Los niños que se sienten tranquilos y
seguros aprenden a controlarse. Los cuidados y la forma de relacionarte con tu hijo le
enseñara que el mundo es un lugar seguro e interesante. Responder cuando ellos lo
necesitan, permanecer tranquilos y ser amorosos contribuye a que los niños se
sientan seguros. Sin embargo, mantenerse tranquilos y amorosos como padres no es fácil.
Todos los padres del mundo en ocasiones se sienten tensos, furiosos o frustrados. Pero si expresamos la frustración contra los niños, gritándoles,
tratándolos con brusquedad o ignorando sus necesidades, los niños se sentirán
atemorizados. Si esto ocurre en pocas ocasiones, no afectará al niño. Pero, si
el control se pierde con frecuencia, ello, puede modificar el cerebro de los
pequeños y someterlos a un alto desequilibrio emocional generando en el niño tensión, ansiedad o temor. Conductas que producen en el cerebro infantil
un químico llamado cortisol, sustancia que puede destruir las células cerebrales.
Además, el cortisol también puede destruir las conexiones existentes en un
cerebro infantil. Cuando un pequeño ha tenido muchas de estas experiencias
atemorizantes y vaya a la escuela, podrá tener problemas para relacionarse con
otros, prestar atención, pensar o aprender. Lo que necesita todo niño para
sentirse seguro y desarrollarse normalmente es un cuidado equilibrado y
amoroso alejado de las hostilidades o amenazas constantes por parte del adulto.
lunes, 23 de septiembre de 2013
El camino de un adolescente
La ruta delineada, demarcada, es un
orden. El lazo, la relación, la más profunda comunicación, es un ordenamiento
recíproco. Te espero, me llamas, nos encontramos. Nos vamos armando en
nuestras propias, íntimas y privadas rutinas, es decir códigos rituales, para
poder expresar justamente eso que es invisible a los ojos de un padre y un
adolescente.
De la misma manera, la ruta no ha de ser
ruta a menos que esté demarcada con rayas visibles a los costados, con señales,
con carteles indicadores.
Todo ello te orienta, no te fuerza. Da
lugar a la libertad. Luego eliges el objetivo, el camino dentro de la ruta, la
velocidad, la música, el silencio.
Ni sabes qué elegirás, con precisión.
Tienes una idea, una vaga idea, pero no puedes prever las ocurrencias, eso que
le sale a uno al encuentro y lo desvía de la idea primigenia. Es la aventura.
Esta es la realidad: aventura y orden,
orden y aventura, lo decía el poeta Apollinaire.
La aventura es lo creativo, lo
impredecible, pero el orden la sostiene. La aventura es un cuadro de Dalí. No
obstante, el genio tenía un orden, una disciplina, límites y reglas para
pintar, y para desplegar, sobre ese sustento, su fantasía surrealista, semejando un camino entre limites y libertad.
jueves, 19 de septiembre de 2013
Una pelotita para jugar
Una pelotita de esponja, aquellas que rebotan al lanzarlas al piso, es
un excelente recurso para estimular en el niño de tres años en adelante su
psicomotricidad gruesa, el control de sus manitas, la agilidad mental, la percepción
y por supuesto la alegría de jugar contigo. Y que hay que hacer para lograr
tantas proezas, pues simple y sencillamente invitar al niño a atrapar la
pelota, atraparla en el momento que la rebotes sobre el piso para que la atrape
el niño, así es...basta rebotarla en el piso y dejar que el niño se encargue del
resto; atraparla, perseguirla, ir por ella, etc. Y si deseas ampliar la
experiencia puedes invertir los papeles, es decir: el niño rebota la pelota en
el piso y tú la atrapas.
miércoles, 18 de septiembre de 2013
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