropellas los
sentimientos del niño pues permíteme decirte que eso no es educar mucho menos
amar a eso es incinerar tan bello sentimiento; el amor y no solo en el niño, también en ti. Desde mi punto de
vista amar a los hijos al educarlos es sentirlos, guiarlos en actos tan
simples como el lavarse las manos hasta elaborar complejas ecuaciones bajo la
esencia de la comprensión.
Amar a los hijos al disciplinar
Un padre o madre que concibe
la disciplina como un medio para que el niño logre autorregular su vida de adulto, es una madre que logro disciplinar valiéndose del amor y a eso le llamo
actuar bajo una reverenda sabiduría e inteligencia. Sabiduría porque actuó
atendiendo y comprendiendo las conductas infantiles del niño. Inteligente
porque es una madre consiente de las conductas agresivas, hostiles, rebeldes y
hasta caprichosas de un niño, sabe que son propias de su edad y en la medida de
lo posible no actúa como el niño tratando de imponerse, ganar o ser agresiva
con ellos por el hecho de ser la autoridad en el hogar. Son padres que saben
emplear la templanza para comunicarse con el niño, con sencillez, claridad y
ecuanimidad. Son padres que justo cuando el pequeño entra en algún tipo de
crisis saben mantenerse a la periferia del estallido emocional. Un padre que
disciplina desde esta perspectiva, sin caer en la desestabilidad emocional, es
un padre o una madre que proyecta sabiduría porque sabe mantenerse emocionalmente
sobrio (a). Es una madre que al pasar el estallido emocional espera a que el
niño se recupere para abordarle inteligentemente y darle unas breves palabras,
no para reclamar su mal comportamiento o advertirle de no volver hacerlo no,
eso no es ser inteligente, eso es controlar una pequeña alma, espera para dar
unas palabras de sabiduría al niño, unas palabras que aclaren sus emociones y calmen su efervescencia a eso le llamo disciplinar con amor y comprensión.
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