Para cuando los niños entran a los tres años o ya son preescolares con frecuencia se preocupan por saber la hora y la secuencia de los acontecimientos preguntando; ¿Cuándo llega mami a casa? ¿Ya nos podemos ir? ¿Cuándo es mi cumpleaños? Al establecer en casa una rutina constante día a día, se les brinda una forma específica de comprender el tiempo. “primero me levanto, después mama me lleva al baño” acciones que le permiten identificar al niño (a) lo que hace y que sigue día a día. Y si tales acciones son instauradas de manera constante, formal y adecuadamente sin caer en la drasticidad, pero si en la flexibilidad obviamente que desarrollas en ellos andamiajes de seguridad, predictibilidad, tiempo e inicias a cimentar una disciplina. Una rutina consistente es un marco de referencia para ellos porque libera en igual forma a niños y adultos de preocupación o de estar a la expectativa del que vendrá después, además les permite usar su energía, ser creativos e independientes. Al saber que es lo que sigue, conocen la regla y son constantes los lleva a realizar sus tareas sin andarlos persiguiendo para que cumplan con sus responsabilidades. Al instaurar una rutina donde ellos se sientan a gusto y satisfechos por saberse activos los inicias a desarrollar nuevas habilidades como el planear, entrar en acción y ser partícipes en su día a día. Al tener ocupado el día mediante una rutina diaria no solo mantienes ocupados a los niños también estableces una conexión familiar, un intercambio de responsabilidades y una colaboración grupal. Y no solo es una cuestión de mantenerlos ocupados, es una situación de desarrollar acciones que les de seguridad, aprovechar su energía y ser capaz de saltar el aburrimiento, tedio, desgano o falta de no saber qué hacer con su tiempo. Para instaurar una rutina no solo basta la instrucción, una instrucción se diluye fácilmente a falta de un recurso tangible como un reloj que marque las ocupaciones diarias; al levantarse, asearse, desayunar, estudiar, investigar, jugar, etc. Un reloj dispuesto al alcance de la mirada de ellos y ellas propicia un anclaje efectivo del que hacer y ¿a qué hora? Crear una rutina creativa, flexible y constructiva no es solo decirlo es disciplinarse para lograrla.
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