Ellos y ellas descubren, comprenden y hasta se sorprenden cuando miran a Mamá o Papá actuar impregnados de virtudes y valores y no necesitan saber ¿Qué es eso? ¿Cómo se llaman? ¿Cómo suceden? solo lo saben. Actuar con valores no es ninguna panacea, es tan, tan real que basta el día a día para descubrirte, mirarte y sentir la valía de la que estas hecha o hecho cuando de vivir, convivir, seguir normas, reglas o tareas en familia se trata. En familia descubres como tratas a tus hijos, como lo guías, disciplinas o enseñas. Cada paso que das por tu hogar es una magnífica oportunidad para comprender, descubrir y prodigar virtudes y valores. Contigo convive la inocencia, “poderosa virtud” vale la pena respirar en casa el néctar de la vida.
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