martes, 8 de octubre de 2013

Nacer a la vida


Boca abajo

Coloca al pequeñito sobre una colchoneta sobre el suelo, de preferencia boca abajo. Ahora coloca un juguete frente a él, cercano de preferencia para que intente tomarlo. Este simple acto estimulara en el bebe; movilidad del cuerpo, esfuerzos para estirarse y prensión para tomar un objeto. Continúa de la misma manera, solo que ahora coloca más objetos al alcance de su vista, tu bebe volverá estimular todo su cuerpecito con este simple acto.

Oido y vista

La vista y el oído son dos sentidos vitales para ser estimulados al nacer el bebe, como el resto de ellos, y al estimularlos contribuyes  a expandir su pensamiento a temprana edad. Basta poner música suave y relajante cuando el bebe se encuentra en vigilia para escuchar una estimulante melodía (Mozart, Vivaldi) procura no excederte, más allá de quince minutos, pues el niño tendera irritarse si no escucha o mira movimiento cerca de él. Concluida la estimulación del oído ahora pasa a estimular la vista con tu presencia. Para ello solo requieres hablarle frente a frente con voz alta, suave o rítmica, colócate detrás de él y vuelve a hablarle, finalmente colócate a un lado de él y háblale nuevamente. Con tu presencia en diferentes posiciones y tonos de lenguaje estimulas los sentidos del niño. 

lunes, 7 de octubre de 2013

Recuerda cambiarlo: de uno a otro hombro


Padres e hijos confrontados, son normales

Es normal que tu hijo se rebele contra ti. Es normal que a veces no coincida contigo; es normal que no te compren­da, que no lo comprendas. Es normal porque ustedes son diferentes, seres diferentes y de diferentes edades, y com­prender al otro es, a veces, una tarea imposible...
Y además porque tú, de una u otra manera, aunque declares lo contrario, le estás imponiendo tu vida, tu edu­cación, tus maneras, tus límites.
Eso es normal. No puede ser de otra manera. Nace en tu casa, crece en tu casa, en tu sociedad, y le transmites lo que tienes, tu lenguaje, tu moral, tus modales. ¿Qué otra cosa podrías transmitirle?
Al comienzo esa transmisión no puede ser de otra manera, sin democracia, sin parlamento: la niña tiene un año, dos años, tres años, y no está en condiciones de discutir normas y reglas. Corre todo por tu cuenta. Y luego cuando crezca será libre para re-visar las normas que recibió de sus padres, para criticarlas, reemplazarlas o modificarlas.
En todo caso la confrontación requiere un punto de vista, y un punto de vista ha de ser elaborado, pensado.
Por eso es buena la confrontación: ayuda a pensar. Y pensar ayuda a vivir.
La gente dice:                                                           
—¿Viste qué rebeldes que son los jóvenes hoy?               
Yo les respondo:
—¿Rebeldes? Para ser rebelde hay que oponerse a algo, a alguien, a una idea, a un límite, a una norma, a una pau­ta. Los padres permisivos no crían hijos rebeldes, sino que producen hijos que directamente ignoran a sus padres y hacen lo que otros les dictan, otros mucho más autorita­rios: la sociedad, la televisión, la propaganda, la moda, los otros chicos.
Si mi hijo se opone a mí por ideas, por adherirse a otra corriente de pensamiento, por haber llegado a otros con­ceptos por los que se hace responsable, me pone triste por la no coincidencia, pero me pone alegre, feliz, muy feliz, porque PIENSA.

Hay que invertarlo todo

Hay que inventar la muñeca. Como inventábamos la famosa pelota de trapo. Y más inventábamos: se pelaba una naranja en cuatro cuartos, y con un cuarto de cáscara se la enrollaba y se jugaba a la pelota que, claro está, iba del pie de uno a la mano del otro.
Eso se llama jugar. Lo demás se llama usar juguetes y termina siendo aburrido.
Por eso gritan tanto los chicos:
—Estoy aburrido, mamá, estoy aburrido...
¿Cómo puede estar aburrido un niño? Es el único que no puede aburrirse. Porque su mundo interior es tan rico, tan intenso, tan lleno de posibilidades que está constante­mente creando realidades, modificándolas, viajando en ellas, escalando montañas, persiguiendo indios...
El tema es este:
—¿Qué lugar deja el actual mundo exterior al mundo interior?
—¿Qué espacios dan los padres a los hijos para que éstos desarrollen juegos de libre inventiva, absteniéndose de invadirlos con juguetes manufacturados?
—En fin, ¿cuándo volverán los niños a respirar con sus propios pulmones?

a imaginar, crear, dar rienda suelta a su inventiva.
Jaime Barilko

viernes, 4 de octubre de 2013

Estructuras del pensamiento


Entre los tres y seis años el niño se encuentra construyendo sus primeras estructuras de pensamiento. Estructuras que serán puestas a prueba durante su vida cotidiana, sea la casa, la escuela o el entorno de amigos.
Y si induces adecuadamente cada momento de aprendizajes en el pequeño, guiándote por sus preguntas, sentimientos, indagaciones o percepciones, abras encontrado el camino ideal para inducir una pequeña mente infantil


Una mente infantil que se va sumergiendo gradualmente para seguir indicaciones, atender al adulto, seguir normas y expandir su pensamiento, es una mente que ha recibido grandes dosis de seguridad y confianza dentro de la familia.