Siete parece menos
efervescente que seis pero tiene repentinos estallidos de comportamiento muy
activo. Siete es más prudente en su manera de afrontar nuevos trabajos,
demuestra una nueva comprensión y se comporta con prudencia cuando trepa o
juega. Repite incansablemente una actividad hasta dominarla. Su interés por las
artes posee un importante interés, sus exigencias motrices pueden constituir
una verdadera necesidad aunque puede perder el interés repentinamente. Su
postura es más tensa y más unilateral que a los seis, mantiene la misma
posición durante un periodo más prolongado. Se sienta con la cabeza hacia
adelante e inclinado ligeramente hacia el lado más dominante. Mientras escribe
o escucha apoya a menudo la cabeza sobre el brazo libre posición que obstruye a
veces uno de sus ojos. Siete es afecto a los lápices y a las gomas de borrar
deja de lado la carbonilla para pintar al pastel prefiriendo el lápiz duro. Su
prensión aunque es rígida se afloja casi de pronto y es propenso a dejar caer
el lápiz mientras trabaja. Los movimientos periféricos le distraen menos que a
los de seis años. Su tarea le absorbe y mantiene la mirada dentro de un ángulo
pequeño. Todavía tiene inclinación a tocar todo lo que ve y a tomarlo en las
manos y manipularlo.
miércoles, 23 de mayo de 2018
Características motrices de ocho
Los movimientos corporales
del niño de ocho tienen fluidez y a menudo gracia y equilibrio, camina con
libertad. Tiene conciencia de su propia postura y recuerda en ocasiones que
debe sentarse erguido, se muestra dispuesto a criticar a otros que no lo hacen.
Le placen las actitudes teatrales y la expresión mediante una gran diversidad
de posturas y gestos, hace pruebas de acrobacia y se deleita jugando a seguir
al jefe. Ocho esta en continua actividad corre, salta, lucha, persigue a otro
niño, el juego de los escondites es uno de sus favoritos aunque también le
atraen otros deportes más organizados como el fútbol o el béisbol, cuando
participa de alguna actividad es tan buen espectador como buen jugador. Valor y
atrevimiento son característicos del niño a esta edad, trepando árboles,
haciendo equilibrio sobre el borde de las cercas, aumenta sus fuerzas. Hay un
incremento de velocidad y de fluidez en las operaciones motrices finas, el
acercamiento y la prensión son rápidos suaves y hasta elegantes. La liberación
se hace con gestos, seguros y precisos. Ocho puede cambiar la postura con mayor
sentido de adaptación; se inclina hacia adelante, luego se sienta en posición erguida
a manera de poder ubicar la cabeza a diversas distancias de su trabajo. Existe
mayor simetría que a los siete años y con frecuencia apoya ambos codos sobre la
mesa o extiende los dos brazos. Aunque es un activo hacedor de cosas, ocho
comienza a ser un buen observador, no toca todo lo que ve con tanta frecuencia
como antes.
Características motrices de nueve
Nueve trabaja y juega
mucho, es más hábil en su comportamiento motor y le agrada ostentar su
habilidad. Su regulación del tiempo se halla también sometida a mayor dominio,
demuestra gran interés por los deportes de competencia. Los varones son rápidos
para adoptar una postura activa de lucha y se golpean y se pelean entre sí, a
menudo liberan presión acometiendo salvajemente contra algo. Nueve tiene
tendencias a excederse, le resulta difícil tranquilizarse después del recreo o
después de un nuevo activo. Ojos y manos están ahora bien diferenciadas, el
niño puede usar las manos independientemente una de otra, también los dedos
muestran una nueva diferenciación. Ahora maneja sus manos muy bien o muy mal, es un observador agudo, sus habilidades se destacan en gran relieve a esta
edad. Nueve mira con los ojos bien abiertos y mantiene la mirada sin parpadear
durante varios segundos. Puede conscientemente enfocar lo que mira e incluso lo
puede hacer sin mirar. Una niña decía que podía mirar algo sin verlo y que en su
mente se atropellaban entonces los pensamientos.
Características motrices de diez
Si a los nueve años el
niño se muestra tenso como una cuerda a los diez da cabida a una estructura más
floja y blanda. Este fenómeno encuentra expresión en el comportamiento general
de diez. Diez enfrenta las situaciones con sinceridad y sin embarazo, no teme
hacer preguntas para colocarse en el buen camino, está lleno de buena voluntad por
mostrar un afán exagerado hacia los demás. Prefiere la actividad y la calle es
su mayor atracción, lo que más le gusta son los juegos fuera de su casa que le
exijan la actividad de sus grandes masas musculares y andar en bicicleta. Puede
observarse un recrudecimiento de la acción de llevarse los dedos a la boca
incluyendo el roerse las uñas o el jugar con el cabello son válvulas de escape menos evidentes a los diez que a los nueve años. La
acción de sumir los labios es tan común a los nueve pero a los diez es menos
evidente y pronto dará paso a una nueva tendencia a proyectar los labios hacia
fuera. El juego es la meta de la mayoría de los niños de diez años. La escuela
y los hábitos hogareños son considerados simples interrupciones de esa vida de
juegos de tan enorme importancia.
martes, 22 de mayo de 2018
miércoles, 16 de mayo de 2018
Rasgos evolutivos de uno
Asir una cuerda o una bolita con la
manita es una rasgo evolutivo de tu bebe por lo que observar que se dé dicha
conducta es una recomendación para constatar su madurez. Puedes estimular este
rasgo en tu bebe dándole distintos objetos para lograr el reflejo de prensión.
Pueden ser frutas, verduras, artículos o sus juguetes. De antemano sabes que tú
bebe toma de todo pero lo importante para estimular este aspecto reside en
variar el tamaño de los objetos que le das (pequeños medianos o grandes) y si
lo haces guiado será ideal por ejemplo: dale un limón y enséñale a meter y
sacar en una taza, uvas para meter y sacar en una botella, bolitas pequeñas o
grandes etcétera. El punto es meter y sacar objetos en distintos accesorios.
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