Después de cuatro añitos, es un niño que aun no construye estructuras
lógicas coherentes, más bien combina hechos, ideas y frases solo para reforzar el dominio de sus palabras y oraciones. Tan confusas como inexactas son sus
preguntas, sus declaraciones y continuos
comentarios en los que deja entrever el grado de su pensamiento abstracto. Aquí
tienes un ejemplo de ello: el otro es más
grande, también lleva tornillos, o quizá aquel también. Ahora el niño se
inicia la grandiosa aventura de articular verbos, preposiciones y en cierta
forma darles coherencia, sus esfuerzos son sorprendentes. Ahora es un niño
verbal y en cierta forma prolijo (habla cuidadosamente).
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