Ordena
letras para formar sílabas, sílabas para formar palabras y palabras para formar
oraciones. Una cadena de aprendizaje para favorecer en tu hijo (a) mediante acciones lúdicas a manera
de juego, si de juego es tan simple como; primero hablarlas, después
escribirlas y por ultimo leerlas. Tan solo toma la silaba que gustes puede ser
da, de, di, do o du… supongamos que eliges; du. Se trata de jugar con la silaba
que eligen, jueguen con esa silaba tantas veces como deseen, es más cántenla y
hagan énfasis en; du díganla rápido, lento, etc. hecho este primer juego ahora
armen una palabra con la silaba elegida e incluso puedes armar tantas palabras
como silabas como; dame, dedo, dinero, dona, durazno, pero veamos como hacerlo
con du; durazno (hablándola al revés, deformándola, volviéndola armar) por
ejemplo; aznorud, daruzno, noduraz, zanodur, durazno.... asegúrate de jugar
tantas veces como quiera el niño con una sola palabra, la sola experiencia de
oírla, desestructurarla, volverla a estructurar es una experiencia tan basta
que deja al niño increíbles experiencias. Hecho este primer ejercicio ahora
pasen a escribirla, ayúdale si se le dificulta. Para cuando el niño ya es capaz
de escribir una palabra pasa al siguiente proceso pregunta que pueden decir del
durazno; el durazno es dulce dado
este siguiente paso será momento de llevar al niño a descubrir que existen
otras letras, espacios, funciones, situaciones para irse descubriendo a medida
que practican, experimentan con tantas silabas, palabras u oraciones como lo he
compartido.
miércoles, 30 de mayo de 2018
Lectura en silencio
Lee en silencio pequeños textos. Para cuando el
niño (a) ya lee pequeños textos resulta imprescindible crearles escenarios
agradables para leer con materiales atractivos como textos cortos, grandes
letras de ello dependerá que no se fracture la decodificación que recién se está iniciando en el proceso de
lectura, situación que dará paso a la comprensión.
De hecho si hoy te aseguras de facilitar el camino de la lectura en ellos para
cuando lean con precisión la comprensión se dará en automático. Solo acerca textos
sea que los elabores, los recortes de revistas, los selecciones de manera
virtual o se los escribas en una pizarra exclusiva para el niño (a) se trata de
ser creativa para que el niño (a) se detenga a leer en silencio pequeños
textos. Tal vez coloques uno diario en su recamara como: “Dulce día bebe” en su
mochila; “te quiero” al ir a la
escuela por el o ella dale una nota; “amo
venir por ti” al terminar sus tareas; “eres
encantador (a)” basta poner imaginación a tus textos y abras dado el paso
para guiar a tu hijo (a) en esto de comprender lo que se lee.
miércoles, 23 de mayo de 2018
Características motrices de seis
Seis años es una edad
activa. El niño está en actividad casi constante sea de pie sea sentado parece
hallarse equilibrado conscientemente de su propio cuerpo en el espacio, está en
todas partes; trepando árboles, arrastrándose debajo, encima y alrededor de
estructuras de grandes bloques o de otros niños parece ser todo piernas y
brazos en danza alrededor de la habitación. Encara sus actividades con mayor
abandono y al mismo tiempo con mayor deliberación, quizá tropiece y caiga en
sus esfuerzos por dominar una tarea. Podrá gustarle la actividad de la limpieza
en la escuela, cepillar el piso, empujar los muebles aunque es algo torpe y no
del todo profundo en lo que hace, le encanta la actividad y le desagradan las
interrupciones. Hay mucho juego tumultuoso y peleador, le gusta luchar con su
padre o con un hermano lo cual puede terminar en desastre pues no sabe cuándo
detenerse. Dentro de la casa su pelota puede convertirse en una amenaza cuando
la hace saltar, la tira y trata de volverla agarrar. Le interesan las pruebas
de trapecio, le gusta trepar por una soga y balancearse colgado de ella, el
columpio es uno de sus juegos favoritos porque se siente en libertad. Existen
cambios notables a nivel oculo-manual parece tener mayor conciencia de su mano
como herramienta y experimenta con ella como tal. Aun sostiene el lápiz
torpemente y lo pasa de una mano a otra, le gusta dibujar, colorear tal como lo
hacía a los cinco.
Características motrices de siete
Siete parece menos
efervescente que seis pero tiene repentinos estallidos de comportamiento muy
activo. Siete es más prudente en su manera de afrontar nuevos trabajos,
demuestra una nueva comprensión y se comporta con prudencia cuando trepa o
juega. Repite incansablemente una actividad hasta dominarla. Su interés por las
artes posee un importante interés, sus exigencias motrices pueden constituir
una verdadera necesidad aunque puede perder el interés repentinamente. Su
postura es más tensa y más unilateral que a los seis, mantiene la misma
posición durante un periodo más prolongado. Se sienta con la cabeza hacia
adelante e inclinado ligeramente hacia el lado más dominante. Mientras escribe
o escucha apoya a menudo la cabeza sobre el brazo libre posición que obstruye a
veces uno de sus ojos. Siete es afecto a los lápices y a las gomas de borrar
deja de lado la carbonilla para pintar al pastel prefiriendo el lápiz duro. Su
prensión aunque es rígida se afloja casi de pronto y es propenso a dejar caer
el lápiz mientras trabaja. Los movimientos periféricos le distraen menos que a
los de seis años. Su tarea le absorbe y mantiene la mirada dentro de un ángulo
pequeño. Todavía tiene inclinación a tocar todo lo que ve y a tomarlo en las
manos y manipularlo.
Características motrices de ocho
Los movimientos corporales
del niño de ocho tienen fluidez y a menudo gracia y equilibrio, camina con
libertad. Tiene conciencia de su propia postura y recuerda en ocasiones que
debe sentarse erguido, se muestra dispuesto a criticar a otros que no lo hacen.
Le placen las actitudes teatrales y la expresión mediante una gran diversidad
de posturas y gestos, hace pruebas de acrobacia y se deleita jugando a seguir
al jefe. Ocho esta en continua actividad corre, salta, lucha, persigue a otro
niño, el juego de los escondites es uno de sus favoritos aunque también le
atraen otros deportes más organizados como el fútbol o el béisbol, cuando
participa de alguna actividad es tan buen espectador como buen jugador. Valor y
atrevimiento son característicos del niño a esta edad, trepando árboles,
haciendo equilibrio sobre el borde de las cercas, aumenta sus fuerzas. Hay un
incremento de velocidad y de fluidez en las operaciones motrices finas, el
acercamiento y la prensión son rápidos suaves y hasta elegantes. La liberación
se hace con gestos, seguros y precisos. Ocho puede cambiar la postura con mayor
sentido de adaptación; se inclina hacia adelante, luego se sienta en posición erguida
a manera de poder ubicar la cabeza a diversas distancias de su trabajo. Existe
mayor simetría que a los siete años y con frecuencia apoya ambos codos sobre la
mesa o extiende los dos brazos. Aunque es un activo hacedor de cosas, ocho
comienza a ser un buen observador, no toca todo lo que ve con tanta frecuencia
como antes.
Características motrices de nueve
Nueve trabaja y juega
mucho, es más hábil en su comportamiento motor y le agrada ostentar su
habilidad. Su regulación del tiempo se halla también sometida a mayor dominio,
demuestra gran interés por los deportes de competencia. Los varones son rápidos
para adoptar una postura activa de lucha y se golpean y se pelean entre sí, a
menudo liberan presión acometiendo salvajemente contra algo. Nueve tiene
tendencias a excederse, le resulta difícil tranquilizarse después del recreo o
después de un nuevo activo. Ojos y manos están ahora bien diferenciadas, el
niño puede usar las manos independientemente una de otra, también los dedos
muestran una nueva diferenciación. Ahora maneja sus manos muy bien o muy mal, es un observador agudo, sus habilidades se destacan en gran relieve a esta
edad. Nueve mira con los ojos bien abiertos y mantiene la mirada sin parpadear
durante varios segundos. Puede conscientemente enfocar lo que mira e incluso lo
puede hacer sin mirar. Una niña decía que podía mirar algo sin verlo y que en su
mente se atropellaban entonces los pensamientos.
Características motrices de diez
Si a los nueve años el
niño se muestra tenso como una cuerda a los diez da cabida a una estructura más
floja y blanda. Este fenómeno encuentra expresión en el comportamiento general
de diez. Diez enfrenta las situaciones con sinceridad y sin embarazo, no teme
hacer preguntas para colocarse en el buen camino, está lleno de buena voluntad por
mostrar un afán exagerado hacia los demás. Prefiere la actividad y la calle es
su mayor atracción, lo que más le gusta son los juegos fuera de su casa que le
exijan la actividad de sus grandes masas musculares y andar en bicicleta. Puede
observarse un recrudecimiento de la acción de llevarse los dedos a la boca
incluyendo el roerse las uñas o el jugar con el cabello son válvulas de escape menos evidentes a los diez que a los nueve años. La
acción de sumir los labios es tan común a los nueve pero a los diez es menos
evidente y pronto dará paso a una nueva tendencia a proyectar los labios hacia
fuera. El juego es la meta de la mayoría de los niños de diez años. La escuela
y los hábitos hogareños son considerados simples interrupciones de esa vida de
juegos de tan enorme importancia.
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