A nueve le gusta la
escuela. La rutina mañanera de prepararse para ir a la escuela ha perdido sus
asperezas. Tiene mejor dominio para prepararse y ahora es responsable de su
llegada temprano. Con todo tiene dificultades al olvidar algún material escolar
aunque lo haya planeado de antemano y colocado sus cosas en un lugar
conveniente. Todavía necesita indicaciones, los padres no deberían irritarse
por estos retrasos deberían recordar lo bien que se prepara y como distribuye
su tiempo. En el aula, nueve parece más ordenado y cumple sus tareas con mayor
rapidez. Cada niño tiene su manera individual de entrar en el aula. Uno arroja
sus libros sobre el pupitre y otro deposita los libros cuidadosamente. Unos pocos
niños necesitaran una palabra de la maestra para empezar a trabajar. Nueve se
interesa por las conquistas que lleva a cabo en sus materias escolares y le
agrada ser calificado en ellas. Está ansioso por obtener buenas notas y trabaja
en ello. El fracaso puede desalentarlo, existe una considerable competencia con
los compañeros y puede mostrarse resentido si lo supera alguien muy próximo a
él o ella. Cuando fracasa por lo general necesita más atención individual que
aislamiento. Nueve tiene mejor sentido crítico para juzgar su propia capacidad.
Puede describir su método preferido de trabajo. Sabe que puede resolver mejor
un problema si lo escribe primero, sabe que puede hacer mejores combinaciones
aritméticas por escrito que oralmente. Algunos dicen que no pueden recordar el
significado cuando leen en voz alta. Algunas tareas las cumple más fácilmente
en la casa que en la escuela. “No tengo buena memoria” es una de las quejas
favoritas de los nueve años. El recuerdo inmediato no resulta fácil. El niño
puede recordar mejor las cosas si él o ella las escribe o si se les presenta.
Una vez que ha tomado una decisión, sin embargo, no acepta fácilmente
influencias para modificarla. Puede evaluar fácilmente su trabajo: “De este, no
estoy tan seguro”. “De este estoy completamente seguro”. La materia de la que
más habla es probablemente de aritmética. El niño la adora o la odia, a pesar
de una respuesta emocional por lo general se desempeña bien en ella. Sabe de
memoria muchas combinaciones de números y percibe las que provocan
complicaciones. Con frecuencia, nueve siente un interés espontaneo por la solución
de problemas aun fuera de los que su trabajo escolar les proporciona. Se
interesa por los precios de las cosas y resuelve muchos problemas numéricos que
encuentra en la lectura o en la conversación.
miércoles, 4 de abril de 2018
Vida Escolar de 10 y 11
Si se les da la
oportunidad a diez y once realmente pueden llegar a gustarles la escuela.
Quieren a la maestra y les gusta aprender, pero lo que más les gusta no es que
les enseñen sino que mantengan despierto su interés con un estímulo suficiente.
Les disgusta faltar a la escuela porque les parece que se atrasan tanto que
“nunca podrá ponerse al día”. Esta edad administra bien su tiempo y no se ven
en los apuros de nueve. Su mayor responsabilidad se manifiesta no solo en la
mejor administración del tiempo sino también en el cuidado de los objetos que
le pertenecen. Ya no los pierde o coloca en lugares que no le corresponden,
como hacia los nueve años. La memoria, en lo relevante a la vida cotidiana, ha
progresado considerablemente. La maestra tiene importancia para el o ella pero
no constituye el centro de su interés. Generalmente la respeta y con frecuencia
acepta su palabra, aun mas que la de los padres, como ley. Les gusta que su
maestra haga la programación de sus actividades. Y el es el primero en
recordárselo si la maestra deja algo fuera del programa. A diez y once no solo
les gusta escuchar sino también contar historias sobre cosas que ha visto,
escuchado o leído. Puede charlar incesantemente y llevar su narración hasta
extremos increíbles.
¡Y como le gusta
memorizar! Diez sabe de memoria largos
poemas y los recita con acertada expresión. Deberían dedicarse más a tiempo a
la memorización que a la comprensión intelectual, en efecto a ambos les resulta
difícil combinar o relacionar dos hechos distintos; a ellos les gusta tomar las
como las encuentra. El catálogo de datos memorizados habrá de resultarle
posteriormente de gran ayuda; la comprensión ya vendrá sola con el tiempo. Es
en la aritmética donde mejor se pone de manifiesto su dificultad para
relacionar dos hechos distintos. Le gusta hacer compras y manejar el dinero y
hacia el final del quinto grado le
encanta la aritmética oral, maneja perfectamente los elementos aritméticos y le
produce placer ejercitar este dominio por medio de largos problemas con una
cadena de operaciones enlazadas paso a paso.
martes, 3 de abril de 2018
miércoles, 28 de marzo de 2018
Enfocando la estimulación de tu bebe
Entre los cuatro y ocho
meses si dejas un juguete a tu bebe u objeto cerca de el o ella se creara una reacción propia de
su etapa. Acercarle este tipo de estímulos con distintos enfoques es una excelente forma de estimularlos para ello sugiero acercar al bebe;
Un juguete grande y otro pequeño
Objetos para hacer sonidos
como olla y cuchara, plato y cuchara, vaso y plato, caja con muñecos pequeños, campanas, panderos, silbatos, triángulos, etc.
Verduras como zanahorias,
limones, lechugas, papas, elotes, jitomates o la verdura que gustes (una pieza lavada, lista para ser
explorada)
Frutas; manzanas, melón,
uvas, plátano, mango, fresas o la fruta que gustes (una pieza lavada, sin cortar y lista para ser
explorada)
El bebe como investigador
A partir de los ocho meses
y hasta el año de edad la atención del bebe toma otro giro; “hace algo intencionalmente
para conseguir algo” ahora que sabes de lo que es capaz tú bebe sugiero ampliar
su campo de atención y actuación mediante las siguientes propuestas:
Cuelga de la cuna un objeto,
medio anudado, el objetivo es que el bebe desanude lo que colocas sea un
juguete, globo, prenda, zapato, calceta, gorro, una fruta, una galleta, un
dulce objetos que llamen poderosamente la atención de tu bebe para articular
todo su cuerpo al internar desanudar lo que colocas cerca de él o ella.
Prepara tres cajas de cartón
de distintos tamaños, con tapa fácil de quitar con los siguientes artículos:
1ª. Caja; coloca 1 reloj
sea de mama, de papa o el despertador
2ª. Caja; coloca crayones
para pintar
3ª. Caja; coloca muchos
limones o manzanas o naranjas o guayabas
Preparadas tus cajas ahora
sienta al bebe al piso, coloca frente a él o ella esas tres cajas, cerradas y fáciles
de destapar, y disfruta mirando como tu
bebe amplía su campo de aprendizaje; buscando, abriendo, sintiendo,
percibiendo, probando, etc…. todo se encuentra integrado en tres sencillas
cajas preparadas por ti.
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