Si a los nueve años el
niño se muestra tenso como una cuerda a los diez da cabida a una estructura más
floja y blanda. Este fenómeno encuentra expresión en el comportamiento general
de diez. Diez enfrenta las situaciones con sinceridad y sin embarazo, no teme
hacer preguntas para colocarse en el buen camino, está lleno de buena voluntad por
mostrar un afán exagerado hacia los demás. Prefiere la actividad y la calle es
su mayor atracción, lo que más le gusta son los juegos fuera de su casa que le
exijan la actividad de sus grandes masas musculares y andar en bicicleta. Puede
observarse un recrudecimiento de la acción de llevarse los dedos a la boca
incluyendo el roerse las uñas o el jugar con el cabello son válvulas de escape menos evidentes a los diez que a los nueve años. La
acción de sumir los labios es tan común a los nueve pero a los diez es menos
evidente y pronto dará paso a una nueva tendencia a proyectar los labios hacia
fuera. El juego es la meta de la mayoría de los niños de diez años. La escuela
y los hábitos hogareños son considerados simples interrupciones de esa vida de
juegos de tan enorme importancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejarme tus comentarios