Cuando
permites a un niño que te manipule, caigas a en sus caprichos o bien no sepas
como corregir sus arrebatos emocionales que exceden la normalidad de todo niño.
Estarás convirtiendo a un niño en un ser dictatorial y manipulador. Esto es
perjudicial para ti y tampoco es bueno para él, porque una vez que te has
dejado manipular y les has dado atención y amor más allá de tus límites, y
empiezas a sentir que esto es demasiado y de alguna forma inconsciente inicias
a tomar revancha. Más tarde el niño crecerá en un mundo que no se va a
preocupar por él, pero él siempre esperará el mismo trato de todos los demás.
Tendrá demasiadas expectativas y esto le creará frustraciones. Te echará la
culpa ‑y además dirá: «Mi padre me destruyó.»
Dale
amor, pero no dejes que te domine. La distinción es muy sutil pero hay que
entenderla. Da amor cuando tengas ganas de darlo. Cuando no lo sientas,
entonces no te preocupes porque no estás aquí para cumplir los deseos de tu
hijo. Y le estaras dando un ejemplo equivocado; hará lo mismo con sus hijos.
Y
ten presente que sacrificarse no es bueno, porque nunca serás capaz de
perdonar a tu hijo. Pero a él no se le puede hacer responsable. No está
alerta, no es tan consciente. Tú eres más consciente. Tu responsabilidad es
mayor. Dale tu amor pero no dejes que te domine pues los niños son muy
perceptivos.
Los
niños pueden ser muy manipuladores. Aprenden las estrategias equivocadas y
después las repiten durante el resto de su vida: con su mujer, con su marido,
con sus hijos. Si has dejado que te manipulen una vez, la próxima vez será
peor. Saben que te tienen en su poder. Y cualquiera quiere disfrutar del poder,
todo el mundo quiere ser el jefe.
Pueden
llorar, pueden gemir, pueden volver a llorar. Déjales que lloren; hay que
dejarlos solos. Y de esto aprenderán algo: el
respeto por la libertad del otro.
Una
madre es también una mujer, un individuo. La maternidad no lo es todo, es sólo
una parte de ti. A muchas mujeres les da miedo ser madres. Esa no es la manera
de resolver el problema. La manera de resolverlo es ver que la maternidad es
parte de ti. No es sinónimo de ti; tú sigues siendo un individuo. Y la
individualidad no se debe sacrificar por nada, no importa el qué; ya sea
maternidad, matrimonio, paternidad; la individualidad no debe de ser
sacrificada, porque hay en ello grandes implicaciones.
La
maternidad no es un trabajo de veinticuatro horas. Di a los niños: «Cuando te
estoy cuidando, te estoy cuidando, y cuando estoy haciendo otra cosa, estoy
haciendo otra cosa. Y no quiero que se mezclen.» Les ayudarás a hacerse más
fuertes y a ver de qué estás hablando. Y en su vida, cuando hayan crecido, te
estarán agradecidos y tú nunca sentirás rabia. Empieza a trabajar en esta dirección
poco a poco. Los niños son muy frágiles pero también muy fuertes. E insistirán,
no se rendirán fácilmente, porque te conocen: como tú te has rendido a ellos,
no cederán fácilmente. Pero en dos o tres semanas comprenderán que esta mujer
ha cambiado; esta mujer ya no es la misma.
Genial reflexión! Yo he encontrado estas tablas de economías de fichas a través de internet y creo que es una buena forma de cambiar las conductas de nuestros hijos de manera positiva. Mira, os dejo el enlace: http://www.mag-print.es/economia_de_fichas
ResponderEliminarMe encantó el artículo
ResponderEliminarGracias por la gran ayuda emocional !!!
ResponderEliminarGracias a ti por tan bello mensaje. Y como siempre digo....ser humanos nos hace mas humanos....un abrazo
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