De niña me pegaban, claro que me
pegaban y no me avergüenzo por decirlo alabo la sinceridad que me habita, no me
asusta mucho menos me incomoda. Así que con todo el rigor de la verdad te
puedo decir que pegar es lo más desdichado que puedes llegar a cometer con un niño o una niña, y digo desdichado no por herir tus sentimientos o
prejuiciarte no, lo digo porque al hacerlo muere en cuestión de instantes tu
integridad frente a tu hijo (a). Si, fallece tu integridad frente a un niño o una niña que espera de ti el mejor trato, la mejor guía, una luz que lo guíe inteligentemente mas no abrasivamente. Tal vez los patrones que heredaste
de tus antepasados te formaron así y no encuentras otra manera de guiar a tus hijos,
quizá en el pasado escuchaste decir que una nalgada bien dada cuando los hijos
no obedecen o no te atienden es para enderezarlos, para educarlos pero
permíteme decirte que una nalgada bien dada es para dejar en niños y niñas tremendas cicatrices emocionales porque en el momento que
laceras su piel con golpes, laceras su corazón y ya no te miraran igual te
verán con miedo, temor o ira, en cuestión de instantes erosionas tu integridad y
la integridad de ellos. Dejar de pegar a niños
y niñas es el camino hacia la
sanación espiritual, es la clave para guiarlos saludablemente no esperes a que
te miren tus hijos con odio o resentimiento para dejar de hacerlo aplica
nuevas formas de guiarlos, nuevas actitudes al enseñarles resolverás cantidad
de problemas en la medida que estés dispuesta a dejar conductas que erosionan
la vida de un niño o una niña.
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