Seis años es una edad
activa. El niño está en actividad casi constante sea de pie sea sentado parece
hallarse equilibrado conscientemente de su propio cuerpo en el espacio, está en
todas partes; trepando árboles, arrastrándose debajo, encima y alrededor de
estructuras de grandes bloques o de otros niños parece ser todo piernas y
brazos en danza alrededor de la habitación. Encara sus actividades con mayor
abandono y al mismo tiempo con mayor deliberación, quizá tropiece y caiga en
sus esfuerzos por dominar una tarea. Podrá gustarle la actividad de la limpieza
en la escuela, cepillar el piso, empujar los muebles aunque es algo torpe y no
del todo profundo en lo que hace, le encanta la actividad y le desagradan las
interrupciones. Hay mucho juego tumultuoso y peleador, le gusta luchar con su
padre o con un hermano lo cual puede terminar en desastre pues no sabe cuándo
detenerse. Dentro de la casa su pelota puede convertirse en una amenaza cuando
la hace saltar, la tira y trata de volverla agarrar. Le interesan las pruebas
de trapecio, le gusta trepar por una soga y balancearse colgado de ella, el
columpio es uno de sus juegos favoritos porque se siente en libertad. Existen
cambios notables a nivel oculo-manual parece tener mayor conciencia de su mano
como herramienta y experimenta con ella como tal. Aun sostiene el lápiz
torpemente y lo pasa de una mano a otra, le gusta dibujar, colorear tal como lo
hacía a los cinco.
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