Cuando digo: «Tu infancia perdida», quiero decir tu inocencia, tus
ojos llenos de asombro, sin saber nada, sin tener nada, pero a la
vez sintiéndote a ti misma en la cima del mundo.
Esos momentos dorados de asombro, de alegría, de ninguna tensión, de ninguna
preocupación, de ninguna ansiedad, tienen que ser redescubiertos.
Por supuesto, la segunda infancia es mucho más valiosa e importante
que la primera. En la primera, la inocencia no era algo que te hubieras ganado, así naciste; es algo natural que le
sucede a toda infancia. La segunda infancia es tu triunfo más grande; no le
sucede a todo el mundo. La segunda infancia te hace inocente sin ignorancia, la
segunda infancia llega a través de todo tipo de experiencias, es
desarrollada, centrada, madura.
Deberías
de sentirte bendecida por esta experiencia. La
segunda infancia es exactamente el significado existencial de la
meditación y a partir de ahí es el gran peregrinaje de
regresar a casa, a esa casa que nunca has dejado realmente, que es imposible
abandonar, porque eres tú, dondequiera que vayas, te
encontrarás allí.
Sólo hay un ser esencial en ti que estará contigo en cualquier
lugar, sin ninguna condición incluso si estás en el
infierno, no importa, estará contigo, si estás en el cielo no importa, estará contigo.
Encontrar el centro esencial de tu ser es, por una parte, total inocencia, y por la otra es la sabiduría más grande que nunca ha
existido sobre la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejarme tus comentarios