miércoles, 23 de mayo de 2018

Características motrices de siete


Siete parece menos efervescente que seis pero tiene repentinos estallidos de comportamiento muy activo. Siete es más prudente en su manera de afrontar nuevos trabajos, demuestra una nueva comprensión y se comporta con prudencia cuando trepa o juega. Repite incansablemente una actividad hasta dominarla. Su interés por las artes posee un importante interés, sus exigencias motrices pueden constituir una verdadera necesidad aunque puede perder el interés repentinamente. Su postura es más tensa y más unilateral que a los seis, mantiene la misma posición durante un periodo más prolongado. Se sienta con la cabeza hacia adelante e inclinado ligeramente hacia el lado más dominante. Mientras escribe o escucha apoya a menudo la cabeza sobre el brazo libre posición que obstruye a veces uno de sus ojos. Siete es afecto a los lápices y a las gomas de borrar deja de lado la carbonilla para pintar al pastel prefiriendo el lápiz duro. Su prensión aunque es rígida se afloja casi de pronto y es propenso a dejar caer el lápiz mientras trabaja. Los movimientos periféricos le distraen menos que a los de seis años. Su tarea le absorbe y mantiene la mirada dentro de un ángulo pequeño. Todavía tiene inclinación a tocar todo lo que ve y a tomarlo en las manos y manipularlo.

Características motrices de ocho


Los movimientos corporales del niño de ocho tienen fluidez y a menudo gracia y equilibrio, camina con libertad. Tiene conciencia de su propia postura y recuerda en ocasiones que debe sentarse erguido, se muestra dispuesto a criticar a otros que no lo hacen. Le placen las actitudes teatrales y la expresión mediante una gran diversidad de posturas y gestos, hace pruebas de acrobacia y se deleita jugando a seguir al jefe. Ocho esta en continua actividad corre, salta, lucha, persigue a otro niño, el juego de los escondites es uno de sus favoritos aunque también le atraen otros deportes más organizados como el fútbol o el béisbol, cuando participa de alguna actividad es tan buen espectador como buen jugador. Valor y atrevimiento son característicos del niño a esta edad, trepando árboles, haciendo equilibrio sobre el borde de las cercas, aumenta sus fuerzas. Hay un incremento de velocidad y de fluidez en las operaciones motrices finas, el acercamiento y la prensión son rápidos suaves y hasta elegantes. La liberación se hace con gestos, seguros y precisos. Ocho puede cambiar la postura con mayor sentido de adaptación; se inclina hacia adelante, luego se sienta en posición erguida a manera de poder ubicar la cabeza a diversas distancias de su trabajo. Existe mayor simetría que a los siete años y con frecuencia apoya ambos codos sobre la mesa o extiende los dos brazos. Aunque es un activo hacedor de cosas, ocho comienza a ser un buen observador, no toca todo lo que ve con tanta frecuencia como antes.

Características motrices de nueve


Nueve trabaja y juega mucho, es más hábil en su comportamiento motor y le agrada ostentar su habilidad. Su regulación del tiempo se halla también sometida a mayor dominio, demuestra gran interés por los deportes de competencia. Los varones son rápidos para adoptar una postura activa de lucha y se golpean y se pelean entre sí, a menudo liberan presión acometiendo salvajemente contra algo. Nueve tiene tendencias a excederse, le resulta difícil tranquilizarse después del recreo o después de un nuevo activo. Ojos y manos están ahora bien diferenciadas, el niño puede usar las manos independientemente una de otra, también los dedos muestran una nueva diferenciación. Ahora maneja sus manos muy bien o muy mal, es un observador agudo, sus habilidades se destacan en gran relieve a esta edad. Nueve mira con los ojos bien abiertos y mantiene la mirada sin parpadear durante varios segundos. Puede conscientemente enfocar lo que mira e incluso lo puede hacer sin mirar. Una niña decía que podía mirar algo sin verlo y que en su mente se atropellaban entonces los pensamientos.

Características motrices de diez


Si a los nueve años el niño se muestra tenso como una cuerda a los diez da cabida a una estructura más floja y blanda. Este fenómeno encuentra expresión en el comportamiento general de diez. Diez enfrenta las situaciones con sinceridad y sin embarazo, no teme hacer preguntas para colocarse en el buen camino, está lleno de buena voluntad por mostrar un afán exagerado hacia los demás. Prefiere la actividad y la calle es su mayor atracción, lo que más le gusta son los juegos fuera de su casa que le exijan la actividad de sus grandes masas musculares y andar en bicicleta. Puede observarse un recrudecimiento de la acción de llevarse los dedos a la boca incluyendo el roerse las uñas o el jugar con el cabello son válvulas de escape menos evidentes a los diez que a los nueve años. La acción de sumir los labios es tan común a los nueve pero a los diez es menos evidente y pronto dará paso a una nueva tendencia a proyectar los labios hacia fuera. El juego es la meta de la mayoría de los niños de diez años. La escuela y los hábitos hogareños son considerados simples interrupciones de esa vida de juegos de tan enorme importancia.








miércoles, 16 de mayo de 2018

Rasgos evolutivos de uno


Asir una cuerda o una bolita con la manita es una rasgo evolutivo de tu bebe por lo que observar que se dé dicha conducta es una recomendación para constatar su madurez. Puedes estimular este rasgo en tu bebe dándole distintos objetos para lograr el reflejo de prensión. Pueden ser frutas, verduras, artículos o sus juguetes. De antemano sabes que tú bebe toma de todo pero lo importante para estimular este aspecto reside en variar el tamaño de los objetos que le das (pequeños medianos o grandes) y si lo haces guiado será ideal por ejemplo: dale un limón y enséñale a meter y sacar en una taza, uvas para meter y sacar en una botella, bolitas pequeñas o grandes etcétera. El punto es meter y sacar objetos en distintos accesorios.