miércoles, 27 de marzo de 2013
Una bola de estambre
Con el niño sentado al piso y tú de pie, toma una bola de
estambre y colócala entre las manitas del pequeño. Quédate con la punta de la
madeja y camina hacia atrás para ir desenredándola poco a poco y alejándote del niño. Procura que el bebe te mire
como extiendes el estambre, como te vas alejando, como mueves tus manos, como
le hablas, etc. Crearas un hermoso momento de admiración en tu bebe, al mirar
la magia que hace mama. Y si lo deseas puedes invertir la acción. Siéntate con
la madeja e invita al niño a caminar hacia atras para desenredarla. Una bola de estambre
detona una multitud de estímulos: capacidad de percepción, control fino de
manos y dedos, control postural, invertir la marcha y por supuesto el asombro!
Persiguiendo sonidos
Juega a diferenciar sonidos con el pequeñito. Solo provéete
de una campana. Siéntate con él al nivel del piso y toca suavemente la campana;
cerca, lejos, arriba, abajo, a un lado, al otro, adelante, atrás. Lo importante
radica en que tu pequeño persiga con la mirada el sonido. Y si desea tocarla
por el mismo dejasela para que la explore o la toque. Unos minutitos con tu
bebe estimulan su capacidad auditiva, ubicación espacial, control de su cuerpo
y la capacidad exploratoria.
martes, 26 de marzo de 2013
Paradito
Toma al bebe por el tronco y ponlo de pie, sosteniéndolo
firmemente. Balancéalo de un lado, al
otro, cuidando que sus pies se encuentre firmes en sobre el piso. Pasa a
balancearlo adelante, atrás. Repite nuevamente este acto, en tanto el pequeñito
muestre aceptación. Y que se estimula?...su tono muscular.
lunes, 25 de marzo de 2013
Pautas de observación
El criterio fundamental para
promover el desarrollo mental y emocional del niño es tener una idea clara
acerca de la etapa que presenta el niño, pues en cada una de ellas, existen
cambios que varían en ritmo y características. En algunas edades el
desarrollo se distingue por un curso lento y evolutivo. En dichas edades la personalidad
del niño cambia lentamente, y a menudo son casi imperceptibles e internamente son
cambios debidos a insignificantes logros. Los cambios más significativos que se
originan en la personalidad del niño son el resultado de un largo y oculto
proceso. Dichos cambios que se exteriorizan pueden ser observados solo al final
de complejos procesos de desarrollo.
El desarrollo del niño depende de
dos grandes factores; por un lado de su estructura biológica que lo dota de
todo un dispositivo de potencialidades y habilidades naturales para asimilar capacidades e ideas nuevas, y por el
otro, de todas las aportaciones que recibe de su entorno cultural y de las
interacciones sociales.
El hecho es que estos cambios van
construyéndose casi de manera microscópica o en muy pequeños pasos y exige
una capacidad muy especial de observación por parte del adulto.
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