Compra un
pequeño pizarrón exclusivo para sembrar confianza en el niño. Si, compra un
pizarrón para colocarlo al alcance del niño, pero no para cuestionarlo o
preguntar al niño situaciones que lo disminuyan o devalúen no, de eso no se
trata. Cómpralo pensando en sembrar confianza en el niño, pues los niños cuando asisten a la escuela les piden
pasar al pizarrón y esto realmente genera todo tipo de emociones que van desde
la confianza, hasta la terrible inseguridad. Aun cuando el niño conozca o desconozca
que le va a preguntar un adulto, es valiosísimo que tu lo apoyes desde casa familiarizándolo
con pregunta adultas hechas con un enfoque que cimente su autoestima. Emplea ese
pizarrón ya sea para que el niño responda a preguntas triviales como; como te
fue en la escuela, con quien jugaste, que te gusta de ti, que te desagrada de
mi , que te da miedo, preguntas en el plano afectivo, como preguntas con cierto grado de dificultad como
responder a operaciones matemáticas, de lenguaje, de ciencias, etc. y el éxito
de estas prácticas cotidianas, de responder en un pizarrón mediante la
escritura residirá que en ningún momento
adoptes el papel de educador inquisidor, cuestionante, o devaluador
como; te equivocaste, estas mal, vuélvelo a repetir, que no sabes… si caes en
este tipo de conductas mejor olvida mi sugerencia pues me entristecería alimentar
en un adulto actos que dañen a un niño. Emplear un pizarrón solo deberá ser
para contribuir con un pequeñito a sentirse seguro y superpoderoso desde casa
porque sabe responder a un adulto sin ser cuestionado. Ni tú, ni yo sabemos que
le van a preguntar a tu peque cuando frente a un pizarrón escolar, así que ayudémoslo
desde afuera.
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