Para esta edad el niño ya es capaz
de mantener niveles altos de atención. Es decir puede atenderte hasta por media
hora o más pero si te percatas que el niño se dispersa muy rápido, es decir no
es capaz de atenderte ni por 1 minuto pues necesitas cultivar su atención. Así
que deberás esforzarte tremendamente para mantenerlo interesado. Lograrlo requiere
de acciones altamente novedosas aquellas que sepas que van atraer al niño y en
el momento de estimularlo sé altamente estratégica para atraer su atención es
decir, no te conviertas en un adulto que a fuerza quiere que aprenda su hijo, conviértete
en un adulto que recuerda sus tiempos de infancia. Por otro lado si haz
descubierto que sentar al niño a la silla ya es motivo de irritabilidad, se
distrae o no te pone atención pues opta
por otras alternativas. Los niños pierden la atención fácilmente porque los
adultos somos altamente aburridos para enseñar y lo más delicado es que
terminamos etiquetándolos diciendo que tienen atención dispersa, hiperactividad
o se desconcentran rápido, como si ellos fueran los culpables de nuestra forma
de enseñar, así que sé muy cautelosa para atraer la atención de tu hijo. Si pretendes que el niño te atienda al hacer
sus tareas, alguna actividad pedagógica o simplemente quieres estimularlo haz
lo siguiente; inicia a capturar su atención por 3 minutos el primer día que
trabajes con él o ella. Al día siguiente día emplea 5
minutos, después 10 y así sucesivamente hasta lograr 30 minutos de atención. No
pretendas que el niño te atienda de un día para otro media hora o más tiempo
pues solo agudizas el problema. Si eres cuidadosa con lo que elijes para
enseñar, innovadora, creativa y estas alerta de los tiempos para estimular la
atención de tu hijo te aseguro que lograras estimularlo hasta por media hora o
mas todo dependerá de cómo lo intereses.
miércoles, 27 de abril de 2016
Estimula la atención del niño de 4 años
De los cuatro años en adelante si
observas que la atención de tu hijo es tremendamente dispersa significa que no sabe
atender al adulto. Luego entonces el punto de partida para ayudarle será revisar
si te atiende el niño o se la pasan evadiendo la atención “ambos”. Revisadas sus conductas, sea a la par o más tarde puedes
enseñarle al niño atenderte y enseñarle
a aprender.
Iniciemos por atenderte al darle instrucciones
diarias ya que el papel que juegan en la atención del niño son determinantes. Las
instrucciones de la vida diaria son aquellas que demandan al niño reaccionar a las
tareas que le pide mamá o papá como; levanta tus juguetes, lávate las manos,
cepíllate los dientes, etcétera son el punto de partida que enseñan al niño a atender
al adulto, de ahí que si no se están presentando o más delicado aún; se están evadiendo
pues genera en la familia hábitos de confort para no hacerlo y para cuando pidas
al niño que atienda a cuestiones más complejas como la escuela o las tareas
pues simplemente te evadirá porque ya aprendió como hacerlo. De ahí que enseñar
a tu pequeñito a atender instrucciones de la vida cotidiana es vital y si el
niño no te obedece pues por ahí empieza tu trabajo. El cómo hacerlo no tiene
metodología alguna, lograrlo solo depende de tus capacidades para enseñar a tu
hijo a obedecer, obvio que sin violencia alguna, porque si empleas la violencia
lo que buscabas, “la atención”, se
convierte en sometimiento. Ahora bien si eres realmente disciplinada para que
tu hijo te atienda en cuanto instrucciones de la vida cotidiana estarás en el camino para enseñarle a atender para aprender. El cómo hacerlo te requerirá de altos
niveles de creatividad, innovación y sobre todo enseñarle al niño de manera
diferente. Para ello deberás iniciar tiempos muy cortos, eliminando aquello que
aburre al niño, es decir si sabes que al sentarlo a la mesa pone su cara de negación
pues no des pauta a ello y busca otra alternativa o si el niño desde que le
dices vamos a jugar te dice que no
quiere trabajar contigo, pues es muy normal porque ya te conoce, más de lo que
te conoces a ti, así que ahora el reto es volver a ganar su confianza para que
te atienda. Para esta edad si el niño no
atiende y está en constante movimiento significa que su nivel de hiperactividad
se ha incrementado y continuara de no tomar acciones inmediatas. Si te propones
realizar una actividad diaria para su atención iniciando con tiempos muy
cortitos, lograras que el niño te preste atención por lo menos 1 minuto con
ello abras dado el primer paso. Esa es la estrategia para volver a interesar al
niño, sobre todo a tenerte confianza y recuerda que deberás ser muy novedosa si
quieres volver a interesar al niño de lo contrario si inicias sin estar
preparada y solo lo haces por compromiso, te lo exigen en la escuela o porque
ya no sabes qué hacer con el niño pues solo agudizas la situación, se duplicara
la desconfianza del niño hacia ti y el nivel de hiperactividad se incrementara.
Una última recomendación es no enojarte cuando le pidas a tu hijo que te atienda,
porque quien quiere “atender” a la
irritabilidad o a la agresividad.
Si para esta edad no prestas “atención” al niño para mantenerlo
interesado para cuando tenga 7 o 10 años
su atención será tremendamente volátil y más difícil de capturar.
miércoles, 20 de abril de 2016
Como abordar los desastres naturales con los niños
Ante los desastres naturales la
naturalidad en nosotros es la mejor explicación para dar a nuestros hijos del
porque suceden.
Un desastre natural es impredecible
y sobra tratar de dar explicación alguna del porque suceden. Compete a la
ciencia indagar el origen y compete a nosotros como padres generar en nuestros
hijos serenidad y aplomo ante aquello que escapa de nuestras manos explicar. Estamos indefensos ante los desastres
naturales, la naturaleza nos muestra su poder y ante ello uno solo cuenta con la vida.
Bajo
este breve preámbulo me propongo compartir contigo como incidir en nuestros hijos para enseñarles a recibir este
tipo de desastres naturales de tal manera que las crisis emocionales no los hagan
presa de las psicosis que se llegan a presentar.
Saber cómo actuar frente a
desastres naturales es la mejor forma de enseñar a niños y niñas a actuar y
proteger su integridad para ello te enlisto una serie de recomendaciones:
- La prioridad es salvaguardar tu integridad física y la de los tuyos, es lo más natural si te encuentras en el centro de un desastre natural.
- Un niño al mirarte reaccionar para protegerte y protegerlos aprenden a reaccionar para salvaguardar su integridad.
- Toda reacción rápida, clara y con templanza te da ventaja para actuar sin titubeos.
- El resguardo tanto tuyo como el de tu familia es la prioridad hasta que el evento pase.
- En el momento de resguardarte “la calma” es la única protección para reaccionar con lucidez de ser necesario.
- Cuando los niños viven la calma sin palabra alguna, justo cuando el evento se está viviendo descubren por si solos que están frente algo inexplicable… no hay palabras.
- Pasado el evento viene el trabajo emocional más importante y decisivo para contribuir con tu familia así que:
- Ni antes, ni después de cualquier desastre natural entres en crisis, pues una crisis solo te dejara a la deriva en medio del desastre, pues tú también estas siendo un desastre emocional así que tienes mayores posibilidades de que te pase algo, corres más riesgos de perder la vida.
- Cuando los niños enfrentan los desastres naturales con unos padres en total calma, son niños que en cuestión de instantes descubren el poder de la calma y la confianza.
- Ante un desastre natural el miedo surge de inmediato y el reto es vencerlo y no porque seas superpoderosa no, porque la vida te está dando una oportunidad para sentir todo tu Ser. Estas a la deriva en el centro de un desastre natural, sea cual sea.
- El miedo cuando es recibido con temple y serenidad se desvanece y puedes actuar con mayor velocidad para protegerte y proteger a los tuyos.
- Cuando los niños son cobijados por la cordura y la templanza, difícilmente caen en la paranoia del miedo que experimentan los adultos.
- Si lo niños te miran gritar de desesperación, ansiedad o llanto les estarás enseñando a recibir el miedo y a paralizarse contigo.
- Pasado el evento te percataras que lo material se derrumba y si tuviste pérdidas materiales no te pongas a lamentarlo, mejor levanta tu espíritu que aún sigue con vida.
- Cuando los niños viven al lado de mamá o papá una perdida material y son participes de levantar su espíritu con ellos para recuperarse antes que llorar las pérdidas materiales, son niños que abran recibido el regalo más valioso de la vida; su valía
- Posterior al evento contrario a entrar en crisis por el -que vas hacer- mejor entra en conciliación con tu propio Ser, porque la vida continua y haz tenido la suerte de continuar con vida.
- Cuando los niños miran que mamá o papá se recuperan de inmediato de un desastre natural no entran en averiguaciones, lamentaciones o prejuicios se entregan de lleno a vivir en familia.
miércoles, 13 de abril de 2016
Estimula psicomotricidad
Con hojas de papel periódico puedes estimular la
psicomotricidad del niño de tres años en adelante solo haz lo siguiente…
Extiendan sus hojas de papel y hagan una bola de papel como si fuera una
pelota. Ahora manipúlenla libremente de una mano a otra, cuando se
hayan familiarizado con el movimiento traten de mantenerla en el aire
golpeándola con las palmas de las manos.
Tomen la pelota con las manos hacia abajo,
primeros con todos los dedos, después solo con pulgar e índice, después con tres dedos, con cuatro dedos, con todos los dedos, repite nuevamente.
Tomen la pelota con la mano derecha para lanzarla al aire y
cacharla a diferentes alturas, por arriba de la cabeza, la frente, la nariz, el
pecho.
Lancen la pelota de papel alternadamente sobre la palma de
la mano, sentarse y pararse sin interrumpir el movimiento de las manos.
Aprieten la pelota de papel entre sus manos fuerte y
suavemente, hagan lo mismo con los ojos cerrados manipulando la pelota de
diferentes formas.
Finalmente desdoblen la hoja de periódico colóquenla entre
sus manos y caminen con ella, después corran sin tirar la hoja de periodico
miércoles, 6 de abril de 2016
Enseña el número al niño_ primera parte
Desde muy pequeños, los niños pueden distinguir dónde hay más o donde hay menos, se dan cuenta de que "agregar hace más" y "quitar hace menos", pueden distinguir entre objetos grandes y pequeños. Sus juicios parecen ser genuinamente cuantitativos y los expresan de diversas maneras en situaciones de su vida cotidiana, pues bien así es como tu pequeño se inicia a establecer el concepto numérico. Bajo este breve preámbulo te daré los requisitos del concepto numérico, es decir que requiere un pensamiento infantil para aprenderse los números.
Clasificacion Primer requisito para aprender los números. "Donde hay más” “donde hay menos” coloquialmente es la pregunta que se hace al niño pero también es el punto de partida del pensamiento numérico; la clasificación. Misma que se estimula casi desde que el niño cumple su primer año, lo cual no quiere decir que se deja de estimular a medida que crece por el contrario la clasificación se torna mas compleja a medida que el niño va desarrollando su pensamiento.
El solo hecho de clasificar ya es hablar de número veamos porque...
Todo lo que tu imaginación conciba para clasificar sera un excelente acto para acercar a tu hijo al número. Sean frutas, verduras, comestibles, botones, absolutamente toda intención para clasificar cuenta para preparar al niño a contar.
Que no te limite con que vas a enseñar a clasificar a tu hijo, la cotidianeidad siempre te da alternativas para clasificar.
Seriación Seriar es ordenar, es colocar de mayor a menor o viceversa; de menor a mayor. Y tal vez te preguntaras y esto que tiene que ver con el número, a lo que respondo; es fundamental pues los tamaños, el mayor que o menor que irremediablemente llevan al número. Por ejemplo; -dime si podrías tener la totalidad de quienes habitan en tu colonia- es complejo dar un dato así de improviso, requieres de mas datos, de mas esquemas. Pues bien la seriación es otro principio que demanda el concepto numérico el solo hecho de llevar al niño a ordenar, descubrir cual es mayor o cual es como llevarlo a concebir el todo.
Puedes encontrar infinidad de recursos para seriar sea dentro o fuera de tu hogar lo importante es descubrir lo que tienes al alcance para estimular a tu hijo de acuerdo a como lo muestro en las imágenes.
Correspondencia término a término Hacer corresponder el objeto y el número es otro principio fundamental para enseñar el número. Y quizá uno de los mas olvidados en materia de aprendizaje y los mas empleados en la vida cotidiana del niño. Tan solo remitete aquella mañana cuando le pediste al niño que pusiera los platos en la mesa para comer y el niño coloco platos de mas o de menos y contrario a detenerte analizar porque se equivoco, lo reprendiste por su falta de atención. Así es como caemos en las barbaridades mentales, equivocamos una cosa con otra. No te percataste que el niño aun no posee este principio numérico; hacer corresponder cantidades. Su relevancia es tan importante como el resto de los principios así que veamos como estimularlo en lugar de lamentarse...
Toda excusa para hacer corresponder objetos y números son experiencias invaluables para el cerebro de tu hijo como las que te muestro en estas imágenes.
Un principio que demanda alta concentración en el niño, de ahí que cuando lo pongas hacer correspondencias evita apresurarlo, distraerlo o exigirle... tu hijo esta llevando a cabo un proceso mental que le demanda alta concentración.
Orden estable Contar requiere repetir los nombres de los números en el mismo orden cada vez, es decir, el orden de la serie numérica siempre es el mismo: 1,2,3...
Dicho principio es tan simple que solo se trata de contar, si de contar todo lo que le puedas acercar al niño. Teniendo estos tres principios para enseñar el número ahora solo suma esta otra acción y observaras como el niño va comprendiendo el concepto de número.
Toda iniciativa que tengas para que tu hijo o hija cuente sera formidable.
Son siete los pasos para llevar al niño a comprender la noción de numero, te he dado los cuatro primeros y el resto los encuentras en la segunda entrada publicada en este blog.
Enseña el número el niño_segunda parte
En sus juegos o en otras actividades los niños separan objetos, reparten dulces, juguetes, responden a preguntas numéricas, cuentan y cuando realizan estos actos, aun sin ser conscientes de ello empiezan a poner en juego los principios del conteo. Sin percatarse el niño lo hace una y otra vez y así es como se establece la adquisición del número. Así que será valioso asegurarte que tu hijo está adquiriendo esta habilidad mental pues evitaras muchos conflictos cognitivos a medida que crezca. En esta segunda parte del aprendizaje del número te dejo la continuidad de la comprensión del número. En la primera parte aborde; clasificación, seriación, correspondencia uno a uno y orden estable y ahora abordare;
Cardinalidad Comprender que el último número nombrado es el que indica cuántos objetos tiene una colección. Es decir al hacer una conexión entre lo que cuenta y dice el niño se da la comprensión y esto solo sucede mediante experiencias es decir...
Se trata de llevar al niño a tener tantas experiencias como sea posible mediante el conteo, sea que te sientes con el a contar hojas, recipientes, flores, armen colecciones, etcétera, todo absolutamente todo lo que pongas al alcance del niño para contar serán experiencias valiosas. Llegará el momento de descubrir por él o ella que al contar el ultimo número es el que hace referencia a la totalidad, sera como el eureka! de este principio. Y obvio que no se lo vas a decir, ni es un secreto no, sencillamente es llevarlos a comprender el principio de totalidad.
Si tan solo lleváramos a niños y niñas a comprender el número desde diferentes contextos su comprensión no se bloquería. Es como aprovechar cada instante de su vida para vivir los principios matemáticos, como cuando preparan bolsas de dulces para su fiesta, el solo hecho de decirle la cantidad que deberá llevar cada bolsa ya es llevarlo a comprender la totalidad. Toda cotidianidad como el contar botones es salirse de encuadres tradicionales para comprender el concepto de número. Si te decides a encender la chispa de tu iniciativa para ayudar a tu hijo o hija te puedes sorprender su maravilloso cerebro.
Abstracción El número en una serie es independiente de cualquiera de las cualidades de los objetos que se están contando. Es decir cuentes lo que cuentes el símbolo es independiente de lo que cuentes, el uno siempre sera uno, el dos siempre sera dos, etc.
Sea que le prepares al niño material reciclado para contar o le elabores material que para representar el número, al final las experiencias lo llevaran a la abstracción. Es decir a hacer una correlación entre la cantidad que mira, toca, elije, selecciona y el símbolo, es decir el número. Así que toda intención por acercar materiales de distinto tipo a tu hijo o hija sera una excelente oportunidad para llevarlo a abstraer de lo tangible lo intangible.
Sea que compres material didáctico para contar o sea que se lo elabores lo fundamental es llevar a tu hijo o hija a la abstracción, es decir a asociar lo que cuenta con el símbolo. Al final de cuentas lo realmente valioso son las experiencias que acerques al niño para contar.
Irrelevancia El orden en el que cuente tu hijo es irrelevante, es decir si inicia de derecha a izquierda o de izquierda a derecha, no afecta la totalidad sobre todo cuando se inicia el niño a concebir el concepto de número.
Cuente lo que cuente el niño, el orden por donde empiece no importa tanto como la abstracción y comprensión de lo que cuenta. Así que solo permite que tu hijo se entregue de lleno a toda experiencia que le acerques y descubrirás su capacidad cerebral.
La próxima vez que vayas a enseñar el concepto de número a un niño o una niña antes detente a reflexionar como quieres que aprenda; a verbalizar contando, uno, dos, tres, cuatro de corrido y sin equivocarse es decir verbalizando, memorizando o realmente quieres que el pequeño se inicie a comprender el número. De ser así basta con seguir los siete pasos que te he dado de principio a fin y entonces te aseguro que abras contribuido con un cerebro que estará listo para recibir las matemáticas de toda índole.
miércoles, 30 de marzo de 2016
Experiencias infantiles
El niño vive de experiencias, cotidianamente
experimenta vivencias de todo tipo por mínimas que sean, son experiencias que se traducen en recuerdos
que se quedara grabados en mente y corazón del niño a medida que se va
desarrollando, sea para bien o sea para mal.
Las experiencias de todo niño a lo largo de su
desarrollo se convierten en los andamiajes de su vida. Tan solo echa un vistazo
a tu infancia y ahí tendrás contenidos tus recuerdos, tus experiencias de niño o niña son tus recuerdos más memorables o más desagradables, depende
en gran medida del tipo de infancia que viviste. Pues lo mismo esta sucediendo
con tu hijo o hija; ellos están teniendo experiencias de todo tipo tanto mentales
como emocionales en su vida diaria y son más determinantes las experiencias
emocionales pues serán quienes cimenten la confianza o la desconfianza, la seguridad o la inseguridad, el miedo o la ansiedad, la alegría o la tristeza dependerá en gran
medida del tipo de experiencias que viva tu hijo. Aun a sabiendas de que las emociones son determinantes en nuestras
vidas casi puedo afirmar que les prestamos poca importancia pues damos por hecho
que las emociones no precisan de cultivarse así que nos volcamos en cultivar
las experiencias mentales. Sea cual sea la concepción que tengas de las
experiencias emocionales lo real es que son reales y es tal su impacto que; afirmo que son el pilar de nuestras vidas, la razón de SER de nuestra
existencia. Es importante cultivar las experiencias mentales para fortalecer la
inteligencia del niño, concuerdo con ello, pero es más valioso vigilar, cultivar
y atesorar las experiencias emocionales del niño. Desafortunadamente iniciamos a
cultivar las experiencias mentales aun cuando el costo emocional sea alto. Y
digo; “el costo emocional” porque... si por alguna razón el niño no aprende o se
queda bloqueado su corazón se paraliza, se revela o simplemente no responde.
Sí las
experiencias emocionales son una prioridad pues que mejor que contribuir
contigo dándote algunas ideas de cómo y en qué momento cultivar
experiencias fortificantes en tu hijo o hija.
La comida. El momento de los alimentos es sagrado,
pues es el cuerpo alimentándose, pero también es real que durante estos instantes
se corre el riesgo de generar experiencias
negativas para el niño y de ti depende
estar alerta para no permitir que lleguen a tu mesa o que lesionen el corazón
de la familia.
Responsabilidades hogareñas. Es real que a los niños
se les enseña el sentido del orden y la disciplina pero también es real que al
crear hábitos, más que hábitos se convierten en experiencias tortuosas para
niños y adultos. Toda experiencia para hacer una tarea en el hogar dependerá en
gran medida de tu estado emocional, dependerá del cómo los instruyas, guíes y
enseñes a los niños para no permitir que
se creen hábitos empapados de ira o violencia.
Las tareas escolares. Las tareas escolares albergan
infinidad de experiencias de todo tipo en el niño. Sea en la escuela, en casa o
cualquier lugar donde se viva el aprendizaje. Una tarea escolar es capaz de
generar confianza en el niño y seguridad
o bien de iniciarlo por el camino de la ansiedad e inseguridad o el
bloqueo emocional. Así que muy alerta para intuir y atender las emociones de tu
hijo antes de volcarte en que aprenda a un alto costo emocional.
La convivencia. La convivencia cotidiana entre
familia genera infinidad de experiencias infantiles, sobre todo cuando hay más
de un hijo o hija. La relación familiar es tan poderosa que es capaz de dejar gratos
sabores en el alma pero también es capaz de dejar profundos resentimientos
entre familia. Experiencias que se albergan de por vida de ahí que proponte
generar experiencias enriquecedoras, nutridoras y ponte alerta para erradicar
aquellas que deterioran o devalúan la relación familiar. Asegura que tu hogar se
empape de paz, alegría y la felicidad en quienes lo habitan con el solo hecho
de erradicar la hostilidad, la violencia, la ira, la inequidad o las mentiras
que dañan a la familia.
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