PRIMER NIVEL
- Cuando el niño se inicia a escribir, sus trazos son grafismos primitivos y solo alcanza diferenciar imagen de texto.
- Se empiezan a evidenciar dos hipótesis de base sobre las cuales trabaja el niño: las grafías son variadas y la cantidad de grafías es constante.
SEGUNDO NIVEL
- El pensamiento del niño establece que para escribir se requiere de cantidad y variedad de símbolos para que se pueda leer.
- Las formas de las grafías son más definidas, más próximas a las letras convencionales.
TERCER NIVEL
- El niño construye la hipótesis silábica, es decir, cada letra vale por una sílaba. Con esta hipótesis el niño da un salto cualitativo con respecto a los niveles precedentes.
- En este nivel, así como en los anteriores, existen conflictos cognitivos que el niño resuelve medianamente. Por un lado, las formas fijas, provistas por estimulación externa y aprendidas como tales, con una correspondencia global entre el nombre y la escritura; por el otro lado, una hipótesis construida por el niño al intentar pasar de la correspondencia global a la correspondencia término a término, y que le lleva a atribuir valor silábico a cada letra.
- Al trabajar con la hipótesis silábica, los niños están obligados a escribir solamente dos grafías para las palabras bisílabas (lo cual, en muchos casos, está por debajo de la cantidad mínima que les parece necesaria y el problema es aún más grave cuando se trata de sustantivos monosílabos (poco frecuentes en español, como “sol” y “sal” constituyen consabidos ejemplos de las palabras iniciales en el proceso de enseñanza-aprendizaje tradicional).
CUARTO NIVEL
- Se presenta una transición entre la hipótesis silábica y alfabética, es decir el niño esta procesando en su pensamiento que las silabas forman palabras y estas tienen sonidos.
QUINTO NIVEL
- El niño lee y escribe aunque aun esta afinando códigos y formas correctas de la escritura.