miércoles, 4 de abril de 2018

9 y su vida escolar


A nueve le gusta la escuela. La rutina mañanera de prepararse para ir a la escuela ha perdido sus asperezas. Tiene mejor dominio para prepararse y ahora es responsable de su llegada temprano. Con todo tiene dificultades al olvidar algún material escolar aunque lo haya planeado de antemano y colocado sus cosas en un lugar conveniente. Todavía necesita indicaciones, los padres no deberían irritarse por estos retrasos deberían recordar lo bien que se prepara y como distribuye su tiempo. En el aula, nueve parece más ordenado y cumple sus tareas con mayor rapidez. Cada niño tiene su manera individual de entrar en el aula. Uno arroja sus libros sobre el pupitre y otro deposita los libros cuidadosamente. Unos pocos niños necesitaran una palabra de la maestra para empezar a trabajar. Nueve se interesa por las conquistas que lleva a cabo en sus materias escolares y le agrada ser calificado en ellas. Está ansioso por obtener buenas notas y trabaja en ello. El fracaso puede desalentarlo, existe una considerable competencia con los compañeros y puede mostrarse resentido si lo supera alguien muy próximo a él o ella. Cuando fracasa por lo general necesita más atención individual que aislamiento. Nueve tiene mejor sentido crítico para juzgar su propia capacidad. Puede describir su método preferido de trabajo. Sabe que puede resolver mejor un problema si lo escribe primero, sabe que puede hacer mejores combinaciones aritméticas por escrito que oralmente. Algunos dicen que no pueden recordar el significado cuando leen en voz alta. Algunas tareas las cumple más fácilmente en la casa que en la escuela. “No tengo buena memoria” es una de las quejas favoritas de los nueve años. El recuerdo inmediato no resulta fácil. El niño puede recordar mejor las cosas si él o ella las escribe o si se les presenta. Una vez que ha tomado una decisión, sin embargo, no acepta fácilmente influencias para modificarla. Puede evaluar fácilmente su trabajo: “De este, no estoy tan seguro”. “De este estoy completamente seguro”. La materia de la que más habla es probablemente de aritmética. El niño la adora o la odia, a pesar de una respuesta emocional por lo general se desempeña bien en ella. Sabe de memoria muchas combinaciones de números y percibe las que provocan complicaciones. Con frecuencia, nueve siente un interés espontaneo por la solución de problemas aun fuera de los que su trabajo escolar les proporciona. Se interesa por los precios de las cosas y resuelve muchos problemas numéricos que encuentra en la lectura o en la conversación.   


Vida Escolar de 10 y 11


Si se les da la oportunidad a diez y once realmente pueden llegar a gustarles la escuela. Quieren a la maestra y les gusta aprender, pero lo que más les gusta no es que les enseñen sino que mantengan despierto su interés con un estímulo suficiente. Les disgusta faltar a la escuela porque les parece que se atrasan tanto que “nunca podrá ponerse al día”. Esta edad administra bien su tiempo y no se ven en los apuros de nueve. Su mayor responsabilidad se manifiesta no solo en la mejor administración del tiempo sino también en el cuidado de los objetos que le pertenecen. Ya no los pierde o coloca en lugares que no le corresponden, como hacia los nueve años. La memoria, en lo relevante a la vida cotidiana, ha progresado considerablemente. La maestra tiene importancia para el o ella pero no constituye el centro de su interés. Generalmente la respeta y con frecuencia acepta su palabra, aun mas que la de los padres, como ley. Les gusta que su maestra haga la programación de sus actividades. Y el es el primero en recordárselo si la maestra deja algo fuera del programa. A diez y once no solo les gusta escuchar sino también contar historias sobre cosas que ha visto, escuchado o leído. Puede charlar incesantemente y llevar su narración hasta extremos increíbles.
¡Y como le gusta memorizar! Diez sabe de memoria  largos poemas y los recita con acertada expresión. Deberían dedicarse más a tiempo a la memorización que a la comprensión intelectual, en efecto a ambos les resulta difícil combinar o relacionar dos hechos distintos; a ellos les gusta tomar las como las encuentra. El catálogo de datos memorizados habrá de resultarle posteriormente de gran ayuda; la comprensión ya vendrá sola con el tiempo. Es en la aritmética donde mejor se pone de manifiesto su dificultad para relacionar dos hechos distintos. Le gusta hacer compras y manejar el dinero y hacia el final del quinto  grado le encanta la aritmética oral, maneja perfectamente los elementos aritméticos y le produce placer ejercitar este dominio por medio de largos problemas con una cadena de operaciones enlazadas paso a paso.



miércoles, 28 de marzo de 2018

Enfocando la estimulación de tu bebe


Entre los cuatro y ocho meses si dejas un juguete a tu bebe u objeto cerca de el o ella se creara una reacción propia de su etapa. Acercarle este tipo de estímulos con distintos enfoques es una excelente forma de estimularlos para ello sugiero acercar al bebe;
Un juguete grande y otro pequeño
Objetos para hacer sonidos como olla y cuchara, plato y cuchara, vaso y plato, caja con muñecos pequeños, campanas, panderos, silbatos, triángulos, etc.
Verduras como zanahorias, limones, lechugas, papas, elotes, jitomates o la verdura que gustes (una pieza lavada, lista para ser explorada)
Frutas; manzanas, melón, uvas, plátano, mango, fresas o la fruta que gustes (una pieza lavada, sin cortar y lista para ser explorada)

El bebe como investigador


A partir de los ocho meses y hasta el año de edad la atención del bebe toma otro giro; “hace algo intencionalmente para conseguir algo” ahora que sabes de lo que es capaz tú bebe sugiero ampliar su campo de atención y actuación mediante las siguientes propuestas:
Cuelga de la cuna un objeto, medio anudado, el objetivo es que el bebe desanude lo que colocas sea un juguete, globo, prenda, zapato, calceta, gorro, una fruta, una galleta, un dulce objetos que llamen poderosamente la atención de tu bebe para articular todo su cuerpo al internar desanudar lo que colocas cerca de él o ella.
Prepara tres cajas de cartón de distintos tamaños, con tapa fácil de quitar con los siguientes artículos:
1ª. Caja; coloca 1 reloj sea de mama, de papa o el despertador
2ª. Caja; coloca crayones para pintar
3ª. Caja; coloca muchos limones o manzanas o naranjas o guayabas
Preparadas tus cajas ahora sienta al bebe al piso, coloca frente a él o ella esas tres cajas, cerradas y fáciles de destapar,  y disfruta mirando como tu bebe amplía su campo de aprendizaje; buscando, abriendo, sintiendo, percibiendo, probando, etc…. todo se encuentra integrado en tres sencillas cajas preparadas por ti.