La socialización se inicia a temprana edad mediante la imitación de gestos, sonidos o movimientos
que papa o mama enseñan al niño cómo decir adiós, mandar besitos, aplaudir, etc. acciones
que inician a un niño a socializar. Una vez que surge el lenguaje entre el año y dos años el niño realiza sus primeros intercambios de palabras dando pie a las primeras relaciones. A esta
edad las relaciones se encuentran limitadas pues aun no existe un intercambio de palabras o
sucesos. El niño inicia a percatarse de sus iguales, pero aun no es capaz de compartir
sus juguetes, mucho menos de involucrarse en un juego grupal. Situación muy
natural debido a su egocentrismo, pues piensa que su mundo gira alrededor de él,
es decir es el centro del todo. Es a partir de los tres años cuando
la palabra ya se encuentra más estructurada, el niño es capaz de compartir
su vida interior pues ha descubierto como comunicarse. Pero cuales son los
beneficios de socializar en un niño? Sucede de todo; un cambio interior, que lo lleva a la reflexión, comprensión
de lo que sucede en el intercambio de
palabras a medida que se relaciona, descubre que es capaz de interiorizar la
palabra, desarrollar un amplio bagaje de comunicación, descubre a sus
iguales, nuevas formas de relacionarse lo cual le causa placer. Además las
relaciones que establece fomentan en él seguridad y
confianza pues se sabe aceptado. Pero la habilidad para relacionarse en un
niño no surge de la noche a la mañana, es una situación que va surgiendo en el
hogar a través de los padres quienes son el referente de toda socialización. Un niño
que a temprana edad tiene suficientes contactos con niños de su edad, similar u
otros adultos desarrollara mayores habilidades para relacionarse, contrario a un niño que ha permanecido
en casa con un mínimo de contactos en su exterior. Para estos pequeñitos les
resulta tremendamente difícil relacionarse pues su entorno les ha limitado esta capacidad y cuando se trata de establecer contactos con otros
niños les genera ansiedad o rechazo, conductas que limitan su socialización. Es
real que un niño o una niña tendrá que involucrarse en una vida escolar, social
o cultural y será entonces cuando se agudice su adaptación a ellas a falta de socialización,
todo dependerá del carácter del niño y del como los padres contribuyen con él o
ella para llevarlo a socializar con su entorno. Los beneficios de socializar
para un niño le dejan infinidad de experiencias tanto afectivas como cognitivas.
Después de los tres años surgirán los monólogos, como parte de las relaciones, es decir el niño habla para sí mismo, favoreciendo ampliamente su pensamiento pues esta introyectando imágenes, hechos o acciones, además
su lenguaje se desarrolla a mayor velocidad y amplia considerablemente su
vocabulario. Más tarde entre los cuatro y seis años cuando el niño ya es capaz
de jugar con otros, inicia un intercambio de pensamientos. Cuando miras que tu
pequeño está hablándose para sí mismo y a la vez esta interaccionando con
otros, te habla de un pensamiento que está deleitándose con su propio juego y
el juego de los demás. Al socializar, un niño aprende el arte convivir con otros, situación que durara por resto de su vida.
miércoles, 4 de febrero de 2015
miércoles, 28 de enero de 2015
Problemas de conducta
Los problemas de conducta de un niño en la escuela, tienden a ser resueltos
si se les aborda desde casa o bien desde la escuela. Desde casa... si el niño
convive con normas claras, precisas y es respetado por el adulto difícilmente presentara
problemas de conducta en la escuela, compete a la familia desarrollarlas desde el hogar. Ante cada grito,
exigencias o irreverencias adulta hacia el pequeño Ser del niño, solo tendrás como respuesta rebeldía u hostilidad infantil. Desde la escuela… todo problema de
conducta dentro del aula es resuelto evitando en primera instancia etiquetamientos hacia el niño. Un niño sabe perfectamente cuando es etiquetado como problema, o
no lo quieren dentro del salón y su única forma para ser aceptado es generando
problemas mayores pues es su única forma de relacionarse. Si el adulto le dice al niño que se porte bien, es como
decirle que se porte mal. Encontraras una mejor reacción si omites todo
comentario negativo hacia al niño frente al resto del grupo y le ofreces tu sintonía o solidaridad. Cada que un adulto sintoniza con un niño que enfrenta problemas
de conducta obtiene una reacción inmediata del niño, pues invita al niño a confiar en alguien,
entonces sucede el cambio, porque el niño
se deja guiar. Pero jamás se te ocurra fracturar esa pequeña puerta de confianza
que abriste, si no es verdadera tu solidaridad hacia él sera captada de inmediato y retornara a la rebeldía, agudizándose aún mas el problema y lo único que abras conseguido es que el niño no crea en el adulto.
Problemas de lenguaje
Los principales problemas de lenguaje en un niño tienden agudizarse cuando
mama o papa le dicen a un niño que hable bien, le exigen que pida las cosas por su
nombre o hacen comparaciones respecto a su lenguaje con otros niños de su misma
edad, o bien le dicen que reaccione rápido. Toda conducta adulta que limite un lenguaje natural en el niño traerá como consecuencia graves problemas en su lenguaje. Cuando te propones dejar que el lenguaje de tu hijo fluya estimulándolo adecuadamente, de manera natural surge el parloteo infantil.
Estimula el pensamiento del niño
Si de estimular el pensamiento infantil se trata es vital que lo inicies
sin memorizar, inicialó a explorar, indagar, analizar, establecer relaciones, en
concreto a ser espontaneo. Si te propones dar al niño un estimulo diario que
lo invite a pensar como; cuantos monedas te di, sal al jardín a traerme 15
hojas pequeñitas y grandes, ordena tus zapatos por colores, enrolla los
calcetines por pares, sirve agua a la mascota, etc. En breve tiempo te percataras como de manera natural activas el cerebro del niño. La rutina hogareña te presenta infinidad de oportunidades para enseñar a tu peque a pensar, mas no a memorizar, ahí esta oculta la clave para el éxito de un pensamiento
extraordinario.
miércoles, 21 de enero de 2015
El rostro original del niño
El rostro original
del niño es tan valioso que cualquier problema vale la pena. Es tan valioso
que, pagues lo que pagues, sigue siendo barato; no te está costando nada. Y qué
alegría el día que te encuentras a tu hijo con su rostro original intacto, con
la misma belleza que trajo al mundo, la misma inocencia, la misma claridad, la
misma alegría, jovialidad, la misma vitalidad... ¿Qué más puedes pedir?
La ira en los niños
Si el niño te pega, te grita o te lanza objetos, es un niño que ha
descubierto que la valía de mama o papa puede ser vulnerada, así que es hora
de ir por ella, es momento de; rescatarla. Hablo de rescatarte frente a tu hijo o hija. Es la proeza más dignificante que un padre o una madre llega a
realizar y que todo ser humano merece. Vigilar tu autoestima frente a los hijos
no significa desprender ira hacia ellos, mucho menos permitir que la ira que ellos
detonan te toque. Permíteme decirte que rescatarte de la violencia que los niños generan no significa lesionarlos no, de eso no se trata. Se trata
exclusivamente de tu propio rescate, sin emplear la violencia hacia ninguna de
las partes, hacia los hijos o hacia ti.
El cómo hacerlo será una enorme hazaña que solo a ti te compete. Estoy convencida que cuando generamos
conductas que fortalecen la relación con los hijos o hijas uno se siente muy a
gusto y si la ira estalla de pronto, ellos saben qué hacer con su propia ira, pero
no la canalizan hacia los padres. Si tus hijos te observan cómo te respetas y los respetas, ellos sabrán perfectamente que hacer con su ira. Así que salvarte de la
violencia que generan hijos solo te compete a ti, mirarte como la
victima solo agravara la situación; por un lado crea en los chicos
sentimientos de culpabilidad o bien corres el riesgo de que su ira se
intensifique, ambas son conductas que los lleva a sentir minusvalía. Salvarte por
ti misma es la solución y el cómo hacerlo te exigirá de valía y valentía.
Valía para descubrir que te perteneces y requieres ir por ella para mostrar a
los hijos como se hace para respetarte. Valentía para enfrentar la situación
con entereza, sin darle rodeos a la situación o encubrir la violencia, mucho menos quedarte en la inercia. Como también puede llegar a suceder que uno disculpa a los hijos porque son pequeños o
porque no saben lo que hacen. Requerirás de una potente valentía para
tomar tu corazón fuertemente y
rescatarlo de la violencia y el cómo hacerlo solo tú lo sabrás. Cuando lo logras, comulgas con el respeto y el amor hacia ti y hacia tus hijos.
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