miércoles, 18 de abril de 2018

Correr tras palabras


Si de correr se trata un bebe es experto en ello, sea en su cochecito o sin él  así que porque no aprovechar esta habilidad para estimular su lenguaje, para ello haz lo siguiente; elije las palabras que deseas estimular representándolas con artículos, juguetes, verduras o frutas por ejemplo; biberón, pelota, papa, plátano. Elegido tu material para decir palabras colócalo a tu alcance e inicia por tomar el primer objeto, como el biberón, colócate frente a tu bebe, muéstraselo e invítalo a seguirlo a la par que vas diciendo su nombre. Y para cuando él (a) bebe intente tomar lo que le muestras aléjate poco a poco para que tu bebe te siga. Al iniciar hazlo lentamente y asegúrate de ir elevando la velocidad. Se trata de jugar a perseguir un objeto diciendo su nombre. Al hacer periódicamente este tipo de juegos propicias el lenguaje en tu bebe.

Es tiempo de comunicarse


Ya es un o una preescolar y su bagaje de palabras es tan amplio que no hace falta estimularlo (a) por fin se ha desencadenado un cumulo de palabras cual torrente de comunicación. Ahora compete estructurar, dar un orden, secuencia y una cronología a las palabras que dicen niños y niños. Un orden porque el niño aprende mediante ensayo y error que las palabras van saliendo abrupta o melodiosamente de ahí que cuando lo o la escuches hablar desaforadamente permite que evoque todo lo que su cerebro tiene que decir, permite que se exprese atropelladamente después cuando haya pasado aquella excitación de sacar sus palabritas ayúdale a estructurar lo que dijo, si a estructurar eso que quiso decir, quizá le falto ilación por lo que abra de darle un orden, tal vez intercambio palabras por lo que será necesario crear una secuencia, quizá el tiempo en el que se está expresando aún no está comprendido por lo que su cronología de palabras aún no está bien definida (hoy, ayer, mañana) abra que ayudarles. Solo pide al niño (a) que vuelva a repetir lo que dijo bastara para colaborar con su lenguaje. Así que cuando se inicie algún intercambio de palabras entre ustedes no se te ocurra interrumpir tan preciado desfogue de palabras porque si lo haces será como bloquear el aprendizaje dando cabida a la frustración, inhibición e incluso si lo (a) callas o corriges devalúas su lenguaje mejor espera a que termine de expresarse y luego den rienda suelta a estructurar, dar un orden, una secuencia a eso que te quiere decir tu pequeño (a).


Hablan cuando sienten confianza


Se pensaría que como ya es un niño o una niña en edad escolar su lenguaje para comunicarse en el hogar, la escuela o fuera de casa deberá estar en elevados rangos de interacción con otros, de elevada apertura o desinhibición para comunicarse pero no es así. Quizá para algunos niños es una ganancia de su desarrollo y el medio que les rodea pero para otros no. En esta etapa escolar pareciera que niños y niñas optan por ser altamente esquivos para hablar en especial con sus padres no siendo así con sus iguales. Son tan huidizos que necesitan sentir una real confianza para aflorar su bagaje verbal con mama o papa. Así que… -si de comunicarte- o -querer que tu hijo te tenga confianza para hablarte de todas sus experiencias- la clave es dársela, es rodearles de un ambiente impregnado de certeza. Hablo de propiciar una comunicación saludable. Hablo de tender puentes de palabras donde padres e hijos intercambien experiencias propias o ajenas mediante una comunicación fluyendo libremente, saben que tienen diferencias pero también saben que pueden hablar de cualquier situación y eso solo se logra si eres una persona confiable con ellos.

miércoles, 11 de abril de 2018

Efecto de las Advertencias


Toda causa tiene su efecto. Toda advertencia que dices a un niño o una niña en aras de atender tus llamados al hablarle, en especial cuando quieres que te obedezcan, llegan a ser altamente nocivas. Quizá en las siguientes líneas me lea tremendamente ácida al abordar los efectos de algunas advertencias. Clásicas advertencias a las que recurren los padres en aras de corregir a sus hijos (as). Con muchas de ellas crecí, recibí al hacerme adulto e incluso replique cuando fui madre situación que; -si hoy volviera a nacer, no lo volvería hacer- en fin solo deseo que cada advertencia que te planteo a continuación propicie en ti una reflexión:
Si no obedeces ya no te voy a querer. Si condicionas a un niño(a) te vales de tu poder sobre ellos pero no te vales de tu inteligencia para lograr que reaccionen a tus llamados.
-Cuento hasta tres para que obedezcas- Porque tienes que contar, porque armarte de muletillas para que reaccione tu hijo (a) ante lo que pides solo generas amplios márgenes de espera, indiferencia, falta de credibilidad en ti, inseguridad para dar una instrucción y sobre todo creas impresionantes plataformas de condicionamiento: -Tu condicionándote a contar  del uno al tres y el niño (a) condicionándose a reaccionar hasta oír el tres-
¡Te lo advierto¡ Porque advertir a un niño o una niña que tú tienes más fuerza, más poder o acaso  ¿porque eres la o él que manda? es por ello que te deben obedecer o porque quieres salir del problema rápidamente porque te cansa pensar diferente, porque no tienes humor o paciencia para buscar alternativas saludables para que los niños reaccionen a lo que pides.
-Si terminas las tareas vamos de compras- Manipulas… ¿te escuchas que manipulas?  Acaso lo haces porque que no has encontrado nuevas formas de desarrollar habilidades escolares en tu hijo o hija o no te has arriesgado a enviar mensajes diferentes a los niños. Cuando un adulto sea consciente cada palabra que dice a un niño (a) no se interpondrá ante un crecimiento espiritual y un crecimiento cerebral.
Si piensas que castigas por el bien del niño, castigas por tu bien porque es lo más cómodo, rápido y satisfaces tus deseos de poder. Quien castiga tiene la supuesta vara de la justicia tan larga que no mira cómo se autodestruye y destruye un alma que aún desconoce cómo defenderse.
Cada que te preguntes porque tu hijo o hija es inhibido, tímido, temeroso o miedoso indaga si castigas, indaga si te impones, indaga si asfixias con imposiciones.
Se precisa de tremenda valentía, voluntad y conciencia para dar un giro a las palabras que destruyen y dar cabida a las palabras que edifican espíritus, almas y cuerpos solo el amor de una madre o un padre tiene el poder de mirar más allá de una advertencia.

Gracias por tolerar mis arrebatos inspiradores en aras de niños y niñas.

Jugar con el cuerpo



Mira mi mano
Hablen de todos los movimientos que pueden hacer con las manos:
  • Pueden aplaudir, tronar los dedos unir las puntas de los dedos, hacer puños, unir los puños.
  • Aplaudan varias veces, volteando las manos, a un lado, al otro, arriba, abajo.
  • Haga el mismo juego con movimientos de los pies.
  • Cuando los niños han aprendido el juego pídales que sugieran otros movimientos con manos y pies.
Habla con tu cuerpo
Hablen de jugar a decir “si” y “no” con el cuerpo
  • Practiquen a decir “si” y “no” con sus brazos, hombros, caderas, dedos de la mano, de los pies etc.
  • Háganse preguntas rápidas para decir "si" y "no"
  • Pide al niño (a) que responda con los codos, con la cabeza, con los dedos, etcetera.
Copia los movimientos
Haz un movimiento y pida al niño que lo copie por ejemplo: 
  • Levanta una mano saludando y pida al niño que la copie 
  • Levanta un pie como ejercitándolo y pida al niño que lo copie 
  • Mueve los brazos como si fueran alas y pida al niño que lo copie 
  • Combina dos movimientos y pide al niño que los copie 
  • Agrega tantos movimientos como los niños puedan recordar para ser copiados.
Movimientos tontos
La idea del juego es tocar una parte del cuerpo con otra
  • Pide al niño que señale su muñeca después que toque con la muñeca la cabeza.
  • Pide al niño que señale su nariz después que toque con la nariz la rodilla
  • Se trata de tocar una parte del cuerpo con otra como: codo con rodilla, nariz con pie, cabeza con pierna, etcétera.

Juegos al aire
Cuando los niños necesitan liberar el exceso de energía prueba lo siguiente:
  • Golpea al aire
  • Da puñetazos al aire
  • Empuja el aire
  • Avienta el aire
  • Atrapa el aire
  • Puedes realizar estas acciones rápida, lenta, suave o rudamente.
Sacúdelo
Invita al niño a identificar las partes de su cuerpo pidiéndole que las sacuda. Pueden sacudir su cabeza, sus manos, pies, dedos de las manos, los pies...