miércoles, 4 de diciembre de 2019

Lenguaje y pensamiento en los preescolares


El lenguaje, una vez formado, va a servir para el desarrollo cognoscitivo de niños y niñas. El niño manipula diversas clases de objetos físicos, hace y deshace colecciones de cosas para después ser capaz de extraer conceptos abstractos que las definen a nivel verbal, pudiendo comprender y usar expresiones como mayor que, menor que, igual que o clasificar las cosas en categorías como animales, frutas, juguetes, artículos, etcétera.
Para cuando son preescolares la teoría acerca del desarrollo infantil llega a leerse muy distante por lo que restamos importancia para ser observada en niños y niñas pero si te detienes a reflexionar en ella descubrirías el medio a través del cual se valen los niños para desarrollar lenguaje y pensamiento. Cuando el lenguaje sea lo más urgente a estimular en tu hijo (a) solo válete de su pensamiento, aprovecha el cumulo de capacidades que están desarrollando propiciando acciones propias de su desarrollo como; que te parece mi vestido largo o me pongo el corto, te gusta tu bufanda larga o te la compro más corta, ¿quién comió más helado y a quien le toco poco? ¿qué trozo de queso es mayor y cual es menor? ¿Cuántos trozos de pizza te comiste? -ordena tus juguetes- Las instrucciones que das a los niños día a día están cargadas de posibilidades para fortalecer su inteligencia y obvio que este tipo de acciones desencadena la estructuración del lenguaje y no te vez envuelto (a) en conductas que inhiben el lenguaje de un preescolar.

Lenguaje y pensamiento en los escolares


El lenguaje, entonces es el instrumento que regula la percepción y el conocimiento del mundo externo e interno en el que vivimos permanentemente. Los conocimientos que adquirimos dependen en gran parte de los instrumentos verbales que poseemos. Los conocimientos se transmiten a través de la información verbal pero las operaciones y conceptos que absorben la información y la encajan en una estructura significativa no se originan en el lenguaje. El desarrollo intelectual es posible sin el lenguaje, pero el lenguaje no es posible sin pensamiento, su adquisición está ligada a la elaboración de estructuras cognoscitivas en general.
Suele suceder que cuando niños y niñas se encuentran en la etapa escolar, entre 6 y 12 años, olvidamos continuar favoreciendo el progreso de su lenguaje, si te detienes a analizar la teoría que expongo previamente de Piaget respecto al lenguaje, observaras que este se convierte en el instrumento de las capacidades intelectuales de los niños. Los escolares entran a la lógica del pensamiento y deberán valerse en gran medida de su lenguaje para ampliar sus conocimientos ahora no se trata de estimularlos o animarlos a estudiar para que aprendan, la tarea reside en abrirles el bagaje de comunicación. La comunicación juega un papel decisivo en ellos cuando de favorecer el lenguaje se trata y no solo es hablar por hablar, se trata de llevar a niños y niñas a experimentar distintas formas de hablar, de escucharse, sentir lo que dicen, percibir como hablan otros, apropiarse de la adecuada estructuración de palabras e incluso ser capaces de poseer un amplio vocabulario situación que logras llevándolos a experimentar su lenguaje con sus iguales, con adolescentes, jóvenes, adultos o adultos mayores. Solo es cuestión de abrir el abanico de posibilidades entonces; el niño escuchara, intercambiara y favorecerá su lenguaje.


miércoles, 20 de noviembre de 2019

Inseguridad


La inseguridad es aquella forma de miedo caracterizada por una situación indefinida de sentimientos de angustia, ansiedad y aprensión.
La inseguridad es un sentimiento general hacia todo lo que provoca miedo al niño.
El niño inseguro adolece de falta de confianza en sí mismo (a) se siente inadaptado o no querido y como resultado es mucho más vulnerable a cualquier conflicto de tipo emocional. También es inquieto, habitualmente susceptible, aprensivo e inclinado a la duda en el momento de decidir. La inseguridad impide dar una respuesta adecuada a un problema o a una situación, se refiere a la incapacidad para actuar mientras que en la ansiedad se tienen más en cuenta las respuestas de miedo.
Las causas de la inseguridad surgen como efecto  del rechazo por parte de los padres, el niño no recibe la atención y el cariño que espera de su madre o padre y puede interpretarlo como una forma de rechazo. Lo mismo puede suceder cuando los padres trabajan durante todo el día y dedican poco tiempo a los niños.
Padres dominantes. Otros niños sienten inseguridad por la forma en que sus padres los controlan. Algunos padres regulan detalladamente cada uno de los aspectos del desarrollo del niño y no le permiten la más mínima decisión personal respecto a sus propios deseos o expectativas.
Padres perfeccionistas y supercríticos. El padre o la madre inseguro (a) se ve impulsado con frecuencia a considerar a sus hijos como si debieran estar en la cumbre de la perfección aun cuando los niños se encuentren en la infancia más temprana.
Situaciones de inestabilidad en el hogar. Otros casos de inseguridad se desarrollan a partir de unos padres inmaduros; padres que van de trabajo en trabajo, de ciudad en ciudad y no consiguen dar un medio estable y seguro a su hogar, normalmente inducen en sus hijos sentimientos de inseguridad, el niño requiere de estabilidad y confiabilidad respecto al medio donde se desarrolla.
Disciplina cruel y dura. En algunas ocasiones, los padres pueden infringir a sus hijos castigos físicos lo suficientemente serios como para que los niños se sientan duramente tratados tanto mental como físicamente.
Padres demasiado indulgentes y sobreprotectores. Algunos padres, y quizá de modo especial las madres, provocan en el desarrollo del niño (a) un contexto excesivamente blando. Un niño se desarrolla de forma saludable y adaptada cuando de forma gradual aprende a enfrentarse y a comportarse en situaciones propias de los adultos, si los padres impiden o frenan su integración en el mundo de los adultos cuando los niños se encuentren en una situación nueva se sentirán inseguros e incluso temerosos.
Comparación desfavorable con los hermanos. La comparación de unos niños con otros es causa frecuente de sentimientos de inseguridad. Algunos padres intentan motivar al niño para que mejore su comportamiento, rendimiento o aprendizaje a través de comparaciones con sus hermanos, valorando las cualidades de estos y desvalorizando a él o ella.
Inconsistencias de los padres.  Un niño es más feliz cuando sabe lo que se espera de él o ella, algunos padres sin embargo son inconsistentes en el trato a sus hijos, es decir un día son permisivos y otro día son severos.
Padres miedosos e inseguros. Cuando los mismos padres son temerosos e inseguros, es natural que engendren modelos semejantes. En gran parte la inseguridad presente en jóvenes o adultos se debe a que en la infancia aprendieron dichos sentimientos de sus padres.
Ausencia de los padres. Algunos niños se han educado sin uno o ambos padres aunque sin duda pueden lograr mantener una adaptación normal. Cuando un niño (a) permanece con uno de los padres puede ocurrir que se sienta apartado o por el contrario mimado y sobreprotegido puede incluso preguntarse qué le sucederá si el único padre o madre que le queda muriera lo cual le produce inseguridad.

Lo primero que hay que hacer, una vez determinado el origen de la inseguridad en el niño (a), es intentar modificar el ambiente familiar del niño para que dichas causas no solo intervengan sino que puedan ser transformadas en factores creadores de un ambiente acogedor y favorable. Todas las causas de la inseguridad ya mencionadas necesitan una atención muy cuidadosa para constatar o ver cuál de ellas es la más influyente y así poder darle el tratamiento adecuado. Cuando el niño va integrándose en un medio familiar y social transformado poco a poco su inseguridad ira disminuyendo.