martes, 29 de agosto de 2017

jueves, 24 de agosto de 2017

Amuletos para escolares

Cuando quieras recomendar a un  niño o niña que deberá atender a su maestra solo pon un lindo sello en uno de sus deditos y dile lo importante que es escuchar, mirar y reaccionar cuando le hablan y si se le olvida hacerlo el sellito le recordara como hacerlo.
Si has observado desinterés en el estudio de tu hija o hijo ahora que regresan a clases busca motivos poderosos para incentivarlos como; colgar de su mochila un lindo llavero que le signifique un compromiso, esfuerzo para hacer bien las cosas en la escuela, en especial aquello que le aburre, no comprende o entiende compartele que su recompensa será evitar pasar momentos desagradables con mama o papa.
Valdría la pena poner en una de las manos de niños y niñas una pulsera, en especial en la mano con que escribe para ayudarles a reforzar su escritura, copiar bien la tarea o reproducir sus  trazos con agilidad en especial ahora que regresan a clases. Una pulsera que les recuerde atender sus deditos, moverlos con fineza seguir sus movimientos, sentir como se mueven, no perder de vista lo que hacen manos y dedos y lo más valioso esforzase hasta lograrlo.
Con toda la seriedad que implica un compromiso entre adulto – niño para lograr un compromiso escolar como “obedecer” en la escuela sugiero dotarte de una libreta pequeña de compromisos para ser colocada dentro de la mochila. Y no es cuestión de pedir al niño (a) que obedezcan en la escuela o hablarles para que se comporten, es cuestión de generar un compromiso que les ayude a niños y niñas a registrar en esa libreta por ellos mismos cuando se comportan mal en la escuela. Solo declárenlo en esa libreta, comprométanse mutuamente, registren las posibles consecuencias y den seguimiento a ella.
Si al niño o niña no les gusta escribir porque les demanda excesivos esfuerzos tanto mentales como motores pues sugiero comprarle lindos lápices y decorarlos con motivos que los aliente para esforzarse al realizar sus trazos, en especial cuando están en la escuela sin mama o papa.

Su primer día de clases

Llevar por primera vez a un niño o niña a la escuela es una experiencia que los pone en el centro de nuevos eventos; rostros y tonos de voz desconocidos, nuevas actitudes, espacios diferentes, nueva rutina sumado a ello deberá atender a su maestra, comprender lo que le piden, dicen y por su fuera poco; reaccionar al ritmo de los demás. Bajo este preámbulo, respecto a lo que implica llevar a un pequeñito a la escuela, sobre todo en edad maternal (2 y 3 años) lo ideal para contribuir con su adaptación es no reaccionar de inmediato tratando de convencer al niño o la niña para que se quede en la escuela, mucho menos cuestionarles o pedirles que vean bonita la escuela pues solo ellos viven la experiencia. Mejor date a la tarea de observar; ¿que se le está dificultando? ¿llora al quedarse? ¿no le gusto la forma en que lo (a) trataron? ¿Se desconcierta? observar a tu hijo (a) del porque rechaza la escuela te dará elementos para reaccionar y contribuir con ellos. La serenidad y constancia al llevarlo (a) a la escuela será como el antídoto para ayudarles a aceptarla. El cariño que le manifiestes al ir por él o ella a la escuela será un poderoso tonificante para su ansiedad porque descubre que no te perdió, que regresaste y lo más valioso será que en casa no le recuerdes al pequeñito la escuela y si por las noches despierta sobresaltado o llora con ansiedad; reconfórtalo con palabras de cariño y abrázalo para serenarlo (a).

Cuando un niño no pone atención

Si un niño que va al preescolar no pone atención, no es motivo para alarmarse, es motivo para reflexionar y buscar atraer su atención en él o ella con recursos poderosos que lo mantengan atento, escuchando, mirando, descubriendo aquello que un adulto le está contando, diciendo, platicando, enseñando o pidiendo. Cuando pretendes que un niño en edad preescolar atienda algo aburrido, cansado, repetitivo u obligado pues permíteme decirte que no lo lograras, mucho menos aprenderá por el contrario propiciaras rechazo e insatisfacción. Por otro lado cuando los niños pierden la atención en la escuela y quieres resolver la situación en casa pidiéndole que atienda a su maestra será un fatal error porque; desconoces ¿Cómo le enseñan? ¿Cómo le hablan? ¿Cómo se dirigen a él o ella? e incluso ¿Cómo lo tratan? entonces… como pretendes resolver una situación que esta fuera de tu alcance, como pretendes cambiar al niño o la niña si desconoces el origen de la falta de atención. Lo ideal es propiciar desde casa la capacidad de atención en niños y niñas siendo creativa e innovadora para atraer su atención en aquello que te interesa que aprenda, siga instrucciones o reaccione. El cómo atienda el niño a otros adultos, sobre todo en la escuela,  dependerá en gran medida del adulto que está al frente de la educación de tu hija o hijo. Así que en un futuro no te desgastes innecesariamente exigiendo al niño que atienda a otros, mejor despliega acciones que te den certeza de que el niño sabrá atender y reaccionar a lo que otros le piden porque en casa sabe hacerlo.