miércoles, 12 de noviembre de 2014

Gritar a los hijos

Gritar a los hijos es resultado de  la frustración, la ansiedad o una forma de relacionarse con ellos. Cuando eras niño o niña  si escuchabas a mama o papa gritar pues aprendías a gritar o simplemente era el ambiente que vivías. Aun cuando el origen de los gritos sea diverso o se aborden desde diferentes perspectivas lo real es que cuando un padre o una madre se relaciona con sus hijos a gritos está generando desestabilidad tanto en su comunicación, como en el estado emocional de los niños. Al final los gritos son el resultado de una comunicación deteriorada, de la ira o simplemente porque piensas que así educas mejor a tus hijos, pero ambas situaciones solo generan desajustes emocionales en el niño como:
Desprecio o minusvalía. Un niño que crece a la sombra de los gritos termina siendo un adulto con grandes dificultades para relacionarse pues se sentirá despreciado, falto de valía o confianza. 
Agresividad. Un niño que convive con los gritos aprenderá autodefenderse replicando el mismo patrón y a futuro observaras a un adulto irritable o agresivo.
Conductas inapropiadas. Los gritos terminan despertando en el  pequeño conductas inapropiadas como manipular a los padres, mal carácter, pega a otros, se relaciona empleando la fuerza, autoritario o prepotente.
Desobediencia. Los gritos solo abren el dique de la desobediencia, la mentira o el chantaje
Inseguridad. Los gritos dejan a un niño temblando de inseguridad, su piel denota temor, titubeos  o miedo .
Autoestima baja. Un niño que recibe gritos, es un niño con autoestima baja.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Entereza

La virtud que fortalece corazones para guiar sabiamente a  un hijo sin lesionarlo se llama ENTEREZA.

Sé proactivo con tu hijo

Redireccionar los “NO” proactivamente en un niño o una niña es el mayor desafio que enfrentan los padres.

Rompe el circulo de los "NO" de un niño

Cuando el niño no quiere comer, no quiere dormir, no quiere subirse al coche, no quiere levantar sus juguetes, no quiere, no quiere  ambos quedan atrapados en un círculo enfermizo de  “no quiere”, tu pides algo y él no quiere. ¿Porque se crea tan nocivo circulo? porque no te has dado cuenta que estas atrapada con el niño en conductas viscerales que los encierran en un círculo nocivo. Ambos se conocen y saben cómo se comportan, pides algo al niño y sabes que te dirá no, te evadirá o te ignorara y viceversa, el niño te conoce a tal grado que va desarrollando nuevas formas para evadirte. Para salirse de tan nocivo círculo lo único que funciona es salirte de él, es romperlo. Salir del círculo que enferma a ambos requiere de intangibles que solo el adulto puede comprometerse con ellos; entereza, perseverancia y toma de conciencia. Factores que definitivamente no se los puedes pedir a un  niño. Retos que te competen solo a ti si deseas erradicar tan negativas conductas que desgastan a ambos.
Entereza para no ceder en el momento de dar indicaciones o pedir tareas al niño. Sumado a ello deberás desplegar múltiples estrategias para lograr la respuesta sin claudicar y por supuesto sin invitar a la violencia para que reaccione el niño.
Perseverancia para romper el círculo enfermizo. La clave del éxito reside en ser perseverante, si lo haces un día y al día siguiente la voluntad flaquea y la entereza brillo por su ausencia, entonces no funciona. Perseverar va a doler, te va a desgastar pero solo entonces estarás haciendo algo real por romper círculos enfermizos.
Toma de conciencia. Tomar conciencia de que algo no funciona en la relación con el niño es como la luz que te guiara para saber qué haces bien y que estás haciendo mal al guiar la conducta del niño. Tu conciencia te dirá la verdad del porque el niño reacciona con sus clásicos no. Es la sabiduría que te dirá como guiar a un hijo o hija.

Te he compartido tres intangibles para romper círculos enfermizos, de nosotros los padres depende formar hijos emocionalmente saludables.

martes, 28 de octubre de 2014

Como comen los niños

Algunos niños comen como elefantes, pero otros comen como pajaritos, incluso puede que un niño de un año coma la cantidad de un bebe de nueve meses así que no midas o compares como come tu hijo respecto a otros niños. 

Incongruencias de los padres

Una de las incongruencias mas acentuadas que cometemos como padres se presentan a la hora de la comida, pues sin desearlo enseñamos al niño a ser falso, mentir o ser iracundo, te diré como surge. Cuando le dices a tu hijo que lo amas, despliegas hacia él  o ella dulzura, ternura, cariñitos, etc. y llegado el momento de comer te transformas en una madre o un padre exigente, iracundo o agresivo para obligarlo  a comer, creamos de inmediato una fractura en la relación, una desestabilidad emocional pues el niño no sabrá porque te enojas, si él no quiere comer, no sabe como reaccionar ante tu ira por lo que genera conductas para defenderse de ti, decirte que si, pero no comerá, tratar de agradarte, etc. en pocas palabras le estas creando una doble personalidad, lo estas confundiendo emocionalmente y tu deseo porque tu hijo se alimente quedara obsoleto. Alimentarse bajo tempestades emocionales, no es alimentarse, es fracturar un sano desarrollo emocional en el niño.

!Mastica bien la comida!

Comer es una situación que demanda al niño desarrollar múltiples aprendizajes y habilidades desde el momento de nacer. Al principio alimentarse para el niño solo es cuestión de succionar la leche de mama o la mamila, pero llegado el momento de comer alimentos sólidos nuevas habilidades deberá desarrollar y una de ellas será el “masticar”. Antes del año se iniciara a descubrir cómo se mastica, ¿que es masticar? Y masticar para un niño es todo un aprendizaje que le demandara tiempo, comprensión y habilidad para mover adecuadamente los órganos de la boca hasta dejar los alimentos correctamente triturados para tragarlos como se lo pide mama. ¿Observas? como el  acto de masticar a un pequeño le  demanda adquirir habilidades y aprendizajes. La sola palabra masticar ya le implica nuevos aprendizajes pues deberá comprenderla y responder a ella. Cuando le dices al niño; ¡mastica bien la comida!, le hablas en un idioma que no entiende, no te entiende, sin embargo la naturaleza humana es tan maravillosa que el pequeñito por pura imitación te empieza mirar como llevas la comida a la boca, mueves lo labios y el maxilar, así es como el bebe intuye que estas moliendo con los dientes percatándose de lo que le pides. Enseñar al niño a masticar la comida requiere de patrones de imitación, si no le muestras como hacerlo no  le pidas que mastique bien pues no sabe cómo hacerlo, mejor enséñale como se hace. La mejor manera de enseñarle al niño a masticar la comida es llevarte a la boca un bocado, dejar que te mire como abres la boca, introduces el bocado, inicias a masticar e ingieres el bocado pasado un tiempo. Cuando hayas realizado varias veces este acto de masticar con tu pequeño  y el sepa como hacerlo ahora si pídele que ¡mastique bien la comida!.