Hablar es todo un arte, un arte que
denota lo que habita en tu interior, no lo digo a la ligera, lo sé por
convicción propia, de hecho una de mis tareas espirituales hoy en día es
perfeccionar el arte de hablar. Y no aludo al hablar bien, correctamente, en
términos gramaticales, de vocabulario o palabras pomposas a ello no me refiero,
aludo al hablar conscientemente, así sea una simple palabra para decir a niños y niños al ser enviada con plena conciencia la envías diferente, cambias abismalmente el mensaje que quieres
decir. Dista enormemente el hablar abrupta,
inconsciente o reactivamente a hablar conscientemente en especial cuando se
pierden los estribos. Si revisas mis inicios en este canal encontraras a Consuelo que habla atropellado, altisonante
y hasta repetitiva y aunque ello no viene al caso respecto al cómo hablar con niños y niñas deseo compartirte que es posible hablar conscientemente, sé
que no es fácil estar consciente de lo que decimos, se precisa de una tremenda
voluntad, pero permíteme decirte que en el momento que te aferras a la voluntad
la conciencia es tuya. Si en casa hablas con tus hijos con un lenguaje que
llega a ser altisonante por estar acostumbrada
(o) pues permíteme decirte que te daña a ti y a tus hijos. Y no es una cuestión
de mojigatería, el punto es que cuando el lenguaje hacia los niños sale altisonante
e hiriente sale cargado de ira ahí reside el problema, en la violencia que se
vierte inconscientemente en niños y niñas. Quizá el argumento para valerse
de un lenguaje agresivo se base en pensar que es por el bien de ellos, porque
solo así te entienden y atienden pero yo me pregunto; ¿porque no somos capaces
de activar nuestra conciencia a la hora de hablar con los niños? me queda claro
que al estar consciente cuando hablas con ellos en automático tomas control de
ti y obviamente que al estar controlada (o) tus reacciones resultan ser más
inteligentes y sabias. Pero no, no lo hacemos porque no nos gusta esforzarnos
en sentirnos, en pensar diferente, en crear vetas de reacciones saludables nos prendamos
de lo más fácil; la reactividad, la impulsividad, nos arrojamos hablar
inconscientemente, no nos damos unos segundos para auto controlarnos. Soy una
mujer altamente vulnerable y estallo por cualquier situación, pero a raíz de un
trabajo espiritual que vengo realizando he generado mis propios cambios por
ello te aliento a ser diferente al hablar con tus hijos. No es fácil estar conscientes
del cómo hablamos a los niños, de hecho es la tarea espiritual más ardua y
difícil a emprender pero cuando uno se decide hacerlo la satisfacción y la
salud emocional se apropia de uno y de la familia, se goza de un clima hogareño
de serenidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejarme tus comentarios