martes, 19 de febrero de 2013

Realidades


Equilibrando el cuerpecito


Simplemente juega con el pequeñito hacer solitos, si solitos. Aquellos que realiza el niño al pararse por si solo por breves segundos, pues está a punto de iniciar la marcha. Ejercitar cotidianamente el equilibrio de tu pequeño lo prepara para caminar.

Accesorios


Uno lentes, un sombrero, una mascada, o unos guantes resultan ser accesorios formidables si de estimular la psicomotricidad gruesa y fina se trata. Solo proveete de  ellos y siéntate a jugar con el pequeñito a quitárselos y ponérselos en un primer momento. En un segundo momento permite que sea el quien se los coloca. En pocas palabras jueguen a disfrazarse, imitarse o permitir que sea el niño quien te coloca los accesorios. Tres oportunidades para estimular en tu bebe habilidades motoras. 

Búsquedas innecesarias


Si vas en busca de la felicidad, solo hay algo seguro; no la encontraras. La Felicidad es siempre un derivado, no el resultado de la búsqueda. Surge cuando ni siquiera estas pensando en ella, sin buscarla. Surge de repente, como si saliera de la nada.

viernes, 15 de febrero de 2013

Gracias

Gracias por contactar conmigo 
una semana plena de dicha!

retorno:)

No los contaminemos :(


Dualidad de la vida


El amor es ambas cosas.  Es rico y es doloroso, es agonía y es éxtasis; porque el amor es el encuentro de la tierra y el cielo, de lo conocido y lo desconocido, de lo visible y lo invisible.
El amor es el límite que separa la materia y la consciencia, el límite entre lo más bajo y lo más elevado.  El amor tiene raíces en la tierra que son su dolor, su agonía.  Y el amor tiene sus ramas en el cielo que son su éxtasis.
El amor no es un fenómeno simple, es dual.  Es un acuerdo tirante entre dos polaridades.  Tendrás que comprender estas dos polaridades: una es el sexo, la otra es la oración.  El amor es la cuerda tirante entre el sexo y la oración; parte de él es sexo y parte oración.
La parte sexual tiene necesariamente que traer muchas miserias, la parte que pertenece a la oración traerá muchas alegrías.  Por eso es difícil renunciar al amor, porque uno tiene miedo de que se renuncie también a las alegrías que vienen con él.  Uno tampoco es capaz de estar totalmente en él, porque todos esos dolores te recuerdan una y otra vez que renuncies a él.  Esta es la miseria del amante: el amante vive en una tensión tirante.