martes, 27 de noviembre de 2012

Sonidos






















Cascabeles, campana, sonajas, y cualquier otro material que provoque sonido serán fabulosos medios que estimules en tu  pequeño el sentido de la audición, percepción y  actividad motora. Solo dale uno a uno mostrándole previamente como suenan y enseguida déjaselo entre sus manitas por breves instantes. Te sugiero ir cambiando los medios  con la finalidad de mantener la atención del pequeño.  Al concluir  la estimulación solo retira los juguetes y a vuelve a dárselos pasado un tiempo razonable. 

Movilizando el cuerpecito


Coloca una frazada grande en el piso, de preferencia que sea acogedora y provéete de una pelota ligera y llamativa. Sentados al piso y sobre la frazada toma al bebe por las manitas y motívalo a levantarse, procurando que se apoye firmemente en sus piecitos, ahora siéntalo nuevamente, arriba y abajo, arriba y abajo, como subiendo y bajando el cuerpecito. Ahora muéstrale al bebe la pelota, permítele que la toque, la explore, etc. seguido de ello ahora recuesta al bebe boca abajo y pasa suavemente la pelota por todo el cuerpecito, como masajeándolo. Inicia por la cabeza, desplázate al cuello, ve a los brazos, regresa por la columna, pasa por los omoplatos, continua a la cintura, etc, etc. Es decir juega a pasar una pelota por el cuerpecito del bebe. Ahora siéntalo y déjalo reposar por unos instantes. Finalmente sentados ambos lánzale la pelota rodando por el piso de tal manera que la tome y te la regrese. Se generaran infinidad de movimientos corporales que fortalecerán al bebe, lo relajaras, despertaras su atención y control motriz fino…

El caso de Fabian


Fabián, de tres años y cinco meses de edad, ha empezado a tener pataletas diariamente, pero sólo en casa. Pataleta para vestirse, pataleta para sentarse a la mesa, pataleta para ponerse el pijama... Fabián era el primer hijo y primer nieto hasta que nació su hermanito Andrés, hace quince días. Cuando Fabián llega del jardín infantil, la mamá no lo deja acercarse al bebé porque "puede traer microbios". La abuela ha comenzado a reprender a Fabián. Dice que grita tanto que el bebé se va a poner nervioso.

En este breve ejemplo podemos suponer que Fabián está a merced de emociones negativas: el miedo y la rabia que surgen porque se siente solo y desplazado. Percibe visceralmente que su mamá ha dejado de quererlo, que lo ha reemplazado por un bebé permanentemente en brazos y lo priva de las caricias y atenciones que hasta hace poco le pertenecían a él como hijo único. Además, Fabián se siente rechazado por una abuela que hasta hace poco se desvivía por atenderlo. En cambio en el jardín infantil se siente regaloneado. Las maestras no han modificado sus muestras de afecto hacia el. Asi que: con ellas recupera la alegría y la quietud.

Egocentrismo Racional


Toda nueva habilidad intelectual en el adolescente suele dar lugar al principio de una interpretación egocéntrica del mundo. Por eso se habla de un egocentrismo racional e intelectual que aparece en el adolescente en el estadio de las operaciones formales, muy semejante en algunos aspectos al egocentrismo que se manifiesta en el lactante o el niño durante la primera infancia.
Esta nueva forma de egocentrismo es fruto del desarrollo intelectual que está a punto de ser culminado en los años de la adolescencia. El joven en efecto, cuando ha aprendido a utilizar los conceptos abstractos cree que las reflexiones y teorías son poco menos que todopoderosas  sin detenerse a pensar que cualquier conclusión lógica ha de venir refrendada por la realidad del mundo, lo que en su opinión debe concluir con sus razonamientos y no a la inversa.
El adolescente vive inicialmente un periodo de egocentrismo intelectual durante el cual tiende a creer que sus teorías y reflexiones son poco menos que poderosas. Esta actitud tendrá no obstante poca vigencia y desaparecerá en cuanto descubra que la razón no está para oponerse a la realidad, sino para interpretarla y transformarla.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Las Emociones


Habilidad Motora


Solo toma al pequeñito de la cadera y balancéalo de un lado a otro, cuidando que sus piecitos se encuentren firmes y seguros sobre el piso. Cántale, chárlale o ríe con él en tanto lo balanceas de un lado a otro. Una trivialidad de la vida deja huellas de habilidad motora. 

Enharinandote

Un poco de harina, una bandeja grande y tu iniciativa serán los ingredientes necesarios para la aportación que sugeriré. Solo siéntate con el pequeñito a la mesa y jueguen a enharinarse :) :). 
Si a enharinarse, pero los dedos, así que no te alarmes. Cuando de enseñar a leer y escribir se trata, generalmente sugiero que sea de manera lúdica y creativa, así que sin importar la edad solo siéntense a jugar a leer y  escribir letras, textos, frases u oraciones en la harina. Es tan relajante escribir con todo escrutinio letra a letra para dar salida a textos, en cuanto te observe el pequeñito querrá hacerlo también. Así que solo usa tu inventiva, lean y escriban tantas letras, palabras o textos que aparezcan o desaparezcan en la harina.