Cuando son maternales incipientemente van descubriendo el significado de las virtudes y los valores. Se aferran a la valía de mamá y papá, se saben protegidos, cuidados y aceptados. Cuando reciben sus primeras llamadas de atención, regaños o sanciones su mundo de cristal estalla, no saben qué paso con esa mamá o ese papá tan virtuoso que la (o) amaba, ¿acaso no era real? Cuando son maternales mayor sensibilidad, cautela e inteligencia se debe poseer para guiarlos por el camino del entendimiento acerca de lo que es bueno o es malo, de no hacerlo los antivalores invaden el hogar e inicias a intoxicar el ambiente hogareño a falta de inteligencia para guiar a los pequeños por la delgada línea entre los valores y los antivalores.
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