martes, 2 de julio de 2019

La mentira


La mentira es un antivalor que me ha dado cantidad de dolores de cabeza y no porque sea mentirosa o porque sea una amante de la verdad, no es ni una, ni otra situación es un antivalor que al final de cuentas propicia profundas fisuras de desconfianza por  ello la repelo. Es mi forma de expresar lo que siento y pienso acerca del mentir. Mentir se aprende desde temprana edad e incluso uno vive una mentira desde el despertar, si tan solo estuviéramos despiertos por la lámpara de la conciencia uno resolvería cantidad de laberintos en los que uno se aventura a ojos cerrados debido a la mentira, ahora imagina lo que sucede con los niños cuando aprenden a mentir, en especial los escolares que se valen de cuantiosas mentiras como el decirte que no les dejaron tarea porque no fue la maestra o que llegaron tarde porque no pasaron por ellos o que no quieren ir a la escuela porque se sienten enfermos numerosas mentiras aprenden a decir niños y niñas con tal de conseguir sus fines y si te atreves a enfrentarlos o desenmascarar la mentira es como incentivarla porque contribuyes con ellos a crear nuevas formas de mentir. Pero no es momento para prejuiciar a los niños es momento para reflexionar; ¿cómo parar la mentira en ellos? Inicia por sincerarte contigo; ¿induces la mentira en casa para no dañarlos? pues permíteme decirte que valerte de mentiras blancas es valerte de tretas que llevan a tu hijo o hija a aprender a mentir así que en lugar de protegerlos agravas su conducta. La crudeza de mi declaración se finca en los hechos, tan solo reflexiona cuantas veces has mentido, analiza cuantas veces mentiste para lograr tu cometido con ellos, cuantas veces les ocultaste algo en aras de su bienestar que al final de cuentas se convirtió en malestar. Toda reflexión bien hecha acerca del mentir desnuda tu realidad y detiene la mentira, así de simple es cerrarle el paso a tan agobiante antivalor. En lo personal cuando he mentido, la vida me ha cobrado la cuota en cuestión de instantes por ello me aferro a comulgar con la verdad, porque la experiencia me dicta lo doloroso que es cuando te descubren mintiendo, sé lo que digo y por ello repelo la mentira. Si mientes, tus hijos mentirán o quizás tus hijos mienten y tú no, cuando eso sucede los niños son tan inteligentes que el solo hecho de saberse descubiertos de sus mentiras, se avergüenzan de ellas y se esfuerzan por no replicarlas, no hace falta decirles que están mintiendo tu sola actitud de descontento al escucharles mentir es suficiente para no replicarla. Así que no mientas a los niños, no necesitas esforzarte tanto solo sincérate y  ve por tu integridad para ser honesta con tu familia.

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